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Wilhelm Olbers |
En
el tradicional escenario físico de la cosmología newtoniana el universo es
infinito. Esta idea, discutida desde su misma formulación, tuvo diversos
detractores. Uno de ellos fue Wilhelm Olbers,
astrónomo alemán que en 1823, planteó su famosa paradoja: ¿Por qué el cielo nocturno es
oscuro, si existen infinitas estrellas que deberían iluminarlo como si fuera de
día? Ciertamente el universo euclídeo, estático e infinitamente viejo
que contemplaba Newton, requeriría para
su estabilidad que en la infinitud del espacio se distribuyesen de forma
homogénea, un conglomerado de infinitas estrellas. Si el universo fuera
verdaderamente infinito, cada línea de visión desde la Tierra debería terminar
en una estrella. El cielo debería ser completamente brillante. ¿Por qué esto no
es así?

El
profe Bigotini no olvida ninguna noche su gorro de dormir, su orinal y por
supuesto, su antifaz, por si acaso. Agradezcamos que existan la noche y el día,
porque gracias a eso se suceden los ciclos de la naturaleza y las diferentes
adaptaciones de las criaturas vivas que han hecho de nuestro planeta un mundo
habitable.
No
puede negarse que mis dos esposas tuvieron un buen físico. Albert Einstein.
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