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viernes, 16 de octubre de 2020

CABALGANDO CON ETIENNE LeRALLIC

 


Etienne Marie Lucien LeRallic, que firmó su obra como Etienne LeRallic o simplemente LeRallic, fue uno de los pioneros del cómic y la ilustración en Francia. Era Natural de Angers, donde nació en 1891. De formación autodidacta, se aficionó a dibujar copiando las revistas ilustradas que caían en sus manos. Siendo todavía un muchacho, viajó a París con una carpeta llena de dibujos originales, y quiso la casualidad que se encontrara en el tren al director de la revista Fantasio, que impresionado por su trabajo, le escribió una recomendación para otra revista, La Rire, que en el París de principio de siglo era la más popular publicación cómica. En ella inició una carrera que se iba a prolongar durante cincuenta años. Trabajador incansable, el joven Etienne pronto fue aceptado en las principales revistas satíricas de la época. En ellas, a menudo bajo el seudónimo de Fanny, desplegó su talento para el dibujo erótico que por entonces hacía furor entre el público masculino. En Francia y otros lugares de Europa se hicieron célebres sus elegantes señoritas casi siempre desnudas, y cuando no, mostrando una encantadora lencería, siempre chic, a la moda parisina. A menudo sus señoritas se acompañaron de hermosos caballos, animales magníficos en cuya anatomía se especializó hasta el punto de convertirse en el mejor dibujante de temas ecuestres.



En cuanto al cómic, la bande dessinée, como dicen los franceses, LeRallic fue uno de sus primeros artistas. Destacó en series como El caballero de Texas, El corsario de las islas, El protegido de D’Artagnan, Alerta en la pradera o Poncho Libertas, entre otras muchas. En casi todas ellas, los equinos formaron parte sustancial de sus páginas.

Durante la ocupación dibujó para la revista Le Téméraire, de tendencia colaboracionista, lo que no le granjeó precisamente muchas simpatías tras la liberación. Intentó rehabilitarse con la publicación de la serie Leclerc, soldado de leyenda, pero nunca terminó de ser aceptado por la crítica, siempre más proclive a la izquierda.

Etienne LeRallic falleció en París, curiosamente en aquel revolucionario año de 1968. Su cadáver fue conducido por un coche de caballos. Tendencias políticas aparte, en nuestro repaso a la Historia del Cómic y la Ilustración no podía faltar un artista como él. Os dejamos aquí debajo unas muestras de su arte, sus chicas y sus fantásticos caballos.


 

 






















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