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sábado, 11 de enero de 2025

PEDRO IV Y EL APOGEO DE LA CORONA DE ARAGÓN

 




A Jaime II sucedió en el trono aragonés Alfonso IV. Durante su reinado de nueve años (1327-1336) tuvo lugar en Cerdeña la revuelta de Sasser (1329), instigada por la República de Génova. Los genoveses competían en ese tiempo con Aragón por el dominio comercial en el Mediterráneo. No llegó a declararse formalmente una guerra, pero se produjeron frecuentes enfrentamientos. Una de las consecuencias de aquellas diferencias pudo ser el retraso en la conquista de Granada. En efecto, Alfonso IV había pactado con el rey castellano Alfonso XI, lanzar una cruzada conjunta contra el reino nazarí, a la sazón un importante aliado comercial de Génova. Finalmente la ofensiva no pudo llevarse a término, así que Granada permaneció casi otros dos siglos como el último bastión peninsular del Islam.


En 1336 accedió al trono Pedro IV, conocido como el Ceremonioso y también como el del Punyalet, porque aparece en varias representaciones con un puñal en la mano. Una tradición, probablemente apócrifa, quiere que se hirió con el puñal al rasgar uno de los célebres privilegios de la Unión. Privilegio que tanta sangre ha costado, no se debe romper sino derramando sangre, es la sentenciosa frase que se le atribuye. Durante el reinado del Ceremonioso alcanzó la Corona de Aragón su mayor apogeo. Supo rodearse de eficaces y fieles colaboradores como Bernat Cabrera o Francesc de Perellós. Incorporó en 1343 el reino de Mallorca, que hasta entonces había sido autónomo, derrotando en Santa Ponza a Jaime III, su último rey. Protagonizó también brillantes avances en el Mediterráneo. Tras la muerte de su yerno Fadrique, Pedro IV se proclamó rey de Sicilia, guerreando, esta vez sí, y derrotando a los genoveses. En 1379 añadió a sus dominios los ducados de Atenas y Neopatria, con lo que consiguió la hegemonía marítima y comercial en el Mediterráneo oriental. Bizancio, Siria y Egipto se convirtieron allí en socios comerciales, lo mismo que muchos puertos italianos o del norte de África en occidente.


En política interior, el Ceremonioso se mostró intransigente con los privilegios de la nobleza. Derrotó en Épila en 1348, a los nobles aragoneses que se le oponían, y en Mislata ese mismo año, a una parte de la nobleza valenciana levantisca. Favoreció sin embargo a los nobles y ricoshombres catalanes que, en 1359 constituyeron la Diputación General de Cataluña o Generalitat, institución ya de carácter permanente que sustituyó a las Cortes y las Juntas, hasta entonces de carácter transitorio.

En cuanto a la política peninsular, las relaciones con Castilla se deterioraron hasta el punto de desembocar en una guerra declarada, la Guerra de los dos Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón), que puede considerarse en parte como un apéndice regional de la Guerra de los Cien Años que enfrentó a Francia e Inglaterra, aliándose Aragón con la primera y Castilla con la segunda. La participación de Aragón fue decisiva para el cambio de dinastía en Castilla, a cuyo trono accedió Enrique de Trastámara. Las tensiones se resolvieron en 1375 con la firma de la paz de Almazán, por la que Aragón obtuvo parte del reino de Murcia (la actual provincia de Alicante), y el derecho a repoblar en parte los territorios de Albacete y Murcia, aunque no su soberanía.


Fallecido el Ceremonioso en 1387, accedió al trono aragonés Juan I, que reinó hasta 1396. Con él la hegemonía aragonesa comenzó a debilitarse. Hubo una importante crisis financiera que, con origen en Génova, afectó a toda Europa. Se produjeron nuevos conflictos en Cerdeña y se perdieron los lejanos ducados de Atenas y Neopatria. En 1388 tuvo lugar la primera revuelta de los payeses de remensa. La mala situación financiera llevó a la creación en Barcelona de la Taula de Canvi, una especie de banca municipal. Al morir Juan I sin descendencia, le sucedió  en 1396 su hermano Martín I el Humano, que en 1409 venció a los genoveses en Sanluri. Falleció Martín en 1410, también sin descendencia, con lo que se planteó en la Corona de Aragón el problema sucesorio.

Genoveses son moros blancos. Mateo Alemán. El Guzmán de Alfarache.


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