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miércoles, 18 de junio de 2025

TERESA DE JESÚS. ENTRE LA SANTIDAD Y LA HEREJÍA

 


En 1515 y en Ávila, o más probablemente en la cercana localidad de Gotarrendura, nació la que conocemos como Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila. En la partida de bautismo figura como Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, apellidos que suelen resumirse en Teresa de Cepeda o bien en Teresa de Ahumada, nombres que empleó habitualmente hasta que comenzó su labor reformadora. Era hija de Alonso Sánchez de Cepeda, que alcanzó la hidalguía en Ávila tras hacer dineros en el comercio textil. El abuelo de Teresa, Juan Sánchez de Toledo, había sido también comerciante de paños, un judío converso próspero, estigma familiar que empañó la reputación de la monja fundadora lo que puede suponerse ante las autoridades del Santo Oficio. No obstante, primero su abuelo y más tarde su padre, hicieron una fortuna considerable, lo que les permitió habitar la mejor casa de Ávila, abandonar el comercio, oficio considerado entonces bajo, adquirir muchas tierras de labranza, y vivir de las rentas familiares a la vez que emprendieron diversos pleitos en Ávila, Ciudad Real y Valladolid. Las reclamaciones se sustanciaron en un documento en el que se les otorgaba fe de hidalguía, una distinción que no sólo elevó socialmente a la familia, sino que además la eximió de pagar impuestos. Cosas de la España de entonces.

Teresa fue fruto del segundo matrimonio de su padre, tras fallecer su primera mujer de peste bubónica. La madre de Teresa fue Beatriz de Ahumada, una rica heredera de Olmedo, que se casó con Alonso cuando contaba sólo diecinueve años. Teresa tuvo nada menos que catorce hermanos y hermanastros. Los varones se dedicaron todos a la milicia, varios de ellos marcharon a América y se encontraron en diversos episodios históricos de conquista en el Nuevo Mundo. El preferido de Teresa fue su hermano Rodrigo, sólo un par de años mayor que ella, con quien vivió durante su infancia fantasías de martirio y de santidad en tierras de moros. El padre poseía una biblioteca muy notable. Las primeras lecturas de Teresa fueron hagiografías y otras lecturas piadosas, junto a una copiosa colección de libros de caballerías, por los que siempre tuvo predilección, y que al decir de algunos testigos de crédito, no dejó de releer incluso en su etapa de viajes y fundaciones. Como en su tiempo la educación estaba reservada a los varones, Teresa no realizó estudios que pudiéramos llamar académicos. Desconocía el latín, y puede considerarse autodidacta a todos los efectos, lo que otorga aún más mérito a su actividad literaria. Algunos especialistas en su obra reconocen en ella influencias de Juan de Padilla, Francisco de Osuna, y sobre todo, Fernán Pérez de Guzmán, cuyas poesías religiosas parecen en algún aspecto precursoras de la mística de Teresa.


En 1535, con veinte años, ingresó como postulanta en el convento de la Encarnación de carmelitas, en Ávila, y a partir de ahí se entregó por completo a la vida religiosa. Llegaron más tarde las fundaciones de las descalzas, que le llevarían a recorrer gran parte de la península, y a buscarse problemas con las autoridades religiosas. La Inquisición estaba entonces en pleno apogeo, y las ideas de todo punto revolucionarias de Teresa en materia religiosa, contemplativa y mística, la pusieron muchas veces a los pies de los caballos. Repasando las vidas y obras de quienes fueron en su tiempo reos de la justicia inquisitorial, incluido su discípulo y querido amigo San Juan de la Cruz, cabe concluir que la línea que separaba la santidad de la herejía era tan fina y a veces tan imperceptible, que resultaba muy fácil cruzarla. Teresa de Jesús tuvo la suerte, la habilidad o ambas, de situarse en el lado correcto de la línea. Como es sabido universalmente, fue beatificada en 1614 por Paulo V, canonizada en 1622 por Gregorio XV, y reconocida como Doctora de la Iglesia (primera mujer en ostentar dicho título) ya en 1970 por Paulo VI. Falleció la santa el 15 de octubre de 1582, a los 67 años.


Nuestro foro no es lugar para glosar la importancia religiosa de Teresa de Jesús, ni su influencia en la Iglesia católica, en el pensamiento místico y hasta en las artes plásticas. Recuérdese en este terreno la célebre escultura de Gian Lorenzo Bernini Éxtasis de Santa Teresa, amén de infinidad de pinturas y hasta películas sobre su devenir biográfico. Reliquias de su cadáver se hallan repartidas en muchas iglesias y conventos tanto españoles como extranjeros, y no olvidemos su brazo incorrupto, despojo que sirvió como macabro fetiche a cierto infame general de ingrato recuerdo.

En Bigotini literario nos ocupamos de la literatura. Y en la obra literaria de Teresa de Jesús destacan su Biografía, conjunto de escritos de su puño y letra con algún que otro añadido posterior, que nos ha dado a conocer diversos pormenores de su vida, sus viajes y sus fundaciones; Camino de perfección, todo un canto a la humildad como medio de acercarse a Jesucristo; y sobre todo, Las Moradas, también llamado El castillo interior, su obra en prosa más famosa y emblemática, un monumento místico que propone un proceso iniciático. En Las Moradas, es la oración la única llave capaz de abrir el castillo interior. Se van recorriendo los sucesivos aposentos o moradas, hasta llegar a la séptima y última, donde el alma alcanza la unión con Dios. Esta división recuerda los pasos de la Divina Comedia de Dante, obra que con toda seguridad conoció Teresa en alguna de las varias traducciones al castellano, algunas con octosílabos rimados, que circularon en la España de su época.

Los inquisidores miraban con lupa cualquier escrito de la monja, así que muy bien aconsejada por sus confesores, que sin duda habrían sido unos abogados magníficos, Teresa llevó su prosa a una sencillez extrema, enraizada en el habla popular. Se trata de una prosa coloquial en la que la escritora emplea las expresiones y dichos de una pobre mujer poco hecha a retóricas y literaturas. Incluso a veces finge desconocer ciertas palabras, o las escribe intencionalmente de forma incorrecta. Cuando alaba el trabajo y la humildad, dice que también puede encontrarse a Dios entre los pucheros. Bueno, puede que engañara a los inquisidores, pero de ninguna manera a la crítica literaria. No hace falta rascar mucho, para encontrar en sus textos citas doctas por ejemplo, de Fray Antonio de Guevara, o hasta del mismo Erasmo de Rotterdam, a quien el estamento inquisitorial consideraba un hereje, el mismo demonio. Lo cierto es que la prosa de Teresa de Jesús es posiblemente la mejor en castellano hasta la llegada de Cervantes. Muchos críticos aprecian en la mística teresiana connotaciones sexuales, como en el hecho de que en la sexta morada celebra el alma los esponsales con Dios, y en la séptima se produce la gozosa consumación del matrimonio. En cualquier caso, tanto la forma cuasi poética, como el propio fondo filosófico de la mística, rebosan una sensualidad y un abandono que por momentos recuerdan al sufismo. Es precisamente el de Las Moradas, el texto que traemos hoy en su versión digital. Haced clic en el enlace, empapaos del misticismo de la santa andariega, y de paso edificaos un poquito, que buena falta os (nos) hace, caramba.

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Las+Moradas.pdf

No es otra cosa el alma del justo, sino un paraíso, adonde dice Él tiene sus deleites.


domingo, 15 de junio de 2025

MOVIMIENTOS REPETITIVOS EN EL TRABAJO. TIEMPOS MODERNOS

 


El Chaplin más genial nos legó esta producción de la United Artists de 1936. Modern times o Tiempos modernos. Un film mítico en el que el pobre Charlie enloquecía trabajando en una disparatada y automatizada fábrica. Los movimientos repetitivos de las extremidades superiores están frecuentemente asociados a puestos de trabajo en cadenas y líneas de producción. También se observan habitualmente en personal de mantenimiento, instalaciones, operarios industriales de maquinaria, y en general trabajadores que utilizan herramienta de mano de forma frecuente o reiterada.

 

Las articulaciones de la extremidad superior (hombro, codo, muñeca) son complejas y sutiles, y existen en ellas diversos canales y zonas angostas por donde pasan tendones, paquetes vasculo-nerviosos y diferentes estructuras en ocasiones muy delicadas, susceptibles de inflamarse, seccionarse parcial o totalmente, y sufrir diversas lesiones. Este riesgo latente se agrava por el continuo trabajo y movimiento de manos y brazos, a menudo ejerciendo presión, fuerza, torsiones, giros y movimientos repetitivos.

 

La prevención de las lesiones pasa por tres principios fundamentales:

 

1.   Una adecuada elección de las herramientas y los equipos y un buen uso de los mismos. Tanto las herramientas manuales como los mandos y partes móviles de los equipos deben contar con un diseño ergonómico. Los mangos deben adaptarse a la forma y a la funcionalidad de la mano, y al predominio lateral de la función (diestros o zurdos). Deben ser también adecuadas en tamaño y en peso. Una buena herramienta ergonómicamente adaptada es garantía de prevención de lesiones.

 

2.   Un correcto diseño del puesto de trabajo en cuanto a espacios, distancias, alturas... Evitar tener que levantar objetos o ejercer fuerza por encima de los hombros, reduce al mínimo la posibilidad de lesiones en esa articulación.

 

3.   Por último, una organización racional de las tareas, por ejemplo, el establecimiento de pausas o rotaciones en los trabajos que deban realizarse en cadenas o líneas de producción, será clave para disminuir la incidencia de los problemas musculoesqueléticos.


En cualquier caso, es importante consultar con los especialistas de tu servicio de prevención en cuanto se produzcan las primeras molestias. Se trata de problemas a menudo fácilmente corregibles si se detectan a tiempo, pero que en sus últimas fases precisan a veces intervención quirúrgica o actuaciones más agresivas.

 

Jamás aceptaría pertenecer a un club que me admitiera como socio. Groucho Marx.


miércoles, 11 de junio de 2025

EL NÚMERO DE EULER Y LA FÓRMULA FANTÁSTICA

 


El número “e”, conocido como el número de Euler, aparece en áreas muy diversas, desde la fórmula de la catenaria (la curva que forma un cable colgado de sus extremos), o el cálculo del interés compuesto, hasta numerosas aplicaciones de estadística y probabilidad. Se debe al genio de Leonhard Paul Euler (1707-1783). El divulgador científico David Darlin afirma que “e” es posiblemente el número más importante del universo matemático. p nos resulta mucho más familiar a los profanos en la materia, pero e es mucho más significativo y ubicuo para los expertos y los iniciados en los niveles más altos de la teoría matemática.

El número e es aproximadamente igual a 2,71828… Puede calcularse de varias formas. Es por ejemplo, el límite de la expresión (1 + 1/n)n cuando n aumenta indefinidamente.




Aunque algunos matemáticos como Jacob Bernoulli y Gottfried Leibniz ya conocían la existencia de la constante, fue el suizo Leonhard Euler el primero en estudiarla en profundidad, y el primero que la nombró, utilizando el símbolo e en algunas cartas escritas en 1727. Diez años más tarde, en 1737, demostró que e es un número irracional, es decir, que no puede expresarse como una fracción. En 1748, Euler calculó  dieciocho de sus dígitos. En la actualidad, gracias a los ordenadores, se conocen más de cien mil millones de ellos.

El número e también aparece en una de las relaciones matemáticas más asombrosas jamás descubiertas, eip + 1 = 0, que une los cinco símbolos matemáticos más importantes: 1, 0, p, e, i (la raíz cuadrada de menos uno).


El matemático de Harvard Benjamin Pierce, confesándose maravillado, afirmó: no comprendemos la fórmula y no sabemos lo que significa, pero la hemos demostrado, y por lo tanto sabemos que tiene que ser verdadera. Varios expertos la han elegido como la fórmula matemática más hermosa de todos los tiempos. Según Kasner y Newman lo único que podemos hacer es reproducir la ecuación y no dejar de preguntarnos por sus implicaciones. Desde su creación, ha atraído por igual a científicos, a matemáticos y a místicos. Nuestro profe Bigotini es capaz de pasarse horas enteras contemplando la fórmula con un arrobo y una emoción que no recordamos desde aquel lejano día en que la Bella Chelito le estampó un beso en la nariz.

-Y, dígame, ¿escucha usted voces dentro de su cabeza?

-(Dile que no, dile que no).

-No, doctor.


domingo, 8 de junio de 2025

ROBERTO ALCÁZAR, PEDRÍN Y EDUARDO VAÑÓ

 


Eduardo Vañó Pastor era un valenciano de Bocairent nacido en 1911. Tras finalizar los estudios elementales, aprendió dibujo en la valenciana Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, titulándose de profesor de dibujo. Profesionalmente se inició como dibujante en los años treinta, ilustrando novelas para la Editorial Valenciana, y publicando trabajos en la revista cómica KKO. Tras el paréntesis de la guerra, se asoció a Juan Bautista Puerto, que escribió los guiones de la serie Roberto Alcázar y Pedrín, que fue una de las más exitosas del tebeo español de la posguerra. Al principio el título de la serie fue “Roberto Alcázar” a secas, con el subtítulo añadido de “El intrépido aventurero español”. Con el tiempo, Puerto se encargó de la edición del tebeo, y tuvieron que contratar otros guionistas. José Jordán Jover, Federico Amorós, Vicente Tortajada o Pedro Quesada, fueron algunos de ellos. Incluso el propio Vañó se ocupó en alguna ocasión de dibujos y guión. Eduardo Vañó dedicó la práctica totalidad de su vida profesional a dibujar Roberto Alcázar y Pedrín, produciendo todos y cada uno de los 1219 números que aparecieron de la serie entre 1940 y 1976, año en que dejó de publicarse por haber decaído su popularidad. Muy raramente Vañó se ocupó de otras series. Acaso la única excepción fueron las historietas de Milton el Corsario, cuyos 61 números dibujó en 1956. Falleció el dibujante en 1993.


Eduardo Vañó fue uno de los principales exponentes del tebeo valenciano, formando parte de una irrepetible generación de artistas: Sanchis (Pumby), Karpa (Jaimito), Palop (Bartolo), que mantuvieron durante unas décadas la modesta pero meritísima industria del tebeo valenciano. Los dibujos de estilo realista que realizó Vañó en Roberto Alcázar y Pedrín, fueron un tanto desiguales, apreciándose gran diferencia entre sus titubeantes trabajos de los comienzos, en los primeros años cuarenta, y los posteriores, ya algo menos rudimentarios, aunque nunca llegaron a tener una calidad apreciable. En cuanto a la ideología y el mensaje que transmite la serie, diremos que se ha calificado por la crítica de fascistoide, razón por la que acaso decayó ya durante el tardofranquismo. Hay quien ha visto semejanzas entre el protagonista, Roberto Alcázar, “el intrépido aventurero español”, y el líder falangista José Antonio Primo de Rivera. El autor se defendió de esa visión, desmintiéndola en alguna entrevista, y aduciendo que uno de los guionistas de la serie, José Jordán Jover, fue comandante del ejército republicano represaliado, y le enviaba los guiones desde la cárcel. Quien escribe estas líneas opina que el tufo fascistoide de la serie resulta innegable, ya fueran sus autores conscientes o no de ello. Con todo, nuestra mentalidad infantil de chicos de posguerra no reparaba en esas sutilezas. Las aventuras, muchas veces disparatadas, con monstruos e ingenios maléficos incluidos, nos entretenían y nos divertían, que es en definitiva lo que esperábamos al tomar entre las manos un tebeo. Sirvan como recuerdo de Eduardo Vañó y de su trabajo, las páginas y portadas que incluimos aquí abajo.

















miércoles, 4 de junio de 2025

BARBRA STREISAND, UNA CHICA JUDÍA DE BROOKLYN

 




Barbra Streisand, esa chica judía de Brooklyn, de nariz prominente y ligeramente bizca, se propuso desde muy jovencita triunfar en el negocio del espectáculo, y vaya si lo consiguió. Lo hizo primero en Broadway y más tarde en Hollywood. Como cantante consiguió vender millones de discos en aquellos años en los que (asómbrense los jóvenes neomilenarios) los discos se vendían en unos establecimientos llamados tiendas de discos. ¡Hay que ver, qué antigüedades contamos los viejos! Bueno, pues si en disco la chica gustaba, en directo es que arrasaba, porque más que cantante y por encima de cantante, Barbra Streisand era una gran interprete. Y así, interpretando, se puso delante de las cámaras. Hizo musicales, hizo comedias deliciosas como la muy cómica Qué me pasa, doctor, o la muy romántica Tal como éramos. Hizo también papeles dramáticos, ganó un par de Oscar, y hasta se atrevió con la dirección disfrazándose de chico en Yentl, según opinión tan autorizada como la de Steven Spielberg, uno de los debuts más dinámicos en la dirección desde el Ciudadano Kane de Welles. Era tan buena actriz que hasta se propuso ser hermosa y sexy y también lo consiguió. ¿Se puede pedir más? A ella por lo visto le pareció que sí, y no contenta con sus éxitos en la música y en el cine, parece que se fijó la meta de acostarse con los más guapos y bizarros galanes de su generación. Después de todo, como dijo Woody Allen, paisano suyo de Brooklyn y de idéntico origen, ¿para qué sirve si no hacer películas? Hoy os dejamos un breve video musical con el delicioso tema de Tal como éramos, comedia que dirigió Sidney Pollack en 1973 y protagonizó la Streisand junto a un Robert Redford que enamoró a todas las chicas de aquellos tiempos. Clic en el enlace, pasen, vean y evoquen.

Barbra Streisand. The way we were. 1973. Montaje musical

https://www.youtube.com/watch?v=2bripEbc04Y

Próxima entrega: Sidney Pollack


domingo, 1 de junio de 2025

LA ITALIA DE LOS LOMBARDOS

 


Muerto en Constantinopla el emperador Justiniano, le sucedió su sobrino Justino II, que fue un gobernante torpe y efímero. Tuvo, eso sí, el acierto de deponer al tirano Narsés que al frente de los bizantinos de Italia, protagonizó doce años de crímenes y despotismo, colocando en su lugar a Longino, un virrey mucho más ponderado. Sea, como quieren algunos, llamados por el despechado Narsés, o como señalan otros, por la propia población romana de Italia, aparecieron en escena unos nuevos invasores, los lombardos o longobardos, como suelen nombrase indistintamente. Los lombardos eran un pueblo cuyo origen suele situarse en la Suecia meridional, desde donde habían emigrado al continente siguiendo sus hábitos nómadas en busca de nuevos pastos y de botín. Practicaban el pastoreo y el saqueo, sin permanecer durante mucho tiempo en el mismo asentamiento. No tenían la más mínima noción de la agricultura. Construían improvisadas cabañas de madera junto a sus carros, y cubrían el suelo de pieles de cabra.

Montanelli y Gervaso los describen como rubios, velludos y gallardos. Se dejaban la barba y el cabello largos, pero se rapaban la nuca. Vestían una especie de camisones de lino crudo adornados con bordados de colores, y calzaban pesadas botas de cuero. Los guerreros más bravos coleccionaban tesoros de guerra, y se servían de muy pocos prisioneros como esclavos, conservando sólo a los más útiles y degollando a los demás. Prácticamente carecían de organización política. Cada grupo de guerreros, a menudo emparentados entre sí, era liderado por un duque al que deponían o asesinaban si mostraba la menor debilidad. Desconocían el comercio y la moneda. Al parecer su único patrimonio cultural eran las sagas, viejas leyendas heroicas que se transmitían oralmente de generación en generación, probablemente cantadas, o recitadas con música de acompañamiento.


Antes de que una horda de trescientos mil lombardos entrara en Italia por los Alpes Julianos en 568, habían pasado por Bulgaria, Hungría y Panonia. Los lideraba un tal Alboino, en principio uno de tantos duques guerreros, que asentado ya en la península, se convirtió en una especie de rey, título que le otorgaron más los itálicos conquistados que sus propios compatriotas bárbaros.

Las tropas bizantinas de Longino, a las que se suponía garantes de la soberanía, no salieron de Rávena, donde se fortificaron, así que los lombardos no hallaron la menor oposición para extenderse por la mayor parte de la península itálica. Eran gentes de tierra adentro, que evitaron llegar a las ciudades de la costa. Sólo les interesaron los bosques, los pastos y las localidades de la Italia interior. Muy probablemente también desconocían la geografía, ni les interesaría la política geoestratégica. De esta forma, muchas ciudades portuarias y regiones próximas al mar se libraron de la invasión, y serían el germen de las ciudades-estado que florecerían en toda Italia en los siglos que siguieron. Alboino conquistó Friuli, donde asentó como duque a su sobrino Gisolfo. Tomó también Milán, la Liguria, la Toscana, y Pavía, donde estableció su capital. Otras regiones y ciudades como Venecia, Padua, Cremona, Módena, Piacenza, la Pentápolis en la costa adriática, Nápoles, Salerno, los Abruzos, y por supuesto, Roma y la región del Lacio próxima al mar Tirreno, siguieron bajo dominio bizantino.


En 572, tras tres años de reinado, Alboino cayó víctima de una conjura orquestada por su esposa Rosmunda, a la que había humillado muchas veces haciéndole beber en el cráneo de su padre, el viejo caudillo de los gépidos. Después del asesinato, Rosmunda huyó con su amante, un tal Elmequis, y con un valioso tesoro real, para refugiarse en la corte bizantina de Rávena. Allí el astuto Longino la engatusó con promesa de matrimonio. Rosmunda ofreció a su amante un vino envenenado mientras ambos se solazaban en el frigidarium de los baños. Elmequis, acuciado por horribles dolores de vientre, y sintiéndose morir, obligó a Rosmunda a consumir el resto del bebedizo. Ambos perecieron sumergidos en un escatológico baño de diarrea. Cosas de bárbaros, debió decir Longino.

 


Muerto Alboino, los longobardos eligieron nuevo rey a Clefo, que conquistó Emilia, Rímini y parte de Umbría. Clefo también duró poco. Murió asesinado por un esclavo, y los lombardos atravesaron un periodo anárquico en el que cada duque actuó por cuenta propia, muchas veces guerreando entre sí unos con otros. Se sucedieron varios intentos de conquistar Roma, resistiendo la Urbe a duras penas los envites lombardos bajo los papas Benedicto I y Pelagio. Finalmente, fue elegido papa en 590 Gregorio, al que la Iglesia católica elevó a los altares como San Gregorio Magno. Considerado uno de los padres de la Iglesia, el papa Gregorio supo desplegar su habilidad diplomática, al mismo tiempo que hizo valer su fuerza militar, para consolidar los Estados Pontificios. Gregorio Magno fue pues, el primer auténtico papa rey de la Historia. Verdadero iniciador del llamado poder terrenal de la Iglesia, a Gregorio Magno se deben la mayor parte de los ritos, la refinada liturgia, los lujos materiales y la extraordinaria suntuosidad de la Roma papal, que aun actualmente, milenio y medio más tarde, nos siguen asombrando y fascinando.

Un orgasmo debería durar como mínimo, como un pantalón vaquero.


jueves, 29 de mayo de 2025

PATRICIA HIGHSMITH, LA CATEDRÁTICA DEL CRIMEN

 


Nacida en Fort Worth, Texas, en 1921, Patricia Highsmith tomó su apellido del segundo marido de su madre. Su padre abandonó el domicilio conyugal poco antes de nacer Patricia. Creció bajo la tutela de su abuela materna, Willi Mae, a quien consideró siempre su única familia. Desde muy niña se aficionó a la lectura. Se interesó muy especialmente por los libros sobre enfermedades mentales y sobre criminología que desde el siglo XIX, habían adquirido gran popularidad. Comenzó a escribir a los dieciséis años, diarios y cuadernos con ideas para futuras novelas que después utilizaría a lo largo de su carrera literaria. Estudió literatura inglesa, latín y griego. Entre 1942 y 1948 alternó residencia entre Nueva York y México, y aún antes de publicar sus primeros cuentos, se ganó la vida escribiendo guiones para cómics por 55 dólares semanales. Se le atribuyen varios centenares de guiones para diversas series inspiradas en el cine negro que en esos años hicieron furor, por lo que muchos aficionados a los cómics clásicos habrán leído sin saberlo, historias fruto de la imaginación de Patricia Highsmith.


A los veinticuatro años publicó su primer cuento en la revista Harper’s Bazaar, y en 1950 apareció su primera novela, Extraños en un tren, que adaptada por Raymond Chandler, fue llevada al cine por Alfred Hitchcock. La película tuvo gran éxito, y el nombre de Patricia Highsmith, que aparecía en los créditos, se hizo popular y le permitió publicar más novelas eligiendo a sus editores.

Como escritora conectó con el público pero no con cierta crítica. Tanto su vida personal, su condición de lesbiana y su adicción al alcohol, como la naturaleza íntima de sus obras, cargadas siempre de pesimismo, carentes del final feliz que imponía el american way of life, y con cierta crueldad materialista, le granjearon fama de atea y de comunista, dos etiquetas infamantes en aquella América bendecida por Dios y tutelada por el omnipresente Comité de Actividades Antiamericanas. Tras una breve relación con la novelista Marijane Meaker, abandonó definitivamente los Estados Unidos para establecerse en Europa. Primero en Inglaterra y en Francia, y más tarde en la localidad suiza de Locarno, donde finalmente falleció en 1995, sin que se le conociera otra relación que la que tuvo con sus novelas y con sus gatos.



Se le atribuyen más de treinta obras entre novelas, colecciones de cuentos y ensayos. A su muerte dejó mucho material inédito. Entre sus relatos breves destacan Cuentos misóginos, Los cadáveres exquisitos y Crímenes bestiales. En cuanto a las novelas, además de la ya citada Extraños en un tren, es notable su serie de Tom Ripley, un personaje cínico y amoral que protagonizó entre otras, El talento de Mr. Ripley, que se adaptó al cine con el título de A pleno sol y el protagonismo de Alain Delon, La máscara de Ripley, o El juego de Ripley, que también se llevó al cine con el título de El amigo americano. Su novela Carol fue en principio rechazada por sus editores americanos por su temática lésbica, y se publicó con el seudónimo de Claire Morgan, vendiendo un millón de ejemplares.

 

Los temas centrales de la obra de Patricia Highsmith son la culpa, el remordimiento, la mentira y el crimen. Sus personajes, a menudo verdaderos psicópatas, se mueven en el estrecho margen que separa el bien del mal. Cultiva una visión pesimista de la vida y del ser humano. Héroes turbios y ambiguos que explotan la hipocresía para ascender socialmente, pueblan sus páginas. La Highsmith es sin duda una de las grandes autoras del siglo XX. Para recordarla como merece os dejamos la edición digital de su relato La coartada perfecta, que atesora la esencia de su calidad literaria. Clic en el enlace y a disfrutar: 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+coartada+perfecta.pdf

Cualquier persona es capaz de asesinar. Es sólo cuestión de circunstancias. Patricia Highsmith.