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viernes, 29 de noviembre de 2019

ORGASMO VAGINAL Y PUNTO G: MITO O REALIDAD


Ya hemos dicho otras veces que el clítoris no se limita al diminuto órgano del glande externo. Sus brazos internos, equivalentes embriológica y anatómicamente a los cuerpos cavernosos del pene, están también dotados de extraordinaria sensibilidad, lo mismo que su tronco central. Lo que nos conduce a la controversia de si realmente existen orgasmos que se produzcan exclusivamente mediante la penetración, sin intervención del clítoris.
La estimulación del interior de la vagina puede también desencadenar orgasmos. El dilema está en si dicha estimulación proviene de los nervios de la propia vagina, o si lo que consigue la penetración es estimular indirectamente los brazos internos y el tronco del clítoris.

Mayor controversia aun si cabe, gira alrededor de la existencia del llamado punto G. Quienes la defienden señalan una pequeña región de apenas un par de centímetros, situada en la cara anterior de la mucosa vaginal alta, que estaría dotada de mayor inervación, y por tanto de más profunda sensibilidad que el resto de las paredes internas de la vagina. Siguiendo este razonamiento, el punto G sería estimulado por el glande masculino durante la penetración en la posición frente a frente, también llamada del misionero, tan característica de los encuentros sexuales entre parejas de nuestra especie, lo que justificaría la disposición ligeramente curvada que adoptan la mayor parte de los penes en completa erección. Algo más complicada resultaría la estimulación manual de dicho punto, que requiere la introducción profunda de los dedos.


De los experimentos que llevaron a cabo Masters y Johnson en los sesenta (década prodigiosa también en materia de sexo, me apunta nuestro viejo profesor), parece concluirse que el clítoris es el único órgano responsable del placer, mientras que la vagina se comporta como un mero receptáculo del pene, relativamente insensible, como corresponde por otra parte a su papel de canal del parto en el alumbramiento. El movimiento feminista abrazó esta idea con entusiasmo, ya que proclamaba que la penetración, y por extensión, la intervención masculina, no son necesarias para obtener una estimulación más intensa y alcanzar el orgasmo. También destruye la absurda hipótesis freudiana de que el orgasmo clitoridiano es infantil, y el vaginal, adulto.


Estudios como los de Odile Buisson, realizados mediante sonografías, defienden que la penetración estimula la zona interna del clítoris, su tronco, y que por lo tanto el orgasmo exclusivamente vaginal no existe. Otros investigadores no niegan esta estimulación clitoridiana indirecta, pero señalan que la mucosa vaginal está dotada de sensibilidad suficiente para generar orgasmos vaginales, que algunas mujeres han descrito como menos localizados o de cuerpo entero. Señalemos a este respecto, que el clítoris sólo está inervado por el nervio pudendo, mientras que a la vagina llegan además de éste, el pélvico y el hipogástrico. En imágenes cerebrales de mujeres estimulándose el interior de la vagina, se observa la activación de zonas diferentes de la corteza cerebral a las activadas por estimulación del clítoris.

Añadamos que se han descrito orgasmos provocados por caricias en el ano, los pechos, los lóbulos de las orejas o el cuello, y los testimonios de muchas mujeres que describen los orgasmos clitoridianos y los vaginales como diferentes. Conviene tener en cuenta además, que en el orgasmo femenino influyen multitud de otros factores como el estado anímico, la ausencia de estrés, el grado de excitación, la pericia de la pareja (él o ella) o el grado de compenetración que llegue a alcanzarse. En última instancia, se sabe de mujeres practicantes de tantra yoga, que aseguran haber alcanzado el orgasmo mediante la respiración y la meditación. Estos casos extremos podrían conducirnos al error de concluir que todo esto del placer y los orgasmos es puramente mental. No es así. El componente digamos, místico, probablemente ejercerá su influencia, pero no todo es mental. Descendamos de las nubes. El aspecto fisiológico es fundamental para la inmensa mayoría tanto de mujeres como de hombres.

Procura no acercarte a una cabra por delante, a un caballo por detrás, y a un tonto por ningún lado.




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