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sábado, 9 de enero de 2021

TERESA WRIGHT, ACTRIZ

 



Teresa Wright representa el ejemplo perfecto de la diferencia existente entre una actriz y una estrella. Tras su etapa de estudiante de arte dramático, debutó en los escenarios teatrales neoyorquinos con gran éxito de críticas. No sólo era una actriz, sino una actriz formidable. Ahora bien, ¿era eso suficiente para triunfar en la industria del cine? Samuel Goldwyn, el mandamás de la MGM en los años cuarenta, pensó que podría serlo. Se la llevó a Hollywood donde actuó en tres películas, fue nominada en las tres al Oscar de mejor actriz de reparto, y lo obtuvo en 1942 por su papel en la tercera, La señora Miniver de William Wyler. Mejor no podían ir las cosas para la joven promesa…

El problema fue que Teresa nunca terminó de dar el salto al estrellato, ese estatus en que aparece tu nombre resaltado en las marquesinas con letras de neón. Era sin duda una gran actriz, pero físicamente no daba la talla. Era mona, simpática, guapita de cara, la hija, la nuera o hasta la esposa ideal, pero no la amante. Las estrellas, con independencia de que sean mejores o peores actrices, atraen sobre sí las pasiones, las filias y hasta a veces las fobias. Los hombres las aman en secreto, las mujeres las envidian, los fotógrafos las persiguen…

Como la industria era la industria y no podía dejar de serlo, Teresa Wright se vio embarcada por promotores, productores y directivos de todo tipo, en un viaje vertiginoso en busca del ansiado estrellato. No repararon en gastos: lujosos vestidos de los mejores diseñadores, apariciones en la prensa, rumores alentados por las productoras, romances inventados y toda clase de trucos se pusieron en juego. El resultado fue nulo y Teresa siguió siendo nada más que la chica buena de los papeles secundarios y después la santa esposa del héroe de turno. Cuando terminó su sexto papel consecutivo de ama de casa y se extinguió su contrato, aquella gran actriz desistió por fin de seguir intentando convertirse en una estrella. Sencillamente tiró la toalla y se retiró. Así es, las historias reales no siempre acaban en dramáticos apoteosis como las ficticias. A menudo las historias reales concluyen con un mutis discreto y un adiós sin estridencias.

Os dejamos un enlace (haced clic en él) para visionar un breve montaje de música e imágenes que recoge los mejores momentos de Teresa Wright, una actriz nada más… y nada menos. 

https://www.youtube.com/watch?v=-PNIzE6sCig

Próxima entrega: Tyrone Power


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