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domingo, 22 de enero de 2023

EPITROCLEÍTIS, LA MALDICIÓN DEL GOLFISTA

 


La epitróclea es la eminencia ósea que se encuentra en la parte interna del codo (extremo distal del húmero). En ella se insertan los tendones de los músculos flexores y pronadores de la muñeca. La epitrocleitis está causada por la inflamación de estos tendones. También se conoce al cuadro como epicondilitis medial (para distinguirla de la epicondilitis lateral, de la que os hablé hace unos días) o como codo de golfista, porque la lesión se comenzó a detectar, sobre todo en el mundo anglosajón, entre los practicantes de ese absurdo entretenimiento que algunos se empeñan tercamente en calificar de deporte.

En la epitróclea se insertan los músculos palmar mayor, palmar menor, flexor superficial de los dedos y cubital anterior. La causa principal de la inflamación de los tendones, y por lo tanto de la lesión, es el sobreuso de la articulación del codo y el estrés repetitivo sobre la zona.




Factores que favorecen el desarrollo de la lesión son los traumatismos, el manejo reiterado de objetos pesados, el uso de maquinaria vibratoria, taladros o martillos neumáticos, los movimientos repetitivos que incluyan la flexión reiterada del codo y de la muñeca, e incluso la existencia previa de lesiones cervicales. De manera que podemos irnos olvidando de los palos de golf, porque ya veis que en un abrir y cerrar de ojos, milord se ha convertido en carpintero, albañil o escayolista.

Los síntomas incluyen dolor espontáneo que se incrementa con la palpación de la epitróclea, y a menudo se irradia al antebrazo o a la parte interna del brazo; molestias relacionadas con la flexión y la extensión de la muñeca y parestesias que afectan a brazo, antebrazo y hasta la mano.

El tratamiento más recomendable y más indicado es la fisioterapia. La lesión responde muy bien a diferentes técnicas, entre las que destacan:

·                     Masaje decontracturante de la musculatura regional.

·                     Masaje transverso profundo tipo Ciryax.

·                     Liberación miofascial.

·                     Compresión isquémica para puntos gatillo.

·                     TENS.

·                     Ultrasonidos.

·                     Láser.

·                     Microcorrientes.

·                     Estiramientos de la musculatura flexora.

·                     Crioterapia...



Los ejercicios son fundamentales tanto para completar la terapia, como para prevenir futuras recaídas. En el mundo laboral una medida de particular eficacia es la formación de grupos de trabajadores por fisioterapeutas en el mismo puesto de trabajo, de forma que el profesional sanitario conozca las tareas y los movimientos que habitualmente realizan los trabajadores, para poder corregirlos y recomendar medidas posturales y ejercicios de calentamiento, estiramiento y fortalecimiento, que contribuyan a disminuir la incidencia de la patología.

Las coderas de neopreno pueden resultar de utilidad, sobre todo en la fase de comienzo de la lesión, para prevenir su agravamiento. Los estiramientos son también fundamentales, sobre todo después de la jornada laboral o de la realización de tareas de riesgo, para evitar la lesión de los tendones.

Todo consiste en meterla.  Tiger Woods (golfista bastante golfo).


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