Translate

sábado, 20 de junio de 2020

JOSEPH FOURIER Y LA TRANSFORMADA QUE TRANSFORMÓ LAS MATEMÁTICAS



Nacido en Auxerre en 1768, Joseph Fourier era hijo de un sastre. Fue el décimo de trece hermanos más otros tres hermanastros. Con semejante prole, puede suponerse que la familia no dispusiera de demasiados recursos. Quedó Joseph huérfano a los diez años, y fue adoptado por Joseph Pallais, el organista de la iglesia, que le enseñó las primeras letras y le educó en las ideas revolucionarias de Rousseau. Estudió el joven Fourier con los benedictinos, una escuela religiosa que en ese tiempo fue convertida por Luis XV en academia militar. Allí, a partir de los catorce años, se formó en música, idiomas, matemáticas y álgebra, lo que le disuadió de seguir la carrera religiosa, inclinándole al estudio de las ciencias.

Fourier participó activamente en la Revolución. Los diferentes avatares políticos le situaron a un paso del patíbulo, pero la caída de Robespierre le salvó de la guillotina. Ingresó después en la Escuela Superior Normal de París, donde tuvo como profesores entre otros nada menos que a Joseph Louis Lagrange y a Pierre Simon Laplace. Pronto destacó la brillantez de Fourier, lo que le valió una cátedra en la prestigiosa Escuela Politécnica. En 1798 participó en la expedición a Egipto de Bonaparte, en la que dirigió la exploración del Alto Egipto. Fue íntimo del general Kléber y de Jean-François Champollion. Napoleón le nombró prefecto de Isère, ingresó en la Academia de Ciencias francesa y en 1822 ascendió a secretario perpetuo de las secciones de física y matemáticas. Falleció en París en 1830, cuando contaba sesenta y dos años.

En cuanto a su legado científico, Fourier fue quien desarrolló los modelos matemáticos y las ecuaciones de la termodinámica. En 1822 publicó su Teoría Analítica del Calor, solucionando la ecuación mediante series trigonométricas, estableciendo la representación de cualquier función como series de senos y cosenos, que conocemos como series de Fourier. A él hay que atribuir la paternidad del concepto de efecto invernadero de la atmósfera terrestre.


Pero sin duda el mayor de sus hallazgos matemáticos es la transformada de Fourier, que se emplea para convertir señales convencionales de intensidad y frecuencia determinadas en una función periódica. Su utilidad práctica ha sido decisiva en muchos campos, como el de la electromedicina. En un electrocardiograma o un electroencefalograma, por ejemplo, una serie de señales eléctricas de bajo voltaje, pueden traducirse en unas gráficas susceptibles de ser interpretadas por los especialistas.
Quien escribe estas líneas tuvo oportunidad de estudiar hace años tanto la transformada de Fourier como la de Laplace, lo que constituye un motivo adicional más para que desde este bigotiniano foro honremos como merece la memoria de aquel gran hombre de ciencia.

-Disculpe, ¿quién preside esta Asociación de Expresiones Obsoletas?
-El menda lerenda pa servir a Dios y a usté.




No hay comentarios:

Publicar un comentario