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miércoles, 18 de septiembre de 2024

ALEX RAYMOND EN LA CIMA DEL CÓMIC CLÁSICO

 


Alexander Gillespie Raymond era el nombre completo del artista conocido mundialmente como Alex Raymond. Nacido en 1909 en el distrito neoyorquino de New Rochelle, mostró desde muy pequeño unas dotes excepcionales para el dibujo. Su padre quiso que estudiara ingeniería, pero el joven Alex tenía muy clara su vocación: quería ser rico. Lo intentó durante un breve periodo como agente de bolsa en Wall Street, pero el tristemente célebre crack de 1929 frustró su propósito de forma abrupta. En 1930 ingresó en la nómina de “negros” del King Features Syndicate, dibujando de forma anónima tiras e historietas de la exitosa serie Blondie creada por Chic Young. Terminada su jornada laboral, seguía sentado ante su mesa de dibujo durante horas, realizando ilustraciones que fascinaron a sus jefes. En 1934, adquirió ya el estatus de dibujante con firma, con tres grandes series.

Para la primera de ellas, Agente secreto X-9, Joseph Connoly, el director de la agencia, contrató como guionista nada menos que a Dashiell Hammett, el reputado escritor de novela negra. Realmente Hammett sólo escribió el guión del primer episodio. En los sucesivos se limitó a ofrecer a Raymond ideas argumentales que el dibujante fue desarrollando con gran talento. A Hammett sucedió como guionista el también escritor de éxito Leslie Charteris. Finalmente, en 1936, el mismo Raymond abandonó también la serie, que fue continuada por diferentes guionistas y dibujantes hasta fecha tan tardía como 1996.


Alex Raymond se concentró a partir de entonces en otra serie que ya venía dibujando también desde 1934, Flash Gordon, una epopeya más de fantasía que de ciencia-ficción, que fue la apuesta de KFS para competir con la entonces popular Buck Rogers, que publicaba la competencia. Las aventuras de Flash Gordon llevaban a sus protagonistas, el propio héroe Flash, Dale Arden, su eterna novia, y su amigo científico, el doctor Zarkov, a increíbles mundos de fantasía, el planeta Mongo y otros similares, inspirados en antiguas civilizaciones y dotados de tecnologías delirantes. Los argumentos en la serie eran realmente lo de menos. Lo verdaderamente importante era la extraordinaria calidad de los dibujos de Raymond, especialmente las figuras humanas de una perfección anatómica excepcional. Algún crítico hubo que acusó al dibujante de descuidar los fondos, ciertamente con no poca razón, pero es que no se puede pedir más al artista, cuyas viñetas y páginas completas constituyen muchas veces verdaderas obras de arte.

 Para complementar las páginas dominicales a todo color de Flash Gordon, la empresa encargó a Raymond otra serie, Jungle Jim, que diera la réplica al Tarzán de Edgar Rice Burroughs ilustrado por Hogart. Este Jim de la jungla ocupaba el tercio superior de la página, y constituye también un hito en la historia del cómic, aun sin llegar a la perfección y al nivel artístico de Flash Gordon.

En 1944 Alex Raymond fue llamado a filas. Combatió con la marina en el Pacífico, y durante ese tiempo otros dibujantes se hicieron cargo de sus series. Concretamente, James Raymond, su hermano que había trabajado con él como ayudante, siguió dibujando Jungle Jim.


De regreso a la vida civil, Raymond emprendió el trabajo que para algunos críticos constituye su obra principal, la serie policiaca Rip Kirby, que el artista accedió a dibujar a condición de que sus páginas no se colorearan. En efecto, Rip Kirby que comenzó como tira diaria, es probablemente el mejor ejemplo del traslado al cómic de la novela y el cine negros, tan importantes en las décadas de los cuarenta y los cincuenta. Los dibujos en blanco y negro con un empleo magistral de las sombras, sitúan a su autor en la cima del cómic clásico norteamericano. El protagonista de la serie, un elegante detective, vive además de las tramas policiacas ideadas por Fred Dickenson, el guionista más habitual, otras aventuras de carácter amoroso que convierten a la serie en un referente del melodrama gráfico sentimental.

Alex Raymond ganó mucho dinero. Consiguió al fin su propósito de hacerse rico, pero desgraciadamente disfrutó muy poco tiempo de su riqueza. Falleció con sólo 46 años al volante de su lujoso automóvil deportivo, un Corvette como el de su personaje el detective Kirby. Le acompañaba como copiloto su amigo el también dibujante Stan Drake que milagrosamente salvó la vida. Como recuerdo al extraordinario talento del autor de clásicos como los mencionados, os dejamos una selección de sus páginas y viñetas. Disfrutadlas.


























domingo, 15 de septiembre de 2024

LA INVENCIÓN DE TIPPI HEDREN

 



Actriz de carrera efímera, Tippi Hedren fue en realidad una especie de invento de Alfred Hitchcock. En 1963 Grace Kelly era ya Gracia Patricia de Mónaco, y claro, ya no estaba disponible para esas frivolidades del cine. Tampoco Janet Leigh estuvo dispuesta a participar en una nueva película a las órdenes de don Alfredo, después del calvario que le hizo pasar durante el rodaje de Psicosis. Parece que con Kim Novak ni siquiera lo intentó, así que Hitchcock necesitaba una rubia de aspecto distinguido para su nuevo proyecto de Los pájaros. Se fijó en Tippi Hedren viendo en televisión un anuncio. Aunque anteriormente había hecho algún papelito en películas sin mayor repercusión, la chica vivía de su trabajo como modelo. Aceptó encantada ser la protagonista del nuevo filme del gran director, sin sospechar siquiera la que se le venía encima. El de Los pájaros fue, según los cronistas de la cosa, uno de los rodajes más difíciles y accidentados de que se tiene noticia. La pobre Tippi sufrió varios ataques de histeria, pero finalmente resultó una de esas películas inolvidables, un clásico que uno nunca se cansa de ver. Todavía, seguramente acuciada por los productores y comprometida por los contratos, accedió a protagonizar Marnie, otra cinta magnífica fruto de la moda del psicoanálisis que tanto daño hizo en su momento. Otra vez el resultado fue excelente y otra vez se reprodujo la tortura de la actriz corregida y aumentada. Tippi Hedren no asistió al estreno de la película. Al parecer, esos días guardaba reposo por prescripción facultativa.

Superada su colaboración con Hitchcock, participó en un par de películas con más pena que gloria, y abandonó definitivamente su efímera carrera. A partir de ahí, Tippi Hedren fue sobre todo carne de las revistas ilustradas, más por ser la madre de Melanie Griffith que por ella misma. Para recordar sus sufrimientos, os dejamos el enlace con la gran escena de la cabina telefónica en aquel pueblecito de pescadores, Bahía Bodega, asediado por los pájaros enloquecidos. 

Tippi Hedren. Los pájaros. 1963. Escena de la cabina

https://www.youtube.com/watch?v=D15HPy4x73g

Próxima entrega: Rod Taylor


miércoles, 11 de septiembre de 2024

ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LOS REINOS ORIENTALES

 


Antes de las grandes conquistas del siglo XIII, el territorio de la Corona de Aragón se limitaba al propio reino de Aragón y al principado de Cataluña. Aragón, más extenso pero mucho menos poblado, debía contar con unos 200.000 habitantes en una región con aplastante predominio rural. Tenía importantes zonas de regadío, herencia de la etapa musulmana, que en muchos casos seguía estando a cargo de la población mudéjar que permaneció en el territorio tras las sucesivas conquistas cristianas. También era importante el cultivo del cereal, el olivo, la vid, hortalizas, frutas y hasta algunos cultivos preindustriales como los del cáñamo, el lino y el esparto. La cabaña ganadera ovina practicaba la trashumancia entre el valle del Ebro y la sierra de Albarracín. La vida urbana, sin embargo, no había adquirido tanta pujanza, con la única excepción de la capital del reino, Zaragoza, donde se desarrollaba una importante actividad artesana y mercantil.


Zaragoza se incorporó además, sobre todo a partir del último tercio del XIII, a las rutas catalanas y levantinas del Camino de Santiago. Peregrinos que llegaban a la península a través del Pirineo oriental o por vía marítima a través del Mediterráneo, pasaban por Zaragoza que de esa forma se convirtió en una segunda Jaca en lo relativo a las rutas jacobeas. En Zaragoza se levantaron hospitales que llegaron a rebasar la veintena. La vida urbana zaragozana se enriqueció en ese tiempo de forma considerable. Contó con una gran lonja de mercaderes, sus menestrales se organizaron en gremios, y cobró gran importancia la organización municipal con un concejo formado por los jurados y presididos por un jurado en cap, dotados todos de amplia autonomía para organizar la actividad política de la capital. Particular importancia como vía de comunicaciones tuvo también el Ebro, entonces navegable en un prolongado tramo desde su desembocadura en el delta, hasta su curso navarro y ya en menor medida, castellano.


En el mismo periodo, los condados catalanes, aunque con menor extensión territorial, se acercaban y posiblemente superaban los 500.000 habitantes. También allí tenía importancia la agricultura, sobresaliendo los cultivos de arroz, olivo, viñedo y frutos secos. En ganadería, el cerdo fue la actividad pecuaria más extendida. Pero lo más notable de la Cataluña medieval era ya con diferencia su actividad artesanal y mercantil. Contaba con una industria textil pujante en Barcelona, Gerona o Vic. También en Barcelona alcanzaron gran desarrollo la platería, la cerámica o la manufactura del coral. El comercio floreció en la llamada vía francígena, que conectaba el Ampurdán con Tarragona. A lo largo de ella surgieron mercados y ferias como las de Figueras, Gerona, Tarragona o Reus. Pero sobre todos los demás núcleos urbanos, sobresalía Barcelona, que se convirtió de facto en la capital económica de la Corona de Aragón. Su puerto bullía de actividad comercial, exportando productos como cuero, tejidos, coral o azafrán, e importando especias, seda, pieles, algodón y sobre todo esclavos. Ese comercio vergonzante de seres humanos fue en siglos posteriores y sobre todo ya en época contemporánea, objeto de una especie de acuerdo tácito de silencio. Sin embargo, existen suficientes indicios para considerarlo acaso como el principal motor de la economía urbana barcelonesa.


Al amparo del auge de la actividad comercial, se creó hacia 1282 el consulado del mar, cuyas normas se recogieron en tiempos de Pedro III en las Costums de mar, un texto pionero en derecho marítimo internacional. Tras la expansión marítima de la Corona, se crearon consulados en decenas de localidades portuarias del Mediterráneo, llegando hasta puntos tan orientales como Bujía, Alejandría o Constantinopla. Tras las conquistas de Mallorca y del reino de Valencia, tanto Palma como la capital valenciana, ofrecieron condiciones óptimas para desarrollar el comercio de forma exponencial. Ambos núcleos urbanos de los nuevos territorios, se añadieron a Barcelona y Zaragoza como principales ciudades.


En cuanto al panorama social, el grupo más privilegiado que secundaba al propio rey en importancia, era el estamento de la alta nobleza. Apellidos ilustres en Aragón fueron los Luna, los Urrea, los Abarca, los Asso o los Jordán de Urriés. A estas grandes casas, que ya lo eran desde los tiempos del primitivo Aragón pirenaico, se unieron después las que tenían origen en los innumerables bastardos de Jaime I, como los Híjar, los Blasco, los Borja, los Ayerbe o los Castro. En tierras catalanas existió también una nobleza baronial con linajes como los Moncada, los Cardona o los Rocaberti. Estas grandes casas aragonesas y catalanas detentaban el poder político por su cercanía a los monarcas, y el económico por poseer amplios dominios territoriales. La baja nobleza, los cavallers, era más heterogénea, incorporándose a ella nuevos miembros casi siempre como consecuencia de acciones de guerra que se premiaban con honores y mercedes diversas.


Los menestrales y campesinos constituían el sector mayoritario: villanos que trabajaban sus propias tierras, villanos de parata o collazos que cultivaban predios ajenos, mezquinos de condición semiservil, y exaricos o campesinos mudéjares de ínfima condición. Aun por debajo de todos ellos estaban naturalmente, los esclavos, a quienes no correspondía derecho alguno ni otro destino que el de morir sirviendo a sus amos.

En el reino de Aragón, los mudéjares eran muy numerosos, calculándose que representarían alrededor del 35% de la población. Aun mucho más numerosos fueron los mudéjares en el reino de Valencia, llegando a ser con diferencia el grupo mayoritario. En Cataluña la población mudéjar era más reducida, limitándose mayoritariamente a las zonas rurales más cercanas a Aragón. Los judíos eran habitantes de los núcleos urbanos, dedicándose sobre todo al comercio. En Aragón, Zaragoza era la principal judería. En Cataluña hubo importantes aljamas en Barcelona, Tárrega y Lérida. En Mallorca persistió durante siglos una numerosa comunidad judaica, cuyos miembros eran conocidos como chuetas.

La política hace extraños compañeros de cama. El matrimonio, a veces, también. Groucho Marx.


domingo, 8 de septiembre de 2024

NATHANIEL HAWTHORNE. ROMANTICISMO TENEBROSO

 


Nacido el 4 de julio, como en la canción. El 4 de julio de 1804 nació Nathaniel Hawthorne en Salem, Massachusetts, la vieja ciudad puritana que fuera escenario de la caza de brujas más célebre de América. Precisamente John Hathorne, antepasado suyo, fue el único de los jueces involucrados en los juicios a aquellas pobres muchachas que no se arrepintió nunca de sus acciones. Quizá por eso el joven Nathaniel cambió su apellido Hathorne por el de Hawthorne, con w, como si una simple letra pudiera borrar la ignominia familiar. Perdió a su padre cuando sólo tenía cuatro años, lo que marcó profundamente su infancia y las vidas de su madre y el resto de la familia, que se refugiaron en la religión. Fue seguramente aquel puritanismo integrista y tenebroso el que marcó de forma indeleble la personalidad de Nathaniel y esa visión oscura de la existencia que le acompañó siempre. Su casa natal todavía se conserva en pie, uno de los monumentos más emblemáticos y visitados en un país de historia tan breve que no cuenta con demasiados hitos monumentales.



Hawthorne se graduó en 1825, publicó por vez primera en 1837 un libro de cuentos, Los Cuentos dos veces contados en los que ya pueden apreciarse las principales características de su estilo narrativo que encuadran a nuestro autor en el Romanticismo norteamericano, salpicado, eso sí, de esos toques góticos tan personales, y por otra parte podría decirse que tan de moda en su tiempo. Pensemos en autores contemporáneos suyos como Edgar Allan Poe e incluso como Herman Melville, a quien le unió por cierto, una gran amistad.

En 1842, siendo oficial de aduanas en Boston, Hawthorne se casó con Sophia Peabody, una pintora trascendentalista como Louisa May Alcott, la autora de Mujercitas. Se trasladaron primero a Concord, y más tarde a Salem, donde Nathaniel ejerció como inspector de aduanas por poco tiempo, pues cuando su amigo Franklin Pierce triunfó en las elecciones, nombró a Hawthorne cónsul americano en Liverpool. Allí se trasladó con Sophia en 1853, y al final de aquella década iniciaron un largo viaje por Europa que les llevó a conocer sobre todo Francia e Italia, destinos en ese tiempo imprescindibles para los viajeros anglosajones acomodados. Para entonces el autor había ya escrito y publicado lo más sustancial de su obra poética y narrativa. Regresó a su país en 1860 y falleció cuatro años más tarde probablemente a consecuencia de un cáncer digestivo. Sus restos están enterrados en el cementerio de Sleepy Hollow, el pueblo del famoso jinete sin cabeza, en lo que se antoja una especie de guiño del destino.


En cuanto a la obra de Hawthorne, lo más sobresaliente acaso sean sus relatos breves recogidos en diferentes colecciones. Casi todos son de tinte siniestro muy al gusto del público de la época. Son historias de contenido alegórico y casi siempre ambientadas en aquella Nueva Inglaterra tan suya y tan intensamente impregnada del espíritu puritano de los fundadores. Títulos como La hija de Rappacini (1844), El joven Goodman Brown (1835), Musgos de una vieja mansión (1854) o El velo negro del ministro (1844), ejemplifican su esencia y su estilo literario. En cuanto a sus novelas largas, destacan La casa de los siete tejados (1851), La novela de Blithedale (1852), El fauno de mármol (1860), y sobre todas ellas La letra escarlata, publicada en 1850, que dibuja como ninguna otra ese ambiente de puritanismo a que nos referimos. El relato ha sido adaptado al cine en varias ocasiones, reimpreso, reeditado, versionado y hasta trasladado al cómic.

Autores tan importantes como Poe o como Melville le elogiaron en vida. Modernamente encontró un ferviente admirador en la persona de Jorge Luis Borges, que manifestó en muchas ocasiones esa predilección. Aquí en Bigotini, no osaremos contradecir al maestro Borges. Nuestra modesta biblioteca os ofrece la versión digital de uno de los más interesantes cuentos de Nathaniel Hawthorne, La ambición del forastero. Haced clic en el enlace y sumergíos en su lectura. 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?d=1&preview=La+ambici%C3%B3n+del+forastero.pdf

Una mano limpia y pura no necesita guante que la cubra. Nathaniel Hawthorne.


jueves, 5 de septiembre de 2024

PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE PULMÓN EN LOS TRABAJOS CON AMIANTO

 


El amianto (también llamado asbesto) está compuesto por fibras.  Estas fibras pueden ser inhaladas a través de las vías respiratorias, llegando a producir daños en el árbol bronquial, los pulmones o las estructuras anejas (pleura y peritoneo) de las personas expuestas. El amianto se ha utilizado durante años como material de construcción en cubiertas y otras estructuras, por sus notables cualidades aislantes. Hoy día está fuera de toda duda la consideración del amianto como un material cancerígeno. Se reconocen como derivadas de los trabajos expuestos a la inhalación de fibras de amianto las siguientes enfermedades:

    Asbestosis. 
Carcinoma primitivo de bronquio o pulmón.
Mesotelioma pleural y mesotelioma peritoneal. 

Los trabajos más frecuentemente relacionados con el amianto son los de reparación y sobre todo retirada de cubiertas de uralita o fibrocemento, material muy usual en edificios y naves industriales antes de que se hicieran públicos sus riesgos. Las placas de fibrocemento contienen una variedad del amianto llamada crisotilo. Ofrecemos a continuación una serie de normas y medidas de protección específicas para estos trabajos:


Se procederá al desmontaje manual de las placas de fibrocemento, mediante el uso de herramientas manuales o en todo caso, de herramientas de baja velocidad de giro, de manera que se genere la mínima cantidad de polvo posible.

El descenso de las placas se realizará por medio de equipos de elevación o medios que garanticen la no generación de polvo.  Nunca se arrojarán las placas desde altura.

Se utilizarán mascarillas de protección respiratoria autofiltrantes, certificadas según la norma europea EN-149.

También se hará uso de equipos de protección personal desechables: guantes y trajes completos provistos de capucha y fabricados sin bolsillos ni costuras.

Otras medidas de prevención y protecciones personales se usarán en función de los demás riesgos presentes en los trabajos: equipos y sistemas de arneses anticaídas, líneas de vida, etc., en prevención del riesgo de caídas a distinto nivel, calzado de trabajo homologado, etc.

Los trabajadores dispondrán de un vestuario doble, uno “sucio” y otro “limpio”, separados por una ducha que se dotará de filtrado de residuos.  La ropa de calle se dejará en el vestuario limpio y la de trabajo, que será desechada, en el sucio.

Está terminantemente prohibido comer, beber o fumar en las zonas de riesgo.


Se impedirá la permanencia en los lugares de operaciones con amianto de todo personal no autorizado.

Los lugares de trabajo se señalizarán convenientemente con las siguientes leyendas:

    “peligro de inhalación de amianto”

    “prohibido permanecer en la zona a personal no autorizado"

“prohibido fumar”

 

Los materiales y residuos que contengan amianto deberán procesarse por separado de aquellos otros desechos que no lo contengan.

Se procederá al embalaje o retractilado con materiales plásticos que posean la suficiente resistencia mecánica, de todos los materiales, placas, piezas, etc., que contengan amianto.

También se tratarán de la misma forma otro tipo de materiales contaminados, tales como ropas de trabajo desechables, filtros, mascarillas, etc.

Los embalajes que contengan residuos contaminados se señalizarán convenientemente con pegatinas que adviertan del riesgo

La retirada del material contaminado la realizará una empresa autorizada a la recogida de residuos.

Los trabajadores que realicen trabajos en presencia de amianto deben ser sometidos a reconocimientos médicos específicos, aplicándose en ellos los protocolos que señala la normativa vigente.

Las pruebas incluirán la realización de radiografías de tórax.

Estos exámenes de salud se practicarán a la incorporación y periódicamente (cada año).

Los médicos que lleven a cabo las pruebas y exploraciones deben certificar la aptitud de los trabajadores.


El matrimonio es la principal causa de divorcio.  Groucho Marx.


lunes, 2 de septiembre de 2024

GENÉTICA Y FELICIDAD. LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ


 

En el célebre y viejo cuento oriental, un poderoso pero infeliz monarca mandaba mensajeros a recorrer los confines de su reino para encontrar al más feliz de sus súbditos. Algún oráculo le había profetizado que la camisa de ese hombre le procuraría la felicidad que le faltaba. Los emisarios encontraron por fin al hombre feliz, pero resultó ser tan pobre que ni siquiera tenía una camisa para cubrirse.

Hoy en día, en nuestro moderno y desquiciado mundo ultratecnificado, seguimos buscando desesperadamente esa utópica felicidad que parece escaparse de entre las manos como un pez resbaladizo. Videos tutoriales de You Tube, libros de autoayuda, predicadores, coach, y toda clase de timadores por el estilo, aseguran haber dado con la fórmula infalible que, naturalmente, intentan vendernos. Hasta los genetistas persiguen la felicidad con denuedo en busca de una respuesta a la pregunta: ¿existe el gen de la felicidad?


Recientemente parece haber sido descubierta una relación significativa entre la felicidad y el gen bautizado como 5-HTT. Se trata de un gen con un importante papel en nuestra fisiología cerebral. Contiene las instrucciones para fabricar un transportador de la serotonina, un neurotransmisor cerebral que se manifiesta como especialmente activo. La serotonina regula el sueño, la temperatura corporal, el estado de ánimo, el apetito y hasta algunos elementos relacionados con el sexo y la actividad sexual. Cada vez que una neurona utiliza serotonina para enviar un mensaje, esta debe ser reabsorbida para poder ser utilizada de nuevo. Es en este punto donde interviene el transportador codificado por 5-HTT. Cuantos más transportadores posea la membrana celular, mayor eficacia tendrá la reabsorción del neurotransmisor, por lo tanto habrá mayor disponibilidad de serotonina.


El gen 5-HTT o mejor dicho, su promotor (una región de ADN adyacente capaz de activarlo), puede presentarse en el ser humano en dos versiones: una corta (S) y una larga (L). La variante larga posee cuarenta y cuatro nucleótidos de más, y se asocia con una mayor actividad, casi el triple, que la variante corta. Los individuos homocigóticos que han recibido de sus dos progenitores la versión larga (L/L), producen muchos más transportadores que los individuos heterocigóticos (L/S), y por supuesto, muchísimos más que los homocigóticos que han recibido las dos versiones cortas (S/S). Diversos estudios arrojan diferencias significativas entre grupos de individuos de cada una de las tres variantes en cuanto al grado de satisfacción y de felicidad manifestado por los sujetos estudiados. Ya en 2003 se descubrió que los individuos portadores de ambos alelos cortos (S/S) mostraban más síntomas depresivos e incluso una mayor tasa de suicidios al vivir situaciones estresantes o si habían sido víctimas de malos tratos en la infancia.


Entonces, ¿es 5-HTT el gen de la felicidad? Pues bien, lamentablemente la respuesta no puede ser más que negativa. De igual forma que en el viejo cuento no existía la camisa del hombre feliz, tampoco puede afirmarse que exista un único gen de la felicidad, y ello por una razón bien sencilla: porque no existe un único gen que se ocupe en exclusiva de un determinado aspecto concreto. Así que no hay un único gen para la felicidad del mismo modo que no hay un único gen para el color de los ojos, para el tamaño de los pies o para el grado de inteligencia de los individuos. Cuanto más se va profundizando en el genoma, más patente resulta que cualquier rasgo fenotípico depende no de uno, sino de varios genes, en ocasiones una verdadera multitud de ellos. Y no sólo eso. Aspectos y cualidades de los seres humanos tales como el comportamiento, el desarrollo intelectual, la disposición artística, deportiva, musical, gastronómica y un larguísimo etcétera en el que por supuesto, se incluye la predisposición a ser feliz, están fuertemente ligados a factores ambientales que rebasan el ámbito de la genética.

-Doctor, estoy muy mal. Últimamente veo a mi difunto esposo en todas partes y a todas horas.

-Señora, ¿ha visto ya a un psiquiatra?

-Pues no, ya le digo que sólo veo a mi difunto.