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miércoles, 23 de noviembre de 2022

EPICONDILITIS. CUANDO LOS TENISTAS TRABAJAN EN FÁBRICAS

 


La epicondilitis, también conocida como codo de tenista, es una inflamación de las inserciones musculares en el epicóndilo del codo. El epicóndilo está situado en la parte externa lateral de la articulación del codo, en la zona donde se insertan los músculos extensores de la muñeca. La epicondilitis afecta también  al cartílago humeral, el periostio y el ligamento anular. Suele denominarse epicondilitis lateral, para diferenciarla de la epicondilitis medial, más conocida como epitrocleítis o codo de golfista.

En la epicondilitis el dolor aparece en la región lateral externa del codo, para irradiarse después al resto del antebrazo, la muñeca, el carpo, e incluso la mano. Aunque la lesión se describió inicialmente en deportistas que utilizaban raquetas, puede presentarse en personas que realizan diferentes actividades manuales, sobre todo aquellas que implican manejo de cargas de forma reiterada o movimientos repetitivos de la articulación del codo y de la extremidad superior en general. En definitiva, el codo de tenista es una lesión que se presenta generalmente como consecuencia del sobreuso, y usualmente afecta al brazo dominante. Algunos autores han apuntado como causa probable de la epicondilitis lateral la hiperplasia angiofibroblástica al producirse microdesgarros y cicatrices en la inserción muscular.


En general podemos enmarcar las causas dentro de las siguientes situaciones:

Practicar un deporte que involucre el uso importante de los brazos durante varias horas al día.

Realizar un esfuerzo repetitivo como en el caso de los trabajadores industriales, o en tareas de jardinería, carpintería, mantenimiento, cadenas y líneas de producción, industria textil, confección y un largo etcétera. Puede afirmarse que se trata de una patología típica de los obreros manuales.

Trabajar con maquinas vibratorias. 

Cargar grandes pesos con los brazos. 

Inflamaciones crónicas previas con  presencia de calcificaciones.

Microfragmentaciones del tendón.

Luxación del codo.

Fractura de codo o huesos aledaños que involucren a los tendones.

 

La lesión se caracteriza por presentar las siguientes manifestaciones clínicas:

Dolor local o irradiado al brazo o a la muñeca.

Área de inflamación visible y palpable a unos 5 cm del epicóndilo lateral (justo donde se inserta el músculo extensor radial del carpo).

Dolor al realizar movimientos que requieren  de la supinación y la flexión de la muñeca. 

Parestesias por inhibición refleja.

Con el tiempo, el dolor se presenta incluso en reposo.

La resonancia magnética puede mostrar edema  rodeando el tendón.

 

La epicondilitis es lesión en principio de tratamiento no quirúrgico. La terapia se concentra básicamente en tres puntos:

·                     Protección de la articulación

·                     Disminución de la inflamación

·                     Fortalecimiento de los músculos y tendones.

Para  lograr estos objetivos se deben tomar ciertas medidas básicas como reducir las actividades que causan el dolor, modificar aquellas que lo agravan, evitar actividades y tareas de larga duración, y realizar ejercicios de forma preventiva (calentamiento, estiramiento y fortalecimiento).



La terapia física (sin duda la mejor opción) se basa en los siguientes métodos:

·                     Crioterapia para disminuir la inflamación y el dolor.

·                     Masaje profundo tipo Ciryax.

·                     Iontoforesis.

·                     Tratamiento con láser.

·                     Ultrasonidos terapéuticos.

·                     Ondas de choque.

·                     Microelectrolisis percutánea.

·                     Ejercicios de estiramiento.

·                     Ejercicos de fortalecimiento.

Otras recomendaciones importantes y que pueden ser de gran utilidad al paciente son el uso de coderas simples o coderas de neopreno, bandas elásticas para el antebrazo, así como el uso de una férula de muñeca. Puede ser útil la infiltración local con corticoides y la anestesia local.

El barón era un hombre verdaderamente extraordinario. A pesar de la vieja lesión de tenis que le atormentó toda su vida, no dejó un solo día de empinar el codo. La baronesa viuda.


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