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domingo, 6 de diciembre de 2015

BENITO ARIAS MONTANO, EL GRAN HUMANISTA DEL XVI

El maestro Benito Arias Montano, un sevillano nacido en 1527, fue el gran humanista español y uno de los más importantes de la Europa de su tiempo. Tuvo en su juventud insignes maestros, como Pedro Mexía o Juan de Quirós. Estudió después en Alcalá, tomando las órdenes mayores y distinguiéndose por sus amplísimos conocimientos teológicos. Pero Arias Montano fue un hombre poliédrico que no se conformó con acceder a los saberes académicos establecidos entre los eruditos de su generación. Se interesó por la medicina, la biología, la filosofía… Tuvo también sus puntas y collares de poeta, y además de las lenguas clásicas (latín y griego), llegó a dominar el árabe, el sirio y el hebreo.

Precisamente sus conocimientos hebraicos le convirtieron en un especialista en la traducción e interpretación de las Sagradas Escrituras. En 1562 se incorporó al Concilio de Trento, formando parte del séquito de otro teólogo ilustre, Martín Pérez de Ayala, el obispo de Segovia. Fue capellán del emperador Felipe II, quien le encomendó la edición de la Biblia Políglota de Amberes, conocida también como Biblia Regia. En Amberes, rodeado de la flor y nata de los teólogos y humanistas europeos, Arias Montano, al decir de sus enemigos del Santo Oficio, se dejó tentar por los cantos de sirena erasmistas y reformistas, apartándose de la ortodoxia de obras anteriores como la Biblia Políglota Complutense o la misma Vulgata. Al final, y después de salvar infinidad de obstáculos, la Biblia Regia pudo ser editada en Amberes en 1572, sin embargo, la condena romana e inquisitorial, hicieron que naciera ya relegada al ámbito ultramontano de la Reforma protestante.

Mussini. Ajedrez en la Corte de Felipe II

De vuelta en España, Arias Montano pudo eludir el acoso de los inquisidores sólo gracias a la especial protección que le brindó el emperador. Felipe II le encargó la dirección de la Biblioteca Escurialense, y allí en su retiro laurentino y ya en plena madurez, nuestro hombre se dedicó en cuerpo y alma a su pasión por la literatura. Tradujo al latín el célebre Itinerario del sefardí Benjamín de Tudela, realizó estudios bibliográficos sobre el Antiguo Testamento, que no han sido superados hasta la fecha, y en 1593, ya en la recta final de su existencia, tuvo aun fuerzas para dar a la luz los nueve tomos de sus célebres Antigüedades judías, un extenso tratado sobre todos y cada uno de los nombres propios y comunes caldeos, hebreos, griegos y latinos que aparecen en la Biblia, una obra ingente y asombrosa que sólo pudo ser compuesta por el gran humanista y gigantesco erudito que fue el maestro Benito Arias Montano.

Se carteó con los principales sabios, artistas y eruditos de la Europa imperial y, como curiosa prueba de su prestigio internacional, sirva el dato de que Arias Montano es acaso junto a Erasmo de Rotterdam y Martín Lutero, el único europeo no miembro de familia real de quien nos han llegado más retratos, entre pinturas y grabados. Como pequeña guinda representativa de su extensísima obra, Biblioteca Bigotini os propone la lectura (haced clic en la ilustración) de su Paráfrasis sobre El Cantar de los Cantares. Se trata de un breve opúsculo donde Arias Montano exhibe su altura poética y su finísima sensibilidad literaria. Que os aproveche.

Nada necesita tanto una reforma como las costumbres ajenas. Mark Twain.



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