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viernes, 29 de octubre de 2021

CIÁTICA, UN DOLOR DE LARGO RECORRIDO

 


Cuando un dolor lumbar se extiende por la extremidad inferior, llegando en ocasiones hasta más abajo de la rodilla, hablamos de ciática o ciatalgia. La causa es la afectación del nervio ciático en su trayecto alto. Generalmente se produce compromiso radicular en el mismo arranque del nervio a nivel lumbar, por protusiones, desplazamientos o herniaciones de los discos intervertebrales (lo más frecuente), de las propias vértebras, o de algún otro elemento. Puede deberse a un traumatismo o a algún sobreesfuerzo brusco (así ocurre en ocasiones en el ámbito laboral), pero también juega un papel importante la patología degenerativa, el desgaste vertebral y el deterioro discal propio de la edad. En el trabajo es típico el ataque de ciática por pinzamiento del nervio al intentar mover un gran peso en una postura forzada.


Contra lo que usualmente se piensa, las discopatías e incluso las hernias de disco no son patologías necesariamente incapacitantes. La mayoría de las personas mayores de 40 años presentamos en la región lumbar desplazamientos o hernias discales. Ocurre que estos cuadros son generalmente asintomáticos, porque no comprometen las raíces nerviosas de ninguna manera. Como sucede en cualquier lesión mecánica, la casuística puede ser extraordinariamente variada, y del mismo modo encontramos cuadros anatómicamente desastrosos sin apenas molestias, que dolores muy intensos sin aparente causa objetiva.

El síntoma principal y prácticamente único es el dolor. Un dolor lacerante que en fases agudas puede llegar a ser incapacitante, impidiendo caminar e incluso dormir o permanecer acostado. No son infrecuentes las afectaciones sensitivas, parestesias o disestesias, que en ocasiones afectan a toda la extremidad inferior. La ciatalgia puede presentarse de forma brusca o de manera insidiosa, incrementándose poco a poco a lo largo de los días. Siguiendo la guía semFYC, donde encontramos siempre la información más clara y fiable para los pacientes, ofrecemos a continuación una serie de consejos prácticos útiles en caso de ciática.


¿Qué puedo hacer?

  • Ante un dolor de estas características, consulta con tu médico. Él te explorará y decidirá si precisas alguna prueba complementaria, y qué tratamiento te conviene. Sigue al pie de la letra sus recomendaciones.
  • Evita el dolor. Si te duele estando sentado, túmbate, y si empieza a dolerte tumbado, camina un poco. Caminar sin dolor acelera la curación.
  • Levántate de la cama lentamente, sentándote primero a partir del decúbito lateral. Una vez sentado levántate despacio, apoyando ambos pies en el suelo.
  • Descansa de lado con una almohada entre las piernas.
  • Aplícate calor en la zona dolorida durante unos 20 minutos, varias veces al día.
  • Piensa que el dolor intenso normalmente sólo dura unos días. En casos extremos puede prolongarse unas semanas.
  • Aprovecha ese tiempo para leer, estudiar, escuchar música… No permitas que el dolor adquiera un protagonismo absoluto.
  • Intenta perder unos kilos si tienes sobrepeso u obesidad.
  • Cuando ceda la fase aguda, acude a rehabilitación. Las técnicas que te aplicará y los ejercicios que te recomendará el fisioterapeuta, son la mejor receta para que el ataque no vuelva a repetirse.

Evita:

  • El reposo demasiado prolongado en cama. Un reposo absoluto de más de dos semanas retrasa la curación. Siempre que sea posible, muévete un poco o da algún pequeño paseo.
  • Soportar grandes pesos. Si tu actividad habitual implica manejo de cargas considerables, no la reanudes hasta que no lleves unos meses sintiéndote bien.
  • Permanecer mucho tiempo de pie y parado. Es mejor caminar.

 

Para que no vuelva a ocurrir:

  • Toma los pesos correctamente. Sin doblar la espalda. Ponte en cuclillas y deja que las piernas hagan la mayor parte del trabajo.
  • Ocasionalmente puedes usar una faja si es previsible realizar algún trabajo de riesgo. Las más aconsejables son las fajas de motorista o las antiguas de lana. En cualquier caso no deben llevarse durante muchas horas.
  • Haz ejercicio cada día. Estiramientos, caminar, ejercicios en la piscina, nadar de espalda, andar en bici con el manillar alto y la espalda erguida. Evita los saltos y los impactos bruscos. No son aconsejables el aerobic o el baloncesto.
  • Haz ejercicios fáciles para relajar la espalda. Fíjate en la ilustración.
  • Cambia a menudo de tarea y de postura.
  • Si sientes molestias en algún ejercicio o alguna tarea, descansa un rato.
  • Usa una cama firme, pero no demasiado dura.
  • Siéntate con las rodillas ligeramente más elevadas que las caderas, y con la espalda bien respaldada.

Cuándo consultar al médico:

  • Si el dolor llega a despertarte en mitad del sueño.
  • Si el dolor se prolonga más de seis semanas.
  • Si duelen las dos piernas a la vez.
  • Si notas pérdida de fuerza en la extremidad.
  • Si tienes fiebre.

 

Hasta aquí los consejos. Si padeces o has padecido ciática, o si ya has cumplido los cuarenta, eres un candidato/a perfecto para que el episodio se repita, sobre todo si también tienes sobrepeso. Cuídate. Haz ejercicio regularmente, siéntate bien y duerme bien. Estas son las claves. Está en tu mano.

Amigos, no merezco este premio que me habéis concedido, pero tampoco merezco tener este dolor de espalda, así que me quedaré con los dos. Jack Benny.


martes, 26 de octubre de 2021

BRAHMAGUPTA Y EL ORIGEN DEL CERO

 


La noción matemática del cero inició un movimiento que permitió a la humanidad trabajar con más facilidad con números grandes y alcanzar eficacia en los cálculos de diversos campos, desde el comercio hasta la física. El cero abrió un camino de progreso científico de grandes dimensiones.

Las primeras culturas históricas clásicas que emplearon la escritura, Mesopotamia, Egipto, Fenicia, Grecia y posteriormente, Roma, no conocían el cero. Existía por supuesto, el concepto de la nada o el vacío, pero no tenía asignado ningún signo que permitiera realizar operaciones y cálculos, por lo que durante siglos se resintió el avance de las matemáticas en la cultura occidental.

Los antiguos babilonios no disponían de un símbolo para el cero, hecho que generaba dificultades en la notación, y no poca confusión. Baste imaginar que hoy en día no pudiéramos establecer diferencia por escrito entre 44, 404, 4004, etc. El estudio de sus tablillas indica que algunos escribas dejaban un espacio donde debiera haber un cero. En dígitos largos se hacía difícil distinguir los espacios intermedios o finales, lo que daba lugar a errores. Aunque los babilonios finalmente inventaron un signo para facilitar la lectura de los números en ciertos casos, todo indica que no consideraban al cero un número tal como lo entendemos.

Parece que la civilización maya desarrolló el cero hacia el año 665, pero el aislamiento geográfico hizo que no se propagara a otras culturas, ni siquiera a las más cercanas en Mesoamérica.


El origen del cero en el viejo mundo lo encontramos hacia el año 650, cuando se generalizó en las matemáticas indias. Así lo prueba la tablilla de Gwalior, al sur de Delhi, que a pesar de su mal estado de conservación, contiene de forma inequívoca al menos los números 50 y 270 en caracteres muy similares ya a los números modernos, si bien los ceros son algo más pequeños y aparecen alzados con relación a los precedentes, algo así como 5º y 27º. Es imposible atribuir la invención a una persona concreta. Matemáticos indios como Mahavira y Bhaskara empleaban ya el cero en sus operaciones de la forma que nos es familiar, y fue Brahmagupta quien en el manuscrito de Bakhshali, estableció la primera prueba documentada del empleo del cero con propósitos matemáticos, incluyendo a modo de definición que cualquier número al que se le resta el mismo, da como resultado cero.


Según el matemático Hossein Arsham, la introducción del cero en el sistema decimal en el siglo XIII, fecha en que se produjo de manera efectiva su llegada a occidente a través del islam, fue el logro más significativo en el desarrollo de un sistema numérico, permitiendo que el cálculo con números grandes comenzara a ser viable. Sin la noción del cero hubiera resultado imposible consolidar avances en el comercio, la industria, la astronomía, la física o la química. La ausencia del cero constituyó muy probablemente el principal obstáculo para que la ciencia greco-romana clásica se desarrollara. Es posible que esta falta sea responsable de un atraso de varios siglos en materia matemática y científica en general.

-En una escala del 1 al 10, ¿cómo valoraría su capacidad de comprensión?

-Bastante buena.

-Que pase el siguiente.


viernes, 22 de octubre de 2021

ALBERTO VARGAS, LAS CHICAS VARGAS Y EL PURITANISMO

 


Los muchachos adolescentes de los sesenta y los setenta buscábamos ávidamente la revista mensual Playboy porque publicaba unos artículos literarios y políticos formidables. Casi siempre los ejemplares eran de segunda mano, ya que se trataba de una revista cara. En ocasiones, quizá por la curiosidad morbosa que suele acompañar a esa edad, entre artículo y artículo nos fijábamos en las esculturales jóvenes escasamente vestidas que adornaban las páginas centrales de la publicación (recuerdo a miss octubre del 72 con especial ternura). Y así fue, hojeando la revista y también por casualidad, como descubrimos las prodigiosas ilustraciones de Alberto Vargas.

Peruano nacido en Arequipa en 1896, Alberto Vargas era el hijo de un fotógrafo. Estudió arte en Europa antes de la Gran Guerra, y comenzó a dibujar imitando el estilo del gran ilustrador Raphael Kirchner que solía realizar las portadas del semanario La Vie Parisienne. En 1916 emigró a los Estados Unidos, y en Nueva York trabajó como cartelista de las revistas musicales de Ziegfeld, y para la industria cinematográfica, realizando algunos de los mejores carteles de la etapa muda y el primer cine sonoro.

En los cuarenta sus ilustraciones, trabajadas casi siempre con acuarela y aerógrafo, se hicieron célebres en América a través de la revista Esquire, en la que aparecieron sus espléndidas pin-up, tan ligeras de ropa que en aquella época marcada por el puritanismo, hasta los federales le buscaron las cosquillas. La revista y el artista fueron llevados ante la Corte Suprema, y aunque Vargas fue declarado no culpable, Esquire dejó de contar con sus servicios por miedo al escándalo.

Pasó por enormes dificultades durante varios años hasta que a partir de 1959, Hugh Hefner, el dueño de Playboy, lo fichó para su revista y allí pasó dieciséis años, realizando más de un centenar de dibujos. Muchos de los originales de aquellas chicas Vargas, como se denominó su página, se exponen actualmente en museos de varios países. Dibujó siempre del natural, con modelos unas veces anónimas y otras famosas como las actrices Greta Garbo, Paulette Goddard, Jane Russell, Ava Gardner o Kim Novak. También posó para él a menudo su propia esposa, Anna Mae Cliff, su verdadera musa, cuyo prematuro fallecimiento, en 1974 dejó al artista completamente abatido. Abandonó entonces la pintura para siempre, y falleció en 1982, cuando contaba ochenta y seis años.

Para recordar como merece el talento de Alberto Vargas, os dejamos una muestra de sus fantásticas ilustraciones.


 

















martes, 19 de octubre de 2021

GREGORY PECK, UN TALENTO PRODIGIOSO

 





El joven Gregory Peck comenzó a estudiar medicina, pero lo dejó cuando descubrió su vocación de actor. No sabemos si habría llegado a ser un gran médico. De lo que estamos seguros es de que fue un grandísimo actor.

Inició su carrera en los escenarios de Broadway, y muy pronto fue tentado por los productores hollywoodienses. Sucumbió a la tentación, y en los platós californianos siguió demostrando su talento interpretativo. Le recordamos en la hitchconiana Recuerda, siendo psicoanalizado por aquella atractiva y sagaz doctora que interpretó Ingrid Bergman. En Duelo al sol agonizó sudoroso y abrazado a Jennifer Jones. En Moby Dick compuso un capitán Ajab obsesionado por vengarse del monstruoso cetáceo; mirada fría como el acero y determinación igual de dura. Supo adaptarse al registro romántico en la deliciosa comedia Vacaciones en Roma

Pero sobre todos sus demás trabajos, un Gregory Peck ya maduro nos emocionó en Matar un ruiseñor con su prodigiosa interpretación del abogado Atticus Finch, padre ejemplar, ciudadano ejemplar y hombre cuya gigantesca estatura moral dejo boquiabiertos y admirados a los espectadores del mundo entero.

Para recordar a este formidable actor, os proponemos (clic en el enlace) revisionar Recuerda, filmada por Alfred Hitchcock en 1945. Sirva como homenaje al talento prodigioso de Gregory Peck.

https://www.youtube.com/watch?v=sRHe5vVHuYc

Próxima entrega: John Huston


viernes, 15 de octubre de 2021

ROMANIZACIÓN DE GRECIA Y HELENIZACIÓN DE ROMA

 


Uno de los primeros botines que Roma obtuvo en la conquista de Grecia, no consistió en joyas ni alhajas, sino en un nutrido grupo de unos mil intelectuales que se seleccionaron de entre los más sabios y cultos de los vencidos. Uno de ellos, Polibio, en quien la tradición clásica hace recaer el record de personas a las que un solo hombre enseñó a escribir, se maravilló al llegar a Roma, preguntándose cómo era posible que aquella ciudad hubiera conquistado el mundo en sólo cincuenta años. Polibio en realidad erraba el cálculo, porque su subjetivo punto de vista estaba puesto en unas gentes, los romanos, de quienes sus padres ni siquiera habían oído hablar. Sin embargo, los orígenes de aquella exitosa conquista se remontaban a muchos más años atrás.

Todo había comenzado con Pirro, el arconte del Épiro, que de una forma bastante inconsciente, se plantó con su ejército en el sur de Italia para socorrer a los tarentinos, un pueblo de estirpe griega. Eso ocurrió en 281 a.C., y ya se sabe que a Pirro no le fue muy bien en la aventura. Aquel episodio tuvo el efecto de abrir los ojos a S.P.Q.R., el Senado y el Pueblo de los romanos, que dirigieron entonces la mirada hacia el este, más allá del vecino mar Adriático. Los viejos senadores republicanos y los miles gloriosus de los ejércitos de Roma soñaron entonces con la gloria. Los équites y mercaderes de la urbe, siempre más prácticos, vieron las enormes posibilidades comerciales y de negocio que se abrirían para ellos. De manera que entre esta escaramuza y esa otra gran batalla contra los feroces cartagineses, principales enemigos marítimos y terrestres de Roma, los descendientes de Rómulo fueron fraguando y preparando el asalto a Grecia.



La nueva aventura imperialista prometía ser mucho más sencilla de lo que fue derrotar a Cartago. Una vez muerto Alejandro Magno, probablemente a causa de la malaria, el vasto imperio que el macedonio había conquistado, se fraccionó en mil pedazos. Sus herederos persas y egipcios todavía conservaban a duras penas cierta autoridad sobre sus extensos territorios. Muy distinto era el panorama en Grecia donde las diferentes ciudades estado estaban acostumbradas a una gran independencia y autonomía que las llevaba a disputar entre sí incesantemente. Desaparecido el caudillo, y con él, el caudillaje que durante un breve lapso ejerció Macedonia, los refinados atenienses, los belicosos espartanos o los orgullosos tebanos, no estaban dispuestos a dejarse gobernar por aquellos rústicos macedonios, unos pastores de cabras piojosos a quienes unos y otros griegos consideraban bárbaros. Así que Grecia se desgajó, volviendo al pasado sistema y fraccionándose por completo.

El panorama no pudo ser más favorable para Roma. Plutarco cuenta admirablemente la sucesión de acontecimientos tanto bélicos como diplomáticos. Tito Quinto Flaminio aplastó a los ya mermados macedonios en la batalla de Cinoscéfalos. Allí por primera vez se enfrentaron las dos fórmulas militares que se habían mostrado hasta entonces invencibles, una en oriente y otra en occidente. Las compactas falanges griegas fueron derrotadas por las legiones romanas, unas unidades mucho más ágiles y versátiles, cuyos generales habían aprendido novedosas tácticas en sus encuentros contra el legendario Aníbal. Una vez plantados en territorio heleno, los estrategas romanos se aprovecharon de la desunión de los griegos para hacer y deshacer pactos y alianzas con unos y otros, presentando batalla sólo cuando la victoria estaba asegurada. Además del citado Flaminio, se distinguieron en ello generales como Emilio Paulo, Escipión Emiliano o el cónsul Mumio. Cayeron sucesivamente la Liga Aquea, Esparta y finalmente Atenas.


Fue precisamente la polis ateniense la que deslumbró a los nuevos amos con sus templos, sus monumentos, y sobre todo con la admirable cultura de sus habitantes. Igual que Polibio, una verdadera legión de intelectuales griegos, atenienses en su mayoría, fueron enviados a Roma como esclavos. El derecho romano permitía y hasta exigía la esclavitud por vía de conquista. De hecho, la ingente mano de obra esclava fue en aquel tiempo el principal motor económico de Roma. Naturalmente aquellos nuevos esclavos no podían ser empleados en trabajos rudos. Había entre ellos médicos, matemáticos, artistas, geógrafos e historiadores. Había entre ellos pedagogos que muy pronto se encargaron de educar a los hijos de la aristocracia romana. Se trató sin duda de un fenómeno único en la Historia. Sin mediar una sola nueva generación, de una forma inmediata, aquellos intelectuales griegos se integraron completamente en la sociedad romana. Formaron a filósofos y a juristas. En muchos casos fueron manumitidos, dejando atrás su condición de esclavos. Pero hasta muchos de los que permanecieron como esclavos llegaron a ejercer una influencia decisiva en la política y el gobierno. La huella griega se extendió también a lo cultural y a lo religioso, de manera que en un breve periodo de tiempo se completó no sólo la romanización de Grecia, sino la helenización de Roma, que acaso fue más importante y decisiva en el devenir histórico.

Nuestro profe Bigotini, hombre libérrimo que no se sujeta a más esclavitud que a la de la ciencia, se envuelve en su toga y engolando la voz, declama como Catón: daelenda Carthago et Graetia capta.

No me gusta hacer tríos. Para decepcionar a dos personas a la vez, me basta con cenar con mis padres.


martes, 12 de octubre de 2021

JUAN DE LA CUEVA, INGENIO Y MISERIA

 


Juan de la Cueva, uno de los poetas y dramaturgos de mayor talento del Renacimiento literario español, constituye el prototipo de escritor que a pesar de su brillantez, tuvo que pasar estrecheces y hasta hambre. Un caso por cierto nada extraordinario en nuestra historia literaria.

Juan nació en Sevilla en 1543. Fue hijo de un funcionario de la Inquisición, y tuvo otros ocho hermanos. Varios de ellos, que tuvieron más éxito social que él, contribuyeron a su manutención en diversas etapas de su vida. Su devenir biográfico y sus miserias se conocen a través de una de sus obras poéticas, la Historia y Sucesión de la Cueva, publicada en 1604. Fue discípulo del humanista sevillano Juan de Mal Lara, conocido erasmista a quien De la Cueva dedicó un soneto que comienza: Detened la soberbia, padre Eolo. Estudió también con Diego Girón, a quien dedicó otro soneto: Bien puedes, padre Betis generoso. Sus primeros escarceos poéticos corresponden a sus primeras experiencias amorosas. Enamorado de una dama llamada Felipa de la Paz, a quien llama en sus poemas Felicia y Felice, compuso Juan un cancionero petrarquista muy notable, algo tan común en aquel tiempo, que difícilmente se hallará poeta renacentista español que no tenga su cancionero petrarquista correspondiente.



Su hermano Claudio obtuvo un empleo de medio racionero en la catedral de México, y con él marchó Juan a tierras americanas en 1574. Allí publicó sus Flores de baria poesía que contienen sonetos, églogas, madrigales, odas y hasta una elegía, lo que da cuenta cabal del gran ingenio y la habilidad poética de su autor. De vuelta en España inició su carrera dramática, representando entre 1579 y 1581 catorce piezas en Sevilla inspiradas en temas mitológicos y viejos romances castellanos. Fue precursor De la Cueva del teatro barroco, pues prescindió de las clásicas unidades aristotélicas de acción, tiempo y lugar, anticipándose así al teatro de clásicos como Lope o Calderón. Algunas de esas piezas se conocen por haberse publicado en Sevilla y en 1583 en su Primera parte de las comedias y tragedias de Juan de la Cueva, cuya segunda parte jamás llegó a imprimirse.

En 1590 vivió en la casa de una de sus hermanas residente en Aracena, y en 1591 marchó a Gran Canaria, otra vez con su hermano Claudio que había sido nombrado inquisidor allí. Regresó a Sevilla en 1595, empeñado en publicar la segunda parte de sus comedias. No pudo ser, y en lugar de eso publicó en 1603 su Conquista de la Bética, poema heroico en que se canta la restauración y libertad de Sevilla por el Santo Rey Don Fernando, un poema épico culto y manierista, compuesto por cantos y octavas reales, muy influido por la Jerusalén liberada del italiano Torcuato Tasso.

En 1606 su hermano Claudio fue nombrado inquisidor en Cuenca, y con él marchó Juan de nuevo. Parece que allí terminó sus Cuatro libros de los inventores de las cosas, inspirados en una obra de Polidoro Virgilio, que no logró publicar en toda su vida, y no vio la luz hasta 1778, fecha en que Juan José López de Sedano incluyó la obra en su Parnaso español.

Fallecido Claudio en 1611, Juan fue a vivir a Granada con su hermana Juana. Falleció en la ciudad de la Alhambra en 1612, y ni siquiera dejó dinero suficiente para pagar el funeral y las misas.



La obra de Juan de la Cueva es extensa y siempre brillante. Sabemos por el propio autor que existió también una colección de novelas, pero desgraciadamente no se ha conservado ningún ejemplar. Brilló por igual en la poesía épica y la dramática, no siendo tampoco ajeno a lo cómico y hasta a lo burlesco, como lo prueba La Muracinda, un divertido poema satírico que narra una venganza entre perros y gatos escrita en endecasílabos blancos. Dominó también los géneros mitológico e histórico. Hoy de nuestra biblioteca Bigotini extraemos su Comedia del saco de Roma y muerte de Borbón y coronación de Carlos V, obra en la que narra aquel sangriento episodio ocurrido en 1527, cuando las tropas del emperador comandadas por el duque de Borbón, asaltaron la sede papal en el suceso que quizá marca el mayor apogeo del imperio español en Europa, y donde los célebres lansquenetes, mercenarios alemanes al servicio de España y luteranos en su mayoría, saquearon la ciudad cometiendo robos sacrílegos y toda clase de excesos, violando y asesinando a muchos miles de inocentes romanos.

Haced clic en el enlace, y disfrutad los versos de Juan de la Cueva, poeta insigne que vivió y murió pobre como tantos ingenios españoles. 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+saco+de+Roma.pdf

Mirad que a Dios hacéis vuestro enemigo.

No os atreváis a Él, que es poderoso

y vengará su injuria de tal suerte

que el menor mal que os dé, será la muerte.

Juan de la Cueva. Comedia del saco de Roma.


sábado, 9 de octubre de 2021

TRANSFERENCIA NUCLEAR, EMBRIONES CLÓNICOS Y CÉLULAS MADRE. LA NUEVA ERA DE LA BIOLOGÍA

 


Todos los medios resaltaron la noticia de la nueva técnica de obtención de células madre embrionarias a partir de embriones humanos clonados. La proeza debe atribuirse al equipo investigador de la Oregon Healht & Science University, que dirigía el profesor Militapov, y del que, como casual pero significativa curiosidad, formaba parte una compatriota nuestra, reciente víctima de los recortes en la sanidad valenciana.

Previamente los experimentos se habían llevado a cabo con éxito en diversos animales, incluidos varias decenas de macacus rhesus en colaboración con el Instituto de Primatología.

La técnica utilizada fue la de transferencia nuclear, que se empleó ya en 1996 para clonar a la célebre oveja Dolly. Las principales diferencias con aquél experimento son, en primer lugar la enorme dificultad que entraña el manejo de células germinales y embrionarias humanas, y en segundo lugar, el objetivo final, que en este caso es completamente distinto.

El primer paso es obtener un oocito, célula germinal de una donante, y proceder a su enucleación, es decir, extirpar el núcleo que contiene la información genética. Esta enucleación debe realizarse en un momento muy determinado, la metafase de la meiosis. De esta forma, la célula embrionaria, por así decir ‘decapitada’, carece de carga genética, pero conserva su citoplasma intacto y toda su potencialidad funcional.


Paralelamente se había obtenido de otro donante una célula somática. En el caso del experimento se obtuvo de la piel, pero podría haber procedido de cualquier otro tejido. Dicha célula se insertó en el oocito enucleado a través de su membrana, de manera que se integran ambos citoplasmas celulares, y a la vez (y esto es lo mágico de la experiencia) el núcleo de la célula somática se reconoce como propio por parte del oocito. Se produce por lo tanto una verdadera fecundación que podríamos calificar de asexual, puesto que en este caso no hay intercambio alguno de material genético. El núcleo, y consiguientemente los cromosomas y los genes, son exclusivamente los del donante de la célula somática. Se obtiene pues un zigoto o embrión geneticamente idéntico a él, lo que se ha popularizado con el nombre de clon.

Al cabo de unos pocos días, cuando el embrión alcanza el estadio de blastocisto, se obtienen de él las deseadas células madre embrionarias, destruyéndose el resto del embrión. El equipo de Militapov coronó su exitoso experimento, produciendo en diversos cultivos de las células madre, tres tipos de estirpes celulares diferenciadas, concretamente células cardiacas, hepáticas y neuronas (¡nada menos!). Unas células que podrían emplearse en medicina regenerativa para tratar diversos tipos de enfermedades degenerativas (vg. Alzheimer) que padeciera el donante. Tendrían la inmensa ventaja de ser genéticamente idénticas a las suyas, por lo que sería imposible que se produjera rechazo alguno. Todo el proceso aparece muy bien plasmado en el gráfico que aquí reproduzco, tomado de El País.


Es obvio que la experiencia abre unas posibilidades muy prometedoras en el campo de la implantología, los transplantes (autotransplantes) de órganos, la regeneración tisular… En definitiva crea unas expectativas fantásticas en cuanto a la prolongación de la vida, uno de esos tópicos de la ciencia-ficción, junto con los viajes en el tiempo y otras utopías que, según parece, cada vez lo son menos.

Queda la parte moral de la cuestión. Si el embrión no se destruye y se implanta en un ‘útero de alquiler’, aunque hoy por hoy es técnicamente muy difícil, podrían teóricamente nacer individuos clónicos, genéticamente idénticos al donante, como aquella oveja Dolly. Aparte de las dificultades técnicas, está el hecho de que el ADN de la célula somática adulta sería un ADN ‘adulto’, al que le quedaría una potencialidad  muy mermada y apta para menos divisiones celulares. Le esperaría, por lo tanto una vida breve. (Véase nuestra entrada sobre la telomerasa). En cualquier caso, el dilema moral radica en si es moralmente legítimo o no lo es, crear individuos clónicos. Aquí podemos incluir todos los tópicos que se os ocurran sobre ‘el aprendiz de brujo’, ‘jugar a ser Dios’, ‘ejércitos de clones’ y otros semejantes. Si queréis mi opinión, y si habéis llegado hasta este párrafo, interpreto que la queréis, sólo os diré una cosa: todo lo que es posible hacerse, acaba haciéndose por encima de éticas, de leyes y de opiniones religiosas. Lo demuestra la Historia y lo demuestra el mínimo conocimiento de la naturaleza humana. Así que no agotéis vuestra capacidad de sorpresa, porque si vivimos lo suficiente, nos va a hacer falta a todos.

En la vida muy pocos sueños se cumplen. La mayoría simplemente se roncan.  Enrique Jardiel Poncela.


martes, 5 de octubre de 2021

LA SEXTA GRAN EXTINCIÓN

 


En una reciente entrada hablamos de las cinco grandes extinciones que atendiendo al estudio de los estratos geológicos y del registro fósil, han afectado a nuestro planeta. La última de ellas fue la que hace unos 66 millones de años acabó con los dinosaurios y otros seres vivos, propiciando el florecimiento de la clase mamífera de la que formamos parte. Pues bien, cada vez son más patentes los indicios, mejor podríamos decir las pruebas, de que en el periodo actual que la nomenclatura científica tradicional llamó holoceno, pero que ya muchos científicos prefieren denominar antropoceno, por el protagonismo que ha cobrado la especie humana, se está produciendo una nueva y devastadora gran extinción, cuyos responsables únicos somos precisamente nosotros, los seres humanos.

Según estimaciones fiables, el ritmo actual de extinción de especies podría ser cien veces superior a la media. Según Lisa Randall, a quien seguimos en este comentario, el ritmo de extinción de mamíferos en los últimos 500 años ha sido unas dieciséis veces más alto del normal, y en el último siglo el ritmo se ha elevado en un factor 32. En los últimos 100 años los anfibios han desaparecido a un ritmo casi cien veces mayor que en el pasado, y se calcula que la mitad de sus especies aun presentes están gravemente amenazadas. En el mismo periodo las extinciones de aves han superado el ritmo promedio en un factor 20 aproximadamente.



Los números son compatibles con un episodio de extinción masiva, y también lo son los cambios en el medio ambiente que se están produciendo.

En la colosal extinción pérmico-triásica de hace unos 250 millones de años, aumentaron de forma espectacular los niveles de dióxido de carbono y también la temperatura del planeta. Los océanos se hicieron más ácidos y en muchos ambientes marinos aparecieron zonas muertas carentes de oxígeno. Resulta enormemente preocupante que todos y cada uno de esos detalles coincidan de forma exacta con lo que estamos viviendo hoy en día.

Podemos mirar a nuestro alrededor con cara de inocentes como el que acaba de lanzar la piedra y ha escondido la mano en el bolsillo, pero no servirá de nada. Podemos estar seguros de que la influencia humana es la responsable de la reciente y dramática pérdida de diversidad. El impacto del ser humano en el planeta ha sido similar, si no superior, al causado por el del enorme meteoroide que se estrelló en la península de Yucatán hace 66 millones de años. Cuando los europeos llegaron a Norteamérica, se extinguió el 80% de los animales de gran tamaño. Durante los siglos anteriores, los pobladores originales que habían ingresado al continente cruzando el estrecho de Bering desde Asia, ya habían dado buena cuenta de más del 30% de los gigantes americanos. Si a esas matanzas directas que se produjeron primero por necesidad alimenticia y más tarde incluso por deporte, añadimos otros factores también de innegable origen humano como la polución, la desertización, la deforestación, la sobrepesca, etc., no debe sorprendernos la inminente crisis de las poblaciones tanto animales como vegetales.


Aun cuando surjan nuevas especies o mejoren finalmente las condiciones, es poco probable que un mundo tan espectacularmente alterado sea bueno para nosotros como especie. La alarmante pérdida de biodiversidad conlleva pérdida de alimentos, potenciales medicinas, aire y agua limpios, entre otros muchos recursos. Microorganismos, bacterias y virus, potencialmente peligrosos que hasta hace poco han sobrevivido parasitando diferentes especies animales, al irse extinguiendo sus hospedadores habituales buscarán nuevos organismos a los que infectar. Ese puede ser uno de los orígenes de pandemias devastadoras. La vida ha evolucionado a través de delicados mecanismos de equilibrio. No sabemos cuántos de ellos pueden ser alterados sin cambiar drásticamente el ecosistema y la vida en el planeta. Siendo como somos una especie supuestamente inteligente, deberíamos ser capaces de prever y evitar lo que se avecina. Sin embargo, por desgracia basta un vistazo a los noticieros, a las redes sociales, o simplemente al comportamiento de muchos (me temo que demasiados) de nuestros congéneres, para echarse a temblar.

-Mamá, mira que planta carnívora más bonita he comprado.

-¿Y el perro?

-¡Hostia, el perro!