Con independencia de que
la mujer embarazada sea objeto de especial protección por parte de la normativa
laboral, y de cualquier otra consideración legal, permitidme esbozar brevemente
las tres fases cronológicas del embarazo y la posible incidencia de factores de
riesgo laboral en cada una de ellas. El embarazo puede dividirse
convencionalmente en tres trimestres. Cada trimestre tiene sus propios eventos
importantes:
Primer trimestre: Es el periodo en el
que se forman los órganos y sistemas principales del feto (Organogénesis),
es el de mayor fragilidad.
Las patologías
predominantes tienen que ver con la exposición a contaminantes, fármacos y
otras sustancias. En este periodo los riesgos laborales más sobresalientes
están relacionados con la presencia de contaminantes o de sustancias que
pudieran originar daños en el embrión (teratogénicas).
Segundo trimestre: Es la época de
movilización y crecimiento intrauterino. El feto se forma por completo.
Las patologías
predominantes son las relacionadas con esfuerzo físico, posturas forzadas,
movimientos repetitivos...
Tercer trimestre: Es el periodo
caracterizado por el crecimiento rápido y la maduración del feto.
Las patologías que
predominan son similares a las del segundo trimestre, acentuadas por el aumento
de volumen de la embarazada y las consiguientes molestias.
Atendiendo a estas
circunstancias y aunque a
priori sea evidente que
algunos puestos de trabajo estén exentos de riesgo y por tanto de planificación
preventiva, aconsejamos consultar cualquier duda o situación con el médico del Servicio de Prevención. Conviene que la
trabajadora embarazada comente su evolución, y refiera su estado subjetivo de
salud y aquellas molestias que pudieran estar vinculadas con su trabajo.
¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a
la segunda pregunta. Groucho Marx.
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