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martes, 2 de mayo de 2023

HIPERURICEMIA. EL TORMENTO DE LA GOTA

 


La hiperuricemia es el aumento de la concentración del ácido úrico en sangre. Inicialmente es asintomática, pero suele acabar desencadenando cuadros de gota aguda o crónica al depositarse en las articulaciones, manifestándose con dolor articular, inflamación e impotencia funcional, ésta última en casos muy avanzados, que afortunadamente hoy suelen ser impensables. Las articulaciones más afectadas son la del primer dedo o dedo gordo del pie, y la de las rodillas, aunque no son raras otras localizaciones como los dedos de la mano, codos o tobillos. Los cristales de ácido úrico también pueden depositarse en el hilio renal, dando lugar a litiasis y episodios de dolor cólico severos.


Una nutrición adecuada es indispensable en la prevención del cuadro. Es importante cuidar la alimentación para una adecuada profilaxis. Cuando la enfermedad ya se ha instaurado, la dieta estricta pobre en purinas (procedentes de los ácidos nucleicos presentes en vísceras, carne de animales jóvenes, etc.) puede prevenir el aumento del ácido úrico en la sangre escasamente, pues solo mejora la tasa en dos o tres miligramos. Sin embargo la completa supresión del alcohol (el cual frena la metabolización hepática del ácido úrico) es más resolutiva.



El tratamiento médico es muy eficaz. Generalmente basta con alopurinol (conviene no asociarlo con amoxicilina para prevenir la posible aparición de "ronchas" en la piel). En ocasiones hay que asociar diuréticos específicos que aumentan su eliminación pero hay otros diuréticos, tipo tiazidas, que lo incrementan, por lo que en principio estos últimos están contraindicados.

El agua mineral levemente alcalina ayuda a la eliminación por orina del acido úrico. También el agua del grifo se puede alcalinizar poniendo una cucharadita de bicarbonato en una botella de litro y medio. Al poco el sabor levemente alcalino puede resultar hasta agradable, pero de todas maneras lo realmente resolutivo es el tratamiento específico con control médico de forma periódica y reglada.


Recomendaciones preventivas:

Evitar el ayuno prolongado, mantener un peso adecuado, beber abundante agua (más de 2 litros por día), evitar el alcohol en todas sus formas, y disminuir la ingesta de alimentos ricos en purinas. En el cuadro de arriba se agrupan los alimentos según la cantidad de purinas y la frecuencia con que se recomienda su utilización:

Margaret Dumont: -Temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí. 

Groucho: -No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.


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