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domingo, 22 de mayo de 2022

LACTANCIA MATERNA. UN MANANTIAL DE VIDA

 


La lactancia natural constituye el primer alimento para las crías de los mamíferos. En nuestra especie contribuye además a la creación de un vínculo firme y duradero entre la madre y el bebé, tanto desde el punto de vista biológico, como desde el plano afectivo. Aunque en las últimas décadas la lactancia materna experimentó un retroceso importante, debido sobre todo a la creciente incorporación de la mujer al ámbito laboral, recientemente observamos una decidida tendencia a la recuperación de la práctica. La leche materna es insustituible como nutriente en las primeras semanas, resulta esencial para el desarrollo inmunológico del recién nacido, y por si fuera poco, ejerce como eficaz método anticonceptivo natural. ¿Qué más se puede pedir? Todos los especialistas recomiendan que salvo imposibilidad o seria contraindicación, la lactancia materna se mantenga al menos durante el primer trimestre de vida.

En España las madres lactantes están incluidas en el grupo de trabajadores especialmente sensibles, cuya protección se recoge en el art. 25 y siguientes de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales. Sus derechos están además recogidos en el Estatuto de los Trabajadores, en la Ley 39/1999 para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras, y en la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.


A continuación ofrecemos diez consejos prácticos que pueden ser de utilidad a las madres lactantes a la hora de dar el pecho. De su correcto seguimiento dependerá en gran parte el éxito en esta crucial etapa de la lactancia:

Amamanta pronto, cuanto antes, mejor. La mayoría de los bebés están dispuestos a mamar durante la primera hora después del parto, cuando el instinto de succión es muy intenso. Amamantar precozmente facilita la correcta colocación al pecho.

Ofrece el pecho a menudo, día y noche. Hazte a la idea de que pasarás mucho tiempo amamantando a tu bebé durante estas primeras semanas. Un recién nacido normalmente mama entre 8 y 12 veces en 24 horas. No mires el reloj y dale el pecho cada vez que busque o llore, sin esperar a que "le toque". Así establecerás un buen suministro de leche.

Asegúrate de que el bebé succiona eficazmente y en la postura correcta.

Permite que el bebé mame del primer pecho todo lo que desee, hasta que lo suelte. Después ofrécele el otro. Unas veces lo querrá, otras no. Así el bebé tomará la leche que se produce al final de la toma, rica en grasa y calorías, y se sentirá satisfecho.

Cuanto más mama el bebé, más leche produce la madre. Es importante respetar el equilibrio natural y dejar que el bebé marque las pautas, mamando a demanda. No es necesario sentir el pecho lleno; la leche se produce principalmente durante la toma gracias a la succión del bebé.

Evita los biberones "de ayuda" y de suero glucosado. La leche artificial y el suero llenan al bebé y minan su interés por mamar, entonces el bebé succiona menos y la madre produce menos leche.

Evita el chupete, al menos durante las primeras semanas, hasta que la lactancia esté bien establecida. Un recién nacido ha de aprender bien cómo mamar del pecho, y tetinas artificiales como el biberón o el chupete pueden dificultar este aprendizaje.

Recuerda que un bebé también mama por razones diferentes al hambre, como por necesidad de succión o de consuelo. Ofrecerle el pecho es la forma más rápida de calmar a tu bebé.

Cuídate. Necesitas encontrar momentos de descanso y centrar tu atención más en el bebé que en otras tareas. Solicita ayuda de los tuyos.

Busca apoyo. Tu  pediatra tiene la información y el apoyo que toda madre lactante necesita.

El pecho y los pezones no requieren un cuidado especial. Si notas molestias o grietas en los pezones es señal de que hay que mejorar la colocación del bebé al pecho. Además ten en cuenta: 

Al ducharte, lava el pecho solo con agua, evita jabones, alcohol y otros productos que puedan resecar la piel. No es necesario lavar los pezones antes de las tomas. En caso de grietas, no apliques cremas que se tengan que quitar antes de dar el pecho al bebé. Lo mejor es aplicar unas gotas de tu propia leche sobre el pezón y la areola después de las tomas, y dejar que los pezones se sequen al aire. El uso de pezoneras de silicona no es recomendable, pues confunden la succión del bebé y actúan como barrera, de forma que el pecho de la madre no recibe suficiente estímulo.


Colocación al pecho:


Una buena colocación facilita:

·                     Pezones sanos.

·                     Succión eficaz.

·                     Bebé satisfecho. 

1.- Sostén al bebé "tripa con tripa", de manera que no tenga que girar la cabeza para alcanzar el pezón.

2.- Sostén el pecho con el pulgar arriba y los demás dedos por debajo, muy por detrás de la areola. Espera a que el bebé abra la boca de par en par. Acerca el bebé al pecho.

3.- Asegúrate de que el bebé toma el pezón y gran parte de la areola en la boca. El bebé debe mamar con la boca abierta y su nariz y mentón deben estar en contacto con el pecho. El labio inferior debe estar vuelto hacia abajo.




Colocación incorrecta:

Evita esta postura. Así el bebé chupa sólo el pezón y mama con la boca semicerrada. Su nariz no roza el pecho.

Una colocación incorrecta contribuye a la aparición de problemas:

Pezones doloridos y agrietados.

Pechos duros y doloridos.

Insuficiente producción de leche.

fuente: www.laligadelaleche.es

Debo confesar que nací a una edad muy temprana.  Groucho Marx.

 


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