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viernes, 26 de febrero de 2021

SÍNDROME DEL CANAL DE GUYON. EL AZOTE DE COCINEROS Y CICLISTAS


 

Cuando se aproximan días festivos o celebraciones de alguna clase, tanto cocineros profesionales como amateurs tienen a buen seguro trabajo extra. No sólo conviene que estén pendientes de los fogones y que tengan cuidado con los cuchillos y otras herramientas peligrosas; también es preciso prestar atención a determinados riesgos musculoesqueléticos derivados de los movimientos repetitivos y los vicios posturales.

Uno de tales riesgos es el síndrome del canal de Guyon. Se trata de una neuropatía por compresión del nervio cubital a su paso por el llamado canal de Guyon a la altura de la muñeca, cerca de la base del dedo meñique. En la ilustración apreciaréis su exacta situación.

El nervio cubital tiene dos ramas: la superficial (sensitiva) proporciona sensibilidad a los dedos 4º y 5º (anular y meñique); la rama profunda (motora) posibilita el movimiento de varios pequeños músculos de la zona conocida como eminencia hipotenar, situada en la región cubital de la palma de la mano. Este es el motivo de que la compresión del nervio en el canal de Guyon origine alteraciones de la sensibilidad y parálisis de esta musculatura específica.

Además de los cocineros que acabo de mencionar, en el ámbito laboral el síndrome del canal de Guyon afecta con frecuencia a otros profesionales que realizan movimientos reiterados utilizando herramienta manual que comprime la zona o que obliga a la hiperextensión de la muñeca: electricistas, pintores, zapateros, curtidores, artesanos y trabajadores manuales en general. En la práctica deportiva la lesión es clásica de los ciclistas, por la posición muchas veces inadecuada de la mano en el manillar de la bicicleta. Otras causas no laborales frecuentemente implicadas son los traumatismos (fractura de la apófisis unciforme), los tumores (lipomas o gangliones), ciertas alteraciones vasculares (aneurisma de la arteria cubital) e incluso anomalías anatómicas óseas o musculares.

Acompañando a los síntomas sensitivos y motores, los pacientes presentan a veces una hipotrofia o incluso una atrofia completa de la eminencia hipotenar que puede extenderse a la región cubital del antebrazo. En la exploración se aprecia positividad de los signos de Tinel y Froment. También es aconsejable realizar el test de Allen para descartar una posible compresión de la arteria cubital que acompaña al nervio a su paso por el canal de Guyon.

En los casos avanzados hay que recurrir a la solución quirúrgica. El tratamiento conservador se realiza mediante el uso de férulas nocturnas.


La fisioterapia del cuadro puede emplear diferentes técnicas: la corriente dinámica LP (de largos periodos) o la inmersión de la mano en fangos o geles de parafina suelen aliviar los síntomas. En cuanto a la terapia manual propiamente dicha se basa en la técnica miofascial para relajar la fascia palmar y el antebrazo; estiramientos musculares; ejercicios de fortalecimiento de los músculos regionales y neurodinámica clínica encaminada a recuperar la capacidad de deslizamiento del nervio cubital por el canal. Nuestra recomendación profesional es insistir como siempre en la necesidad de consultar en fases precoces de la lesión. Cuando la evolución es larga y la lesión se encuentra en una fase avanzada, el paciente está condenado a pasar por el quirófano.

No he de callar por más que con el dedo,

ya tocando la boca o ya la frente,

silencio avises o amenaces miedo.

Francisco de Quevedo.


martes, 23 de febrero de 2021

EL ALMAGESTO DE PTOLOMEO: EL GRAN LIBRO

 


Un solo libro disputa a Los Elementos de Euclides el honor de ser el libro de texto utilizado durante más tiempo. Se trata del Almagesto de Ptolomeo, una obra científica cuyo origen se remonta al siglo II, y que se utilizó por los científicos y los estudiosos hasta prácticamente el final del Renacimiento, más de mil años siendo una referencia bibliográfica de primer orden.

La obra describe el universo tal como lo concibió el filósofo alejandrino, plagado de grandes errores e inexactitudes importantes. Para Ptolomeo la Tierra es el centro alrededor del cual giran el sol, los planetas y el resto de los astros. Según sus errados cálculos, los planetas se mueven en pequeñas órbitas circulares llamadas epiciclos, y la esfera que contiene las lejanas “estrellas fijas” como allí se denominan, tiene un radio de veinte mil veces el tamaño de la Tierra.

El éxito que adquirió el Almagesto se debe a varios factores históricos que no conviene perder de vista. En primer lugar debemos situar la sangrante escasez de obras y manuales científicos que se extendió a través de los siglos oscuros tardorromanos y medievales. En segundo lugar cabe reconocer que en medio de sus múltiples errores, el libro contenía algunos datos acertados y de gran utilidad científica. Acaso el más sobresaliente pertenece al terreno de las matemáticas, ya que en él aparece una tabla trigonométrica que incluye el valor de los senos comprendidos entre 0 y 90 grados en intervalos de quince minutos de arco, teoremas que corresponden a la moderna ley de los senos, fórmulas para sumas y diferencias de ángulos y semiángulos, y una especie de introducción a la trigonometría esférica.



El tercer factor, acaso el más importante, es el prestigio de que se rodeó la obra. Como muchas otras de su tiempo, quedó perdida durante algunos siglos hasta que en torno al 827 fue traducida al árabe, y de esa lengua al latín ya en el siglo XII. El nombre de “Almagesto” deriva de la expresión árabe al-kitabu-l-mijisti, que significa El Gran Libro. En los siglos oscuros, el mundo islámico actuó como depositario de muchos aspectos de la ciencia y la sabiduría antiguas. Después las traducciones que se realizaron sobre todo en España, en la célebre Escuela de Traductores de Toledo, así como en contados lugares de la Italia renacentista, contribuyeron a difundir muchas obras y tratados valiosos en la Europa cristiana.

La elegancia con que se presentaron los postulados y teoremas del Almagesto contribuyó sin duda a su gran popularidad entre las gentes cultas de la Baja Edad Media y el Renacimiento europeo, hasta el punto de que, como acertadamente señala Jan Gullberg, el libro terminó por ser responsable de que se perdieran gran parte de los trabajos griegos sobre astronomía, que acaso debían contener otras informaciones de algún valor científico, pero que no pudieron competir con la atractiva presentación y el prestigio del Almagesto.

A pesar de sus evidentes carencias, el Almagesto tuvo la virtud de asentar la astronomía como ciencia en Occidente. Actualmente se conservan varios ejemplares de los siglos anteriores a la imprenta, tenidos por auténticos tesoros. Tras la invención de Gutemberg la obra conoció diferentes y sucesivas ediciones durante casi dos siglos, algunos de cuyos ejemplares son considerados incunables. El profe Bigotini presume de no necesitar tablas de senos y cosenos, porque mide los ángulos con su enorme nariz.

Sí, me siento muy bien físicamente. Eso es gracias a la dieta que me proporciona la nutricionista, basada en hidrocarburos. Gustavo Biscayazu, futbolista uruguayo.

 


sábado, 20 de febrero de 2021

LYMAN YOUNG, EL TÍO DE BLONDIE

 

La pequeña broma del título viene a cuento de que Lyman Young era el hermano mayor de Chic Young, el creador de la popular Blondie. Si consideramos a Chic padre de la simpática rubita, Lyman sería su tío.

Nació en 1893, y al igual que su hermano Chic, Lyman fue iniciado en el mundo artístico por su madre, que era pintora. Después de formarse en el Chicago Art Institute y servir en la Primera Guerra Mundial, trabajó como dependiente. Comenzó su carrera como dibujante en 1924 colaborando en el cómic de C. W. Kahles, The Kelly Kids. En 1927, creó su propia tira, The Kid Sister, realmente una especie de recreación de The Kelly Kids.


Pero Lyman alcanzó la popularidad con su serie más exitosa, Tim Tyler’s luck, la suerte de Tim Tyler, en 1928. En 1935, se asoció con Curley Harper para publicar juntos sus tiras. En la serie Young empleó como ayudantes a varios artistas, algunos de los cuales pasarían también a la historia del cómic, como Alex Raymond, Burne Hogarth, Clark Haas, Nat Edson y Tom Massey. Otro de los importantes del género, Tony DiPreta comenzó su carrera rotulando la tira mientras Young jugaba al golf. Porque conviene decir que Lyman Young fue ante todo un vividor notable que no perdió ocasión de trabajar lo menos posible siempre que pudo.

La serie de Tim Tyler se hizo enormemente popular dentro y fuera de América. Sus protagonistas eran dos jóvenes exploradores que vivían emocionantes aventuras en los cinco continentes. En España se llamó Jorge y Fernando, fue también muy leída y muy vendida en nuestro país durante la posguerra, compitiendo en popularidad con tebeos como El guerrero del antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín. Como curiosidad, incluimos en nuestra selección de páginas una publicada en Hungría en los años treinta.

Young vivía en Greenwich, Connecticut. Durante la década de 1950, cuando su hijo Bob se hizo cargo de la tira diaria, se retiró a Florida, donde residió cerca de su hermano Chic, y luego se mudó a California. Tenía 90 años cuando murió en 1984. Os dejamos aquí unas muestras de su trabajo.

 













miércoles, 17 de febrero de 2021

GEORGE SANDERS, UN VILLANO CON CLASE

 



Este sinvergüenza, como él mismo se definió en sus memorias, supo encarnar como ningún otro actor a los tipos cínicos, villanos aristocráticos que solían enfrentarse al héroe de la película casi siempre haciendo trampas.

George Sanders se inició en el cine de la mano de su amiga Greer Garson, dio el salto a Hollywood con una facilidad inusitada, y se hizo un sitio en las carteleras como el secundario imprescindible durante los años cuarenta. Se entendió con Hitchcock a las mil maravillas, algo que realmente no era nada fácil, fascinó a mujeres tan fascinantes como Hedy Lamarr o Gene Tierney, se convirtió en personaje imprescindible en cualquier sarao de su tiempo. Sólo tuvo un enemigo: él mismo. Sanders se pasó la existencia procurando hacérsela imposible, cayó en diferentes adicciones, sufrió diversas crisis depresivas, y acabó quitándose la vida en un oscuro hotel de Casteldefels. Venía a España con frecuencia y, mira por dónde, terminó aquí su tortuoso peregrinaje. Fue inolvidable su papel de primo malvado en Rebecca, y será siempre recordado como el galán de Eva al desnudo. Como recuerdo a este malogrado actor, os invitamos a visionar la versión original de The strange woman, película que dirigió Edgar Ulmer en 1946, y que contó con la impagable presencia de Hedy Lamarr. Clic en el enlace y buen provecho.

https://www.youtube.com/watch?v=GeSyErVcuos

Próxima entrega: Joseph L. Mankiewickz



sábado, 13 de febrero de 2021

LA PROVERBIAL SEVERIDAD REPUBICANA: MITO O REALIDAD

 


Entre los historiadores romanos fue común idealizar el periodo republicano como un tiempo idílico en que reinaron la honradez y la justicia. Lo hicieron en gran parte para subrayar el contraste con la corrupción que oscureció algunas etapas posteriores. La República se mitificó, sí, pero ya se sabe que todos los mitos encierran cierta dosis de verdad, y lo cierto es que la Roma republicana, aun con sus correspondientes luces y sombras, tuvo muchas virtudes.

Es de destacar la sobriedad arquitectónica de la urbe primitiva. Dos calles principales se cruzaban en la ciudad, dividiéndola en cuatro barrios, cada uno de ellos con sus dioses tutelares propios, los Lari compitali, que se horraban con pequeñas estatuas en multitud de rincones y hornacinas repartidas por toda Roma.

Calles estrechas de tierra apisonada que no se pavimentaron hasta mucho más tarde. Desde los Tarquinos existía ya la cloaca máxima, pero tuvo que ser Apio Claudio el Ciego quien hiciera construir el primer acueducto que por fin llevó agua fresca a la ciudad desde las montañas cercanas. Por primera vez los romanos se pudieron lavar. Las primeras termas no se abrieron hasta después de la derrota de Aníbal. Subsistían las casas edificadas por los etruscos, casas de piedra que se iban reparando y estucando cuando hacía falta. Los romanos vivían fundamentalmente de la agricultura que practicaban en los campos cercanos. Muchas de las familias aristocráticas debían su nombre a sus especialidades agrícolas. Así, los Léntulo eran especialistas en lentejas, los Cepione (Escipiones) en cebollas, los Fabio en habas. Abundaban también los higos, las uvas y el aceite. Cada familia criaba sus gallinas, sus cerdos y sobre todo sus ovejas de las que obtenían la lana para vestirse.



El primer camino decente fue la vía latina, construida en 370 a.C., un siglo después de la instauración de la República. Unía la urbe con los puertos albanos. Cincuenta años más tarde, Apio Claudio, el mismo del acueducto, construyó la segunda, la vía Apia, que se prolongó hasta Capua. No existió una flota que mereciera tal nombre hasta las guerras púnicas. En los primeros tiempos los romanos desconocían la moneda. Se limitaban las transacciones al intercambio de ganado. Las primitivas monedas ostentaban las imágenes de cerdos, ovejas, vacas… ganado o pecus, de donde deriva el término pecunia. La primera unidad monetaria fue el as, un trozo de cobre de una libra de peso. Apenas nacida, fue devaluada por el Estado para hacer frente a los gastos de la primera guerra púnica. Para ayudar al ejército, todos los ciudadanos entregaron sus ases de cobre, estos fueron divididos en seis partes, y por cada as recibido, el Estado restituyó una sexta parte, el sestercio, que al principio fue de cobre y más adelante lo hubo de plata con valor de dos ases y medio. Llegó luego el denario, también de plata, con valor de cuatro sestercios. Del término denario deriva nuestro dinero en castellano. Por último, la unidad de más valor fue el talento de oro, que valía una fortuna, y sólo estuvo al alcance de los ricos.


A falta de bancos, los romanos depositaban sus dineros en los templos, y los préstamos estaban a cargo de los argentarios que traficaban en oscuras oficinas próximas al Foro. El interés máximo permitido era del ocho por ciento, y aunque la usura estaba expresamente prohibida por las Doce Tablas, debía ser una práctica ilegal bastante extendida. Gran parte de la mano de obra era esclava, y para los demás siervos los derechos laborales eran inexistentes. Hubo diversas revueltas llamadas guerras serviles, y acaso para aplacar a los trabajadores, se promovieron los gremios, llamados más propiamente colegios. Hubo doce oficialmente reconocidos: alfareros, herreros, zapateros, carpinteros, tocadores de flauta, curtidores, cocineros, albañiles, cordeleros, fundidores, tejedores y actores, llamados estos últimos artistas de Dionisio.

Los romanos se casaban muy jóvenes, a los veinte años los varones y tal vez algo más jóvenes las esposas. Los matrimonios solían pactarse entre las familias y podían ser con mano o sin mano. En los primeros la mujer pasaba a ser propiedad del marido desde el primer momento. En los segundos el padre de la novia mantenía los derechos sobre su hija durante el primer año, lo que daba lugar a separaciones precoces. Pasado ese periodo, el matrimonio se convertía en con mano por coemptio, es decir, por uso o adquisición. Y también podía ocurrir por confarreatio, cuando ambos cónyuges comían juntos un dulce. Esta modalidad estaba reservada a los patricios, y requería solemnes ceremonias, festejos, cantos y nutridas procesiones con acompañamiento de flautas. Cuando el cortejo llegaba a la casa del novio, éste desde detrás de la puerta, preguntaba: ¿Quién eres?, y la novia contestaba: Si tú eres Ticio, yo soy Ticia. Entonces el novio le entregaba las llaves de la casa, la tomaba en brazos y así pasaban bajo un yugo, el yugo matrimonial. Según los historiadores del periodo imperial, el primer divorcio de la Roma republicana no ocurrió hasta dos siglos y medio tras la fundación de la República. Ignoramos si el dato es exacto o se debía al afán de los historiadores por ensalzar la moralidad de los tiempos pretéritos frente a la impudicia del Imperio, etapa en la que los divorcios fueron cosa corriente.

Las relaciones entre hombres eran generalmente rudas, y el trato dispensado a esclavos y prisioneros, despiadado. Sin embargo, se procuraba primar la Justicia y la honradez por encima de todo. Por ejemplo, cuando un sicario se presentó en el Senado proponiendo envenenar a Pirro, cuyos ejércitos amenazaban a Roma, los senadores no sólo rechazaron la oferta sino que informaron del complot al caudillo enemigo. Cuando después de la derrota romana de Cannas, Aníbal mandó diez prisioneros de guerra a Roma para tratar el rescate de otros ocho mil, con promesa de regresar. Uno de ellos no cumplió su palabra, quedándose en su casa de Roma. El Senado le puso grilletes y le mandó al general cartaginés. Si hay que creer a Polibio, la vuelta del prisionero nubló la alegría de Aníbal, pues se dio cuenta de cuál era la clase de gente con la que debía pelear.

En definitiva, los romanos de la República eran tipos severos y rectos. Es muy conocida la anécdota del esclavo escita de César que cada vez que alguien le adulaba, le susurraba por detrás: recuerda, oh César, que sólo eres un hombre. También se sabe que en los triunfos, a la vez que el pueblo vitoreaba y aplaudía, los soldados de César le gritaban: ¡Déjate de mirar a las matronas, calabaza monda, confórmate con las putas!

Debemos concluir pues que los romanos de esa época debían parecerse bastante a los tipos que idealizaron Plutarco o Tácito. Les faltaban el sentido de las libertades individuales, el gusto por el arte y por la ciencia, los placeres de la conversación y la filosofía, y sobre todo el sentido del humor. Pero a cambio podían presumir de lealtad, sobriedad, tenacidad, obediencia y sentido práctico. No estaban hechos para comprender el mundo y disfrutarlo. Estaban hechos para conquistarlo y gobernarlo.

¿Qué cuántos pulmones tengo? Uno, como todo el mundo. Mostaza Merlo, futbolista.


miércoles, 10 de febrero de 2021

JOSÉ CAMERINO. EL PÍCARO AMANTE

 


Este italiano nacido en Umbría fue uno de los más importantes autores españoles del siglo de oro. Su familia procedía de Camerino, pero se trasladó a Fano, Umbría, que formaba parte de los Estados Pontificios, donde nació Giuseppe, después José. Emigró a España siendo muy joven, alentado por Pietro Camerino, un pariente suyo afincado en Madrid. Viajó también a Murcia, donde residían otros parientes, y definitivamente instalado en Madrid, sirvió en la Nunciatura, ejerciendo como notario de su Tribunal.

José Camerino hizo carrera en la corte española. Llegó a ser Procurador de los Consejos reales, una bicoca dotada con generoso estipendio. Entre 1640 y 42 está documentada su participación en varios pleitos con la Orden de los Jerónimos, y en definitiva, parece que acumuló una fortuna considerable.



En cuanto a su obra literaria, Camerino fue sobre todo escritor de novela cortesana, un género casi olvidado en los siglos posteriores, pero que en el XVII fue muy popular entre los lectores. Editó una colección de Novelas amorosas en 1624, en cuyo prólogo se incluía un soneto laudatorio de Lope de Vega, que fue gran amigo del autor, así como Guillén de Castro y otras figuras literarias del momento. En 1631 dio a la imprenta A fee de hombre de bien, un discurso político que fue muy celebrado en su tiempo.

Algo menos conocida, si bien no menos brillante, es su faceta de dramaturgo. Estrenó algunas comedias con gran éxito, como La dama beata, obra fechada en 1655 que llegó a representarse en muchas ciudades, en época en la que era poco usual que se representaran comedias fuera de Madrid y sus cercanías, con las solas excepciones de autores famosos y consagrados como Lope o Calderón.

Hoy traemos a nuestra biblioteca Bigotini El pícaro amante, una pieza breve que reúne lo mejor y lo más clásico de la novela barroca española. Se trata de una edición digital a partir de sus Novelas amorosas, editadas en Madrid por Tomás Junti en 1624. Os recomendamos su lectura (clic en el enlace), y rompemos con ello una lanza por la reivindicación del recuerdo de José Camerino, un italiano que quiso ser español y poeta, y logró ambas cosas con gran éxito.

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+p%C3%ADcaro+amante.pdf

Y si aquí te acobarda el airado rigor del desengaño, piensa que al que es amado no le perdona Amor ningún cuidado. José Camerino, El pícaro amante.


sábado, 6 de febrero de 2021

ANTICONCEPTIVOS HORMONALES. CONSEJOS Y ALTERNATIVAS

 


El 23 de junio de 1960 fue aprobada por la FDA norteamericana la prescripción y venta de lo que entonces se llamó la píldora anticonceptiva hormonal de uso femenino, o simplemente la píldora. En los años siguientes su uso se extendió poco a poco al resto del mundo. Algunos países católicos tardaron más en adoptar el método. En España se legalizó oficialmente el 7 de octubre de 1978, aunque, como es habitual entre nosotros, las disposiciones legales van muy por detrás de los usos sociales, y la píldora se utilizaba ya por entonces con relativa normalidad.

Puede afirmarse sin exageración alguna que la libre disposición de un método anticonceptivo eficaz ha marcado un hito sin precedentes en la liberación de la mujer. La posibilidad de decidir libremente quedar o no embarazada y de elegir el momento en caso afirmativo, con todo lo que de ello se deriva en el plano sexual, social y laboral, supone un salto cualitativo de tal magnitud, que en nuestra opinión sitúa a la píldora a la par y hasta por encima de otras conquistas políticas, sociales o culturales de la mujer.


Actualmente existen distintos tipos de preparados hormonales. La composición más usual, la de la píldora más extendida, es a base de dos clases de hormonas: estrógenos y gestágenos (habitualmente progesterona). El mecanismo de anticoncepción consiste en impedir la formación del óvulo en los ovarios. Por lo tanto, al no existir óvulo, no se produce la fecundación. Esta fórmula puede administrarse en pastillas que se toman diariamente (lo más usual); en forma de parches que se adhieren a la piel y se cambian semanalmente; o mediante un anillo vaginal de material plástico que se introduce como un tampón, y se cambia una vez al mes.

Otras formulaciones contienen exclusivamente gestágenos. Son las llamadas minipíldoras, las inyecciones mensuales o trimestrales, o los implantes subcutáneos que se introducen bajo la piel de la parte interna del brazo y duran entre 3 y 5 años. También está compuesta sólo por gestágenos la llamada píldora del día después, que utiliza dosis elevadas al objeto de, si se hubiera producido la fecundación del óvulo, impedir que el blastocito anide en el endometrio, provocando su expulsión con la regla. Resulta muy eficaz si se administra una dosis doble (2 pastillas) en las primeras 48 horas después de una relación sin protección o dudosa. Conviene restringir su uso a situaciones de emergencia, no siendo aconsejable como método de continuidad.


Las ventajas de la anticoncepción hormonal son indudables. La píldora es un método seguro desde el primer ciclo, ayuda a regular y disminuir los dolores menstruales. Puede ser utilizada en periodos largos, retirarse cuando se desee quedar embarazada, y volverla a consumir después. Pero también los anticonceptivos hormonales presentan algunos inconvenientes: pueden agravar determinadas patologías hepáticas, predisponen a la formación de trombos, particularmente en las mujeres fumadoras. Pueden perder parte de su eficacia en asociación con determinados fármacos. También se reduce la seguridad cuando se olvidan las tomas. En algunas mujeres provocan tendencia al aumento de peso o a las cefaleas. Finalmente afectan en ciertos casos a la libido, reduciendo el deseo sexual.

La fórmula más recomendable es sin duda la que utiliza dos hormonas, estrógenos y gestágenos, administrada diariamente por vía oral (por eso es la más prescrita por los médicos). Sólo en algunos casos convendría utilizar otras fórmulas. Por ejemplo:

§  En el caso de madres lactantes se recomienda usar la píldora de un solo componente, o bien colocarse implantes.

§  Si de forma reiterada se incumplen las tomas. En este caso es preferible utilizar anillo vaginal, implantes o parches.

§  Si se padece hipertensión arterial son más aconsejables los implantes.


Se debe consultar al médico: en el caso de fumadoras inveteradas a las que resulte muy difícil la deshabituación; si aparece dolor abdominal intenso, opresión en el pecho o dificultad respiratoria; si se presenta cefalea intensa, mareos, pérdida de sensibilidad, de fuerza o alteraciones visuales; en caso de flebitis o problemas circulatorios.

Y por supuesto también es obligado visitar al médico cuando se pretenda iniciar un tratamiento anticonceptivo, o si cuando ya está iniciado, se observa ausencia de regla.

El fútbol es como el ajedrez pero sin dados. Lukas Podolski, futbolista alemán.

 


jueves, 4 de febrero de 2021

WALTHER NERNST, EL QUÍMICO Y EL HOMBRE

 


Prusiano de madre polaca, Walther Nernst nació en Briesen en 1864. Ya desde niño manifestó vocación científica, y tras completar los estudios superiores, asistió a las universidades de Zúrich, Berlín, Graz y Wuzburgo. Ejerció la docencia primero en Leipzig y a partir de 1891, en la Universidad de Gotinga, donde fue fundador del Instituto de Química, Física y Electroquímica. En 1905 se instaló en Berlín, ejerciendo como profesor y dirigiendo el instituto alemán de Química Física. Fue nombrado en 1922 presidente del Instituto Fisicotécnico de Berlín-Charlottenburg, y en 1933, acaso abrumado por las presiones políticas, cesó en todos sus cargos para dedicarse exclusivamente a la investigación, sobre todo en los campos de la electroacústica y la astrofísica. Fue inventor de una microbalanza que patentó. También a su ingenio se debe un piano eléctrico en el que utilizó amplificadores de radio, y que comercializó la compañía Siemens.


Desarrolló el teorema del calor, base de la tercera ley de la termodinámica, según la cual la entropía de una materia tiende a anularse cuando su temperatura se aproxima al cero absoluto. También enunció una teoría osmótica para determinar el potencial de los electrodos de una pila. Inventó la lámpara de Nernst, con filamentos de óxido de circonio e iritio capaces de alcanzar temperaturas superiores a 1000º C, por lo que se emplea como fuente de rayos infrarrojos. Recibió el Premio Nobel de Química en 1920, y falleció en 1941. Acaso su mayor contribución a la ciencia fue la ecuación de Nernst, que se utiliza para calcular el potencial de reducción de un electrodo fuera de las condiciones estándar.


Aunque siempre se mostró orgulloso de ser alemán, a pesar de ser medio polaco, procuró no servir al régimen nazi. Se escudó para ello en su posición de prestigio y en su dedicación a la ciencia teórica, alejada de las posibles aplicaciones bélicas. Su comportamiento fue avalado tras su muerte con el nombramiento a título póstumo de miembro de la Royal Society británica todavía en plena guerra (1942). En Bigotini admiramos por igual al científico y al hombre.

Vi al arquero adelantado, y se la tiré por arriba. Fue un gol de odontología. Nelson Pedetti, futbolista uruguayo.


lunes, 1 de febrero de 2021

FRANK WILLARD, MOON MULLINS EN CHICAGO AÑOS 20

 


Frank Henry Willard, que firmó sus trabajos como Frank Willard o simplemente Willard, nació en Anna, Illinois, en 1893. Fue un muchacho indisciplinado y rebelde al que expulsaron de varias escuelas. Abandonó pronto la casa paterna, ganándose la vida de feria en feria hasta que encontró trabajo como celador en un hospital psiquiátrico, periodo que marcaría para siempre su forma de entender la vida, así como su particular sentido del humor. Completó sus estudios en Chicago y en 1912 comenzó su carrera de dibujante ilustrando el anuario del instituto del que fue alumno. Perfeccionó su técnica en la Academia de Bellas Artes de Chicago, y a partir de 1914 publicó regularmente en el Chicago Herald, donde llegó a tener su propia tira cómica diaria. En el Herald alternó con dibujantes míticos como E.C. Segar (Popeye) y Billy DeBeck (Barney Google). Con semejantes maestros y en un ambiente artístico de ese calibre, el joven Frank desarrolló toda su creatividad.

A partir de la incorporación de los Estados Unidos a la Gran Guerra en 1917, Willard sirvió en Francia con una división de ingenieros dedicada a construir caminos y puentes. A su regreso se encontró en el paro, y su amigo DeBeck primero le contrató como ayudante para su serie de Barney Google y Snuffy Smith, y más tarde le consiguió un puesto en el King Features Syndicate, donde pudo reconocerse su mano en casi todas las series y tiras que producía KFS.

En aquella empresa nuestro hombre acabó al fin por triunfar con un personaje que le proporcionaría fama imperecedera: Moon Mullins. Y lo hizo de una forma un tanto rebuscada. En 1923 Joseph Patterson, el capitán Patterson como llamaban al patrón de KFS, buscaba una tira de impacto capaz de competir con el Barney Google de DeBeck que entonces tenía gran éxito. Patterson encargó la búsqueda al editor, y este reunió a sus dibujantes jóvenes y les pidió que crearan nuevas tiras. Willard le presentó un puñado de páginas de su Moon Mullins que el editor rechazó. Pero a los pocos días vio como se utilizaban sus gags y situaciones cómicas en la serie Educando a papá de George McManus. Willard montó en cólera, entró en el bar más próximo donde estaba el editor y le propinó un puñetazo que lo dejó K.O. Cuando lo supo el capitán Patterson, despidió al editor y contrató a Frank Willard con el personaje que pronto se convirtió en todo un éxito en los diarios. Más tarde Willard y McManus acabaron siendo grandes amigos.

De manera que Frank Willard pasará a la historia del cómic como dibujante de una sola serie, pero eso sí, una serie magnífica. Moon Mullins, el protagonista de la historieta es un tipo duro, tan duro como demostró serlo su creador, en Chicago años 20, una jungla de asfalto en la que para sobrevivir había que tenerlos muy bien puestos. La serie destila un humor algo primitivo, acorde con el personaje. Willard estuvo dibujándolo hasta su fallecimiento en 1958. A partir de entonces y hasta 1991 se encargó de la serie Ferd Johnson, que había sido su ayudante.

Os dejamos como siempre, unas cuantas páginas e ilustraciones de Frank Willard, gran dibujante y superviviente.