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viernes, 22 de enero de 2021

CARLO COLLODI Y UN MUÑECO DE MADERA

 


En 1826 nació en Florencia Carlo Lorenzo Filipo Giovanni Lorenzini, que como escritor adoptaría el seudónimo de Carlo Collodi en homenaje al pueblo natal de su madre. En aquel tiempo el Gran Ducado de Toscana se encontraba bajo el dominio del Imperio Austro-Húngaro. Hijo de una familia bien relacionada con la aristocracia regional, el pequeño Carlo tuvo como madrina en su bautizo nada menos que a la propia duquesa. Inició sus estudios en el seminario, y en aquel periodo tuvo acceso a muchos libros prohibidos por la Iglesia que marcaron su trayectoria intelectual y literaria. Trabajó como bibliotecario y librero, frecuentó los ambientes revolucionarios y en 1848 se alistó voluntario en la Guerra de la Independencia italiana. Sus primeros trabajos se publicaron en Il Lampione, un periódico satírico que fue censurado y secuestrado por el Gran Duque.

Su primera novela, In vapore, obtuvo un gran éxito. Siguió ejerciendo el periodismo en diversas publicaciones, y regresó a su Florencia natal al término de la guerra, tras licenciarse con honores del ejército piamontés. Desde 1860 trabajó para la nueva administración italiana, y paradójicamente lo hizo como empleado de la Comisión para la Censura del Teatro, precisamente él que tanto había sufrido la censura del viejo régimen. En los siguientes treinta años produjo una abundante copia de cuentos y relatos breves, muchos de ellos dirigidos al público infantil y juvenil, un género en el que Collodi llegó a ser un gran especialista. Destacan en esta etapa su Raconti delle fate, adaptación de los cuentos de hadas de Perrault, y Giannettino, inspirado en el Giannetto de Alessandro Luigi Parravicini.



En 1880 comienza a escribir la que será su obra más universal, Storia di un burattino, es decir, Historia de un títere, que se publicó por entregas semanales en Il Giornale dei Bambini, primera publicación periódica para niños de Italia. Al burattino, el títere en cuestión, se le conoció en principio como Bambinino, y más tarde como Pinocchio, nombre que pasó a convertirse en un fenómeno mundial, y de cuyas aventuras se han hecho centenares y hasta miles de versiones, entre las más célebres, la película de animación de Disney, uno de los primeros y más exitosos largometrajes animados. Pinocho se ha traducido a más de doscientos cincuenta idiomas, incluido el Braille. El muñeco ha protagonizado ballets y óperas. Incluso Luigi Pirandello incorporó al pequeño Pinocchio como uno de sus Sei personaggi in cerca d’autore.

El final original de la serie de narraciones no era el feliz que conocemos por versiones posteriores, en el que Pinocho se convierte en un niño de verdad. Al contrario, Collodi le infringió un singular castigo por su comportamiento de delincuente, y acabó ahorcado en la picota. Algunos críticos literarios e investigadores han visto en la obra alegorías a la alquimia y a la masonería, pues al parecer su autor fue miembro de una logia. El grillo que habla personifica la conciencia, y en definitiva la obra se presta a multitud de lecturas simbólicas, lo que ha hecho que pueda ser leída por los niños con absoluta sencillez o por los gurús del ocultismo que encuentran en ella una profunda simbología.

Paradójicamente Carlo Collodi no llegó a vivir la gran fama de su personaje, falleció en su Florencia natal en 1890, siendo enterrado en la Basílica de San Miniato al Monte.

De nuestra singular Biblioteca Bigotini extraemos una magnífica versión digital de Las aventuras de Pinocho. Clic en el enlace y disfrutadlas. Volved a la infancia de la mano del muñeco de madera más célebre de la literatura.

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Aventuras+de+Pinocho.pdf

Ten presente que los verdaderos señores se conocen más por el vestido limpio que por el lujoso. Carlo Collodi. Las aventuras de Pinocho.


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