
Precisamente
sus conocimientos hebraicos le convirtieron en un especialista en la
traducción e interpretación de las Sagradas Escrituras. En 1562 se
incorporó al Concilio de Trento, formando parte del séquito de otro
teólogo ilustre, Martín Pérez de Ayala, el obispo de Segovia. Fue
capellán del emperador Felipe II, quien le encomendó la edición de
la Biblia Políglota de Amberes, conocida también como Biblia
Regia. En Amberes,
rodeado de la flor y nata de los teólogos y humanistas europeos,
Arias Montano, al decir de sus enemigos del Santo Oficio, se
dejó tentar por los cantos de sirena erasmistas y reformistas,
apartándose de la ortodoxia de obras anteriores como la Biblia
Políglota Complutense o la misma Vulgata. Al final, y después de
salvar infinidad de obstáculos, la Biblia
Regia pudo ser editada
en Amberes en 1572, sin embargo, la condena romana e inquisitorial,
hicieron que naciera ya relegada al ámbito ultramontano de la
Reforma protestante.
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Mussini. Ajedrez en la Corte de Felipe II |

Se
carteó con los principales sabios, artistas y eruditos de la Europa
imperial y, como curiosa prueba de su prestigio internacional, sirva
el dato de que Arias Montano es acaso junto a Erasmo de Rotterdam y
Martín Lutero, el único europeo no miembro de familia real de quien
nos han llegado más retratos, entre pinturas y grabados. Como
pequeña guinda representativa de su extensísima obra, Biblioteca
Bigotini os propone la lectura (haced
clic en la ilustración)
de su Paráfrasis
sobre El Cantar de los Cantares.
Se trata de un breve opúsculo donde Arias Montano exhibe su altura
poética y su finísima sensibilidad literaria. Que os aproveche.
Nada
necesita tanto una reforma como las costumbres ajenas. Mark Twain.
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