Mexicano
nacido accidentalmente en Panamá en 1928, Carlos Fuentes
era el hijo de un diplomático, así que pasó gran parte de su infancia
recorriendo diversos países, sobre todo americanos. Definitivamente instalado
en México desde los dieciséis años, terminó sus estudios de bachillerato allí,
y se licenció en derecho en la capital azteca y en economía en Ginebra. Comenzó
a escribir muy joven, ganando algún concurso literario universitario e
iniciándose como periodista en la revista mexicana Hoy. En 1972 ingresó en el
Colegio Nacional, equivalente mexicano de la RAE, apadrinado por Octavio Paz.
En los años setenta representó a su país en diversos organismos
internacionales, fue embajador en París, y profesor en las universidades de
Princeton, Columbia, Harvard y Cambridge. Colaboró en diferentes diarios y
publicaciones tanto en América como en Europa, y escribió varios guiones para
el cine, medio que le apasionó siempre.
Su
dominio del inglés y del francés le permitió ejercer también como traductor. En
lo político, se declaró siempre próximo a la izquierda, aunque protagonizó un
episodio polémico al defender abiertamente al presidente Echeverría, señalado
como responsable de la matanza de Corpus Christi en 1971. Durante su etapa de
embajador en Francia se destacó como protector de muchos refugiados políticos
latinoamericanos y antifranquistas españoles. Simpatizó con el castrismo, fue
amigo personal de Bill Clinton y Jacques Chirac, y en sus frecuentes estancias
en España hizo también amistad con algunos de los más destacados miembros de la
élite económica finisecular, Alberto Cortina, Javier Merino, Alfredo Sáenz,
Simón Pedro Barceló…, empresarios, banqueros y millonarios diversos, cuya
cercanía le granjeó el desapego de una
parte importante de la izquierda intelectual. En política mexicana, calificó de
mediocres a figuras de la izquierda nacional como Peña Nieto o López Obrador.
Para
el cine escribió varios guiones originales, y adaptó novelas de Gabriel García
Márquez o Juan Rulfo, entre otros. Colaboró con cineastas notables como Roberto
Gavaldón y Luis Puenzo. Falleció Carlos Fuentes en México y en 2012, y ese
mismo año se instituyó en su recuerdo el premio literario que lleva su nombre,
segundo mejor dotado económicamente de la literatura en español, después del
premio Planeta. Entre su extensa obra cabe destacar novelas: La muerte de Artemio Cruz, Cambio de piel,
Terra nostra, Gringo viejo, La silla del águila; cuentos: Los días enmascarados, Cantar de ciegos, El
naranjo, El prisionero del castillo de If; Ensayos: París, la revolución de mayo, Casa con dos puertas, Cervantes o la
crítica de la lectura, Geografía de la novela, Luis Buñuel o la mirada de la
Medusa; teatro: Todos los gatos son
pardos, El tuerto es rey, Ceremonias del alba; antologías diversas,
discursos, entrevistas y correspondencia.
De nuestra atípica biblioteca bigotiniana extraemos su relato breve La Muñeca Reina, un inquietante y brillante ejemplo que introducirá al lector (clic en el enlace) en el mundo literario de Carlos Fuentes, uno de los más notables escritores en lengua española del siglo XX.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+mu%C3%B1eca+reina.pdf
México es un país herido de nacimiento, amamantado con la leche del rencor, criado en el arrullo de la sombra. Carlos Fuentes.
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