Este
muchacho tan guapo que eligió de nombre artístico una cosa que sonaba a clásico
griego el nombre, y como a nativo
americano el apellido, era en efecto, nativo de América, pero de los blancos,
los rubitos, los guapos, vamos. Además, no le pudimos ver envejecer porque
empezó joven y terminó también joven. En los cincuenta y los sesenta, este Troy Donahue fue en el imaginario
colectivo de los espectadores, el típico muchacho americano guaperas, así tipo
Rok Hudson, pero algo, mejor dicho, bastante menos rebelde que James Dean.
Participó en esos melodramas de tres horas y media, donde abundaban los
padrastros bordes, las jovencitas y ricas herederas, los pozos petrolíferos y
los autos descapotables. Contrataban las productoras a buenos guionistas, a
buenos directores, a buenos actores de reparto, y ponían a estos muchachos tan
guapos, a Troy Donahue, por ejemplo, frente a las cámaras. Todo a base de
technicolor del bueno, para que resaltaran los ojos verdes y los cabellos
dorados del protagonista. Tú procura no sonreír, le aconsejaba el director. Pon
cara de malote, que es lo que gusta a las quinceañeras. Y claro, a las
quinceañeras les gustaba, y a las mamás de las quinceañeras, pues también.
Para recordar a la estrella en sus momentos de máximo estrellato, os dejamos con un breve video tributo que contiene algunas de sus mejores imágenes. Disfrutarán con ello las hijas de las quinceañeras de entonces, que ahora deben ser abuelitas de quinceañeras.
Troy Donahue
https://www.youtube.com/watch?v=gioApyNNLD0
Próxima entrega: Elvis Presley
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