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miércoles, 5 de marzo de 2025

TRABAJOS EN ALTURA. MÁS DURA SERÁ LA CAÍDA

 


Cuanto más alto llegues… más dura será la caída. La segunda parte de este antiguo proverbio sirvió de título en español a una vieja película de Humphrey Bogart: The harder they fall, Columbia, 1956. Una trama del más puro cine negro dirigida por Mark Robson, que narraba de forma magistral el artificial ascenso y posterior descalabro de un boxeador mediocre envuelto en una trama de apuestas ilegales y combates amañados. No os la perdáis. El viejo Bogart está colosal. Yo, que ya no la recordaba, la acabo de recuperar con la excusa de escribir unas líneas sobre los trabajos en altura.

Las caídas desde altura representan un importante porcentaje del total de los accidentes de trabajo con resultado de muerte que se producen anualmente. Este riesgo de trabajos en altura afecta a un buen número de trabajadores de la industria y los servicios: pintores, trabajadores de la construcción, restauradores de fachadas, personal que trabaja en cubiertas y tejados, encofradores, montadores, personal de limpieza, instaladores de todo tipo…

A continuación reproduzco un resumen con las principales medidas preventivas que conviene adoptar y medios de protección que deben emplearse en estos trabajos. Espero como siempre que puedan resultar de alguna utilidad.


CUBIERTAS

En los trabajos en tejados deberán adoptarse las medidas de protección colectiva que sean necesarias, en atención a la altura, inclinación o posible carácter o estado resbaladizo, para evitar la caída de los trabajadores, herramientas o materiales. Asimismo, cuando haya que trabajar sobre o cerca de superficies frágiles, se deberán tomar las medidas preventivas adecuadas para evitar que los trabajadores las pisen inadvertidamente o caigan a través suyo.
Si existe andamio tubular o colgante, colocado para la ejecución de la fachada, se podrá mantener éste, colocado a la altura correspondiente, como protección para los trabajos en la cubierta.

Colocación de plataformas voladas bajo cubierta para la protección de los trabajos en la misma.
Se colocará una protección perimetral, montada sobre las vigas colgadas del forjado de cubierta o similar.
Si la obra lo permite, y existen, se realizarán los antepechos antes que cualquier otro trabajo en cubierta.
Los antepechos se realizaran desde los mismos andamios de la fachada, o desde el interior, con las medidas de protección anteriormente citadas.
Colocación de ganchos en las lumbreras para la sujeción de anclajes de cinturones de seguridad.
Se restringirá el acceso a la cubierta solo al personal que deba trabajar en ella. Se evitaran los trabajos en cubierta hasta que se realice el antepecho perimetral.
Los trabajos de cubierta se suspenderán en caso de fuerte viento, lluvia o heladas.


 

ANDAMIOS

Los andamios deberán proyectarse, construirse y mantenerse convenientemente de manera que se evite que se desplomen o se desplacen accidentalmente.
Las plataformas de trabajo, las pasarelas y las escaleras de los andamios deberán construirse, protegerse y utilizarse de forma que se evite que las personas caigan o estén expuestas a caídas de objetos. A tal efecto, sus medidas se ajustarán al número de trabajadores que vayan a utilizarlos.
Los andamios deberán ser inspeccionados por una persona competente.

 

1º Antes de su puesta en servicio.

2º A intervalos regulares en lo sucesivo.

3º Después de cualquier modificación, periodo de no utilización, exposición a la intemperie, sacudidas sísmicas, o cualquier otra circunstancia que hubiera podido afectar a su resistencia o a su estabilidad


Antes de su primera utilización, todo andamio será sometido a la práctica de un reconocimiento y una prueba a plana carga por persona competente delegada dela Dirección técnica de la obra, o por ésta misma, en su caso. Los reconocimientos se repetirán diariamente, y las pruebas, después de un periodo de mal tiempo o una interrupción prolongada de los trabajos, y siempre que, como resultado de aquéllos se tema por la seguridad del andamiaje.
El reconocimiento y rectificación sobre andamios se hará en la forma reglamentaria dispuesta, se dará cuenta a la Inspección de Trabajo del comienzo de toda obra en que se empleen andamios, al propio tiempo que se remita a dicho Organismo la certificación mencionada.
Las plataformas de trabajo, ubicadas a 2 o más m. de altura, poseerán barandillas perimetrales completas de 90 cm. De altura, formadas por pasamanos, listón intermedio o rodapié.

Las plataformas de trabajo tendrán 60 cm. De anchura, mínimo.
Los tablones que formen las plataformas de trabajo estarán sin defectos visibles, con buen aspecto y sin nudos que mermen su resistencia. Estarán limpios, de tal forma que puedan apreciarse los defectos por uso y no resbalen.
Los andamios deberán ser capaces de soportar cuatro veces la carga máxima prevista.
No se depositarán pesos violentamente ni se realizarán movimientos violentos sobre los andamios.
Se prohíbe correr o saltar sobre los andamios y saltar de la plataforma andamiada al interior del edificio o viceversa; el paso se realizará mediante una pasarela instalada para tal efecto.
No sobrecargará el andamio con materiales.
No habrá en el andamio más personal del estrictamente necesario.
Se prohíbe abandonar en las plataformas de trabajo materiales o herramientas.
Se prohíbe arrojar escombro directamente desde los andamios. El escombro se recogerá y se descargará de la planta en planta, o bien se verterá a través de trompas.
Se prohíbe fabricar morteros directamente sobre las plataformas de los andamios.
La distancia entre un andamio y el paramento vertical de trabajo no será superior a30 cm.
Se tenderán cables de seguridad anclados a “puntos fuertes” de la estructura en los que amarrar el fiador del cinturón de seguridad, necesario para la permanencia o paso por los andamios.
No se trabajará en la andamiada bajo régimen de vientos fuertes, lluvia intensa o nieve.
Se limitará el acceso a cualquier andamiada, exclusivamente al personal que haya de trabajar con él.
Nunca efectuará trabajos sobre andamios un solo operario, siempre habrá otro fuera del andamio que controle los trabajos y pueda ayudar en caso de accidente.
No se realizarán trabajos simultáneos a distinto nivel y en la misma vertical.


RECOMENDACIONES HIGIÉNICO – DIETÉTICAS:

Vigila periódicamente tu tensión arterial y sométete a controles periódicos de salud, en los que se incluya un examen neurológico y una minuciosa exploración del equilibrio.

No ingieras ninguna bebida alcohólica cuando debas realizar trabajos en altura.

Recuerda: el suelo está muy lejos y es demasiado duro.

 

El agua consuela al sediento. El pan satisface al hambriento. Pero no hay oro en el mundo capaz de aplacar la codicia del avaro.  Plutarco.

domingo, 2 de marzo de 2025

TEORÍA DE JUEGOS, SIMULACIÓN Y ESTRATEGIA

 


Los juegos de estrategia son conocidos desde la más remota antigüedad. Unos son sencillos como el juego de tres en raya, otros como el ajedrez, pueden complicarse extraordinariamente. Con un poco de práctica, y siempre que se defina una buena estrategia, es imposible perder en el tres en raya. Suponiendo que ninguno de los contendientes cometa un error, el juego podría prolongarse indefinidamente. La teoría de juegos se define como el estudio matemático de las diferentes estrategias en los diversos juegos. ¿Cuál es la mejor estrategia para ganar el célebre juego infantil de piedra, papel o tijera. Si decidimos apostar por piedra con una frecuencia superior a las otras dos opciones, nuestro oponente puede detectarlo y elegir con mayor frecuencia la opción papel. A no ser que seamos capaces de descubrir una pauta en las elecciones del adversario, la mejor estrategia a largo plazo, al menos la menos mala, será elegir cualquiera de las opciones al azar. Adoptando esta estrategia aleatoria, ganaremos, empataremos o perderemos con la misma probabilidad.


Lo anteriormente descrito es lo que suele denominarse equilibrio. John von Neumann y John Nash, acaso los más importantes expertos en teoría de juegos, demostraron en su momento que en una amplia variedad de juegos de estrategia, la mejor que puede adoptarse a largo plazo es aquella que garantice el equilibrio.

En el terreno filosófico, el célebre dilema del prisionero es el ejemplo más extendido de la aplicación práctica de la teoría de juegos a la resolución de problemas reales que se presentan continuamente en gran cantidad de ámbitos, desde la política o la economía (recuérdese la experiencia fracasada en 2015 del ex ministro griego Varufakis), a la biomecánica o la inteligencia artificial.


De manera que la teoría de juegos va mucho más allá de los simples juegos. Sin embargo, y sin abandonar el territorio lúdico, parece evidente que los juegos presentan todavía grandes retos. El canadiense Jonathan Schaeffer y sus colaboradores desarrollaron en 2007 una estrategia infalible para el juego de las damas. El programa de ordenador que diseñaron no pierde jamás. Otra cosa muy diferente es el ajedrez. Cierto que ya existen programas muy complejos que han demostrado ser capaces de derrotar a grandes campeones, pero lo que se dice una estrategia perfecta dista mucho aun de ser una realidad. La estrategia perfecta en ajedrez es todavía un sueño remoto. Ello se debe a la enorme cantidad de combinaciones posibles que pueden desarrollarse en una sola partida. ¿Cuál es esa cantidad de combinaciones? A los lectores habituales de nuestro blog, acostumbrados ya a otros muchos datos asombrosos, seguramente no les extrañará saber que un cálculo aproximado indica que la cantidad de movimientos posibles en una partida de ajedrez, supera al número de átomos existentes en el universo.

Si no tienes necesidad de jugar, mejor será que no juegues. Si tienes auténtica necesidad de jugar, no juegues por nada del mundo.


jueves, 27 de febrero de 2025

WILLIAM HANNA Y JOSEP BARBERA. DE LA TELE A LOS TEBEOS

 


William Hanna era un norteamericano nacido en Melrose, Nuevo México, en 1910. Hijo de irlandeses, asistió a la universidad, hizo sus pinitos como saxofonista, cantante, navegante, y fue miembro activo del movimiento Boy Scouts de América.

Joseph Barbera nació en 1911, y se crió en la Little Italy de Manhattan. Era el hijo de una familia numerosa de emigrantes sicilianos, a la que el padre abandonó siendo Joe muy niño. Fue boxeador y repartidor de una sastrería, antes de dedicarse al dibujo de forma profesional.

Barbera se inició en la animación en los estudios Fleischer. También estuvo a las órdenes de Van Beuren y de Paul Terry. Hanna ingresó en 1930 en los estudios de animación de Harman-Ising, pronto integrados en la MGM, donde se encargó de dibujar la serie Capitain and the Kids. Bill y Joe se conocieron en 1937 y colaboraron en la MGM dirigiendo la exitosa serie Tom y Jerry. A pesar de sus diferentes orígenes y personalidades, congeniaron perfectamente, y veinte años más tarde, en 1957, fundaron Hanna-Barbera, su propia productora de animación.

Ambos conocían muy bien el negocio. Apostaron por la televisión y acertaron, pues en las décadas sucesivas, sus series y personajes se vieron en los televisores de todo el mundo. La productora cosechó siete premios Oscar y ocho Emmy, siendo sólo superados por la compañía Disney en premios. Se calcula que sus cortos televisivos eran vistos en la década de los sesenta por 300 millones de televidentes, cifra que creció en los años siguientes.

A menudo se criticó su política artística. Es cierto que la animación de los cortos de Hanna-Barbera adolece de falta de movilidad, aprovechando al máximo los mismos fotogramas. Fue una técnica de ahorro que permitió producir cortometrajes de manera industrial, y que años más tarde sería copiada y llevada hasta el límite por la industria japonesa. En Hanna-Barbera compensaron el estatismo con unos excelentes guiones, en ocasiones geniales, como en las llamadas series largas, con episodios de treinta minutos y argumentos costumbristas que gustaban a toda la familia: Los Picapiedra, Los Supersónicos o Don Gato, son ejemplos magníficos. Mucho más dirigidas al público infantil, crearon una infinidad de series y personajes como Huckleberry Hound, El oso Yogi, Tiro Loco McGraw, Magila Gorila, Pixi y Dixie, Leoncio y tristón, La tortuga Dardagnán, El Lagarto Juancho, Pepe Pótamo, y otras muchas cuya sola enumeración resultaría prolija.


En los setenta y los ochenta los estudios Hanna-Barbera se pusieron al día y atendieron a las modas y hasta a la estética del momento, con series como Scooby-Doo, Los Autos Locos, Jonny Quest, Josie and the Pussycats o El Capitán Cavernícola. Ya en los noventa, con Bill y Joe jubilados, los estudios Cartoon Network adquirieron los derechos televisivos de Hanna-Barbera junto a los de la Warner, para competir con Disney en la pequeña pantalla.

William Hanna y Joseph Barbera se dedicaron de forma exclusiva a la animación. Sin embargo, todos o la mayor parte de sus personajes se trasladaron también al papel, motivo que justifica con creces que tratemos de ellos en nuestra Historia del Cómic. Sus historietas se publicaron en los sesenta y los setenta por Gold Key Comics en América. Muchos de los álbumes llegaron a España traducidos a través de la editorial mexicana Novaro. En los últimos años del siglo XX los derechos editoriales fueron adquiridos por DC Comics. Hoy traemos a nuestro blog unas cuantas páginas de los personajes más emblemáticos de Hanna-Barbera. Disfrutadlas.































lunes, 24 de febrero de 2025

STEVE McQUEEN. CUANDO LAS ESTRELLAS CAYERON DEL CIELO


 

Steve McQueen, actor de vocación tardía, fue para millones de espectadores de todo el mundo, el abanderado de aquella generación de los sesenta, un tiempo de cambios en el que ya nadie hablaba de estrellas. Ni siquiera lo hacían las revistas ilustradas. Se acabaron aquellas estrellas glamurosas, misteriosas e inalcanzables de la edad dorada, para dar paso a una nueva generación de seres de carne y hueso aireando sus flaquezas. La prensa especializada comenzó a hurgar en la vida sentimental y las miserias de los ídolos caídos hollywoodienses. Divorcios, adulterios, adicciones, salieron a la luz como salen las ratas de los sumideros.

McQueen en concreto, era un rebelde. Su imagen de rebelde, tan atractiva y tan cercana, traspasó fronteras. Sus trabajos en producciones tan emblemáticas como Los siete magníficos, La gran evasión, El rey del juego, El Yang-Tsé en llamas o Bullit, contribuyeron a ello. En la vida privada, que se aireó y se hizo pública, destacaba su imagen de apasionado del motor y participante en toda clase de carreras de dos y cuatro ruedas. Ya en los setenta, descuidó un tanto su carrera de actor. En esa década apareció en películas de exclusiva orientación comercial, como la fallida superproducción de catástrofes El coloso en llamas, producto que hoy en día no resiste una revisión.

Para recordar a Steve McQueen, os traemos una selección de escenas de sus películas. Pinchen el enlace, pasen y disfruten.

Steve McQueen. Selección de escenas

https://www.youtube.com/watch?v=X4v1ahx2-Do

Próxima entrega: Candice Bergen


jueves, 20 de febrero de 2025

LA IGLESIA EN LOS REINOS CRISTIANOS DURANTE EL SIGLO XIV


 

La profunda crisis que en el siglo XIV se cebó con los reinos cristianos peninsulares, y con los del resto de Europa, también afectó de forma muy acusada a la Iglesia y al estamento religioso. No hay que perder de vista la enorme influencia que ejercía la Iglesia en lo social, lo político y lo económico. Así pues, la Iglesia en el siglo XIV no atravesó precisamente su mejor momento. Muchos prelados, obispos y abades estaban más interesados en las cuestiones políticas que en las propiamente religiosas. De hecho, la mayoría de ellos formaban parte de las grandes familias de la nobleza, siendo sus cargos religiosos simples atributos extras de su poder terrenal.

También dejaba mucho que desear la formación religiosa del clero. En 1325, el arzobispo de Segovia, Pedro Cuéllar, redactó un Catecismo en romance castellano, porque la inmensa mayoría de los clérigos ignoraba el latín. Recuérdense los versos de Berceo en su Clérigo ignorante:

Era un simple clérigo pobre en sabiduría,

su misa a Santa María decía cada día,

no sabía decir otra, siempre la repetía,

más la sabía por uso que por sabiduría.

Casi todos los hombres de Iglesia incumplían el tercer voto, el de castidad. Sus amantes, más conocidas como barraganas, proliferaban por doquier. Incluso el interior de los monasterios era escenario de excesos de toda índole. Aquella relajación de las costumbres del clero, se reflejaba en las gentes del pueblo llano, cada vez más inclinadas a las supersticiones. Con el ánimo de reformar esas costumbres tanto en los dirigentes como en los fieles, in capite et in membris, surgió en 1373 la nueva orden de los jerónimos, cuya primera fundación se instaló en el monasterio de Lupiana. Otro tanto hicieron los benedictinos, orden ya muy arraigada, que en 1390 patrocinó también la reforma moral desde su monasterio de Valladolid. Pedro Tenorio, el arzobispo de Toledo, se empeñó en la misma causa. Los frutos de aquellas reformas fueron ciertamente dispares. Mientras que los frailes benitos perseveraron en sus propósitos moralizantes, convirtiéndose en los siglos posteriores en firmes puntales de la Inquisición, los jerónimos sin embargo, se convertirían en refugio de herejes de toda laya como se acreditó en numerosas causas abiertas contra ellos.


Para complicar todavía más el panorama eclesiástico peninsular, en 1378 estalló el Cisma de Occidente que dividió a la cristiandad en toda Europa. Los reinos hispánicos se situaron en un principio al lado del pontífice de Avignon. La situación se complicó aún más con la elección del papa Luna, Benedicto XIII. Comenzó a aclararse tras el Concilio de Constanza en 1414, y no se resolvió definitivamente hasta la muerte del papa aragonés, enrocado en Peñíscola, en 1423.

Las primeras universidades, también muy ligadas a la Iglesia, se fundaron en el siglo XIV. Lérida en 1300, Valladolid en 1346, Perpiñán en 1349, Huesca en 1354… En el terreno literario e intelectual de esa época, cabe destacar en la Corona de Aragón al catalán Ramón Muntaner, al aragonés Juan Fernández de Heredia o al valenciano Francesc Eiximineis, y en Castilla a Don Juan Manuel, el canciller López de Ayala o el arcipreste de Hita.


Hoy en día la fidelidad sólo se encuentra en los equipos de sonido. Woody Allen.


lunes, 17 de febrero de 2025

ESTACIO, EL CLÁSICO OLVIDADO

 


Publio Papinio Estacio fue un napolitano nacido probablemente el año 45, durante el mandato del emperador Claudio. Su padre, originario de Velia, era un caballero que al perder su fortuna, dejó de pertenecer a la orden ecuestre. Así que Estacio ya desde muy joven, tuvo que procurarse el sustento por sus propios medios. Afortunadamente, los ciudadanos de la vieja Neapolis contaban con la ventaja de haber recibido una esmerada educación a la griega, algo que entre los romanos más snobs se valoraba enormemente. En las mejores casas de Roma alardeaban de tener un maestro griego para sus retoños. A menudo esa función era ejercida por esclavos griegos comprados a precios exorbitantes, pero como a falta de griegos de pura cepa, los itálicos del sur y muy especialmente los napolitanos, servían perfectamente a ese propósito, Estacio se trasladó a Roma en el año 69, y allí se dedicó a la enseñanza y a la poesía.

En Roma fue lo que se llamaba entonces un poeta cortesano. Declamaba sus versos públicamente, y era, salvando las distancias, una especie de divo intelectual con sus seguidores y admiradores correspondientes.


Se casó en Roma con una viuda rica y amante de las letras cultas. Su esposa tenía una hija de su anterior matrimonio, reputada de excelente música. Estacio no tuvo hijos, pero sí un esclavo al que trató siempre como a su propio hijo, aunque nunca llegó a adoptarlo legalmente. El mayor apogeo de su fama y su prestigio poético se produjo durante el mandato de Domiciano. En diversos juegos y certámenes poéticos fue laureado y vitoreado. Lo fue varias veces en los juegos Albanos y también en los Capitolinos. Fue además profeta en su tierra, porque triunfó incluso en su Nápoles natal, según consta en la reseña de los juegos celebrados allí en el año 78.

Parece que a partir de entonces alternó su residencia entre Nápoles y Roma. Falleció posiblemente en el 96, año a partir del cual no se tienen más noticias sobre él. Dejó inconcluso el libro décimo de su Aquileida.


Aquella última obra poética, la Aquileida, estaba inspirada  en las leyendas mitológicas en torno a Aquiles, el gran héroe griego. Del extenso poema, que aparece citado en muchas fuentes antiguas, sólo se conserva hoy en día apenas una cuarta parte, unos mil doscientos versos de sus libros primero y segundo, que recogen la infancia del héroe Pélida, cuando fue alumno del centauro Quirón, y su adolescencia entre las hijas de Licomedes.

La obra más popular de Estacio fue su colección de Silvas, treinta y dos poemas líricos recogidos en cinco libros, donde se reseñaban natalicios, festejos, epitalamios, panegíricos y elegías fúnebres. Aparte de su calidad literaria, las Silvas ofrecen una cuidada descripción de la alta sociedad romana de su tiempo.

En general, la poesía de Estacio fue muy celebrada durante la Antigüedad y la Alta Edad Media. Posteriormente cayó algo en el olvido. Muchos autores renacentistas y posteriores citan con admiración a Virgilio, a Ovidio o a Horacio entre los poetas latinos, olvidando frecuentemente a Estacio.

Traemos aquí de nuestra biblioteca Bigotini, una versión digital de su Tebaida, obra poética en doce libros en la que Estacio glosa el célebre episodio de Los siete contra Tebas. Su autor la dedicó al emperador Domiciano, y nosotros desde aquí la dedicamos a nuestros fieles lectores cuya insaciable curiosidad por las ciencias y las artes, tan solo se ve superada por la extraordinaria paciencia con que sufren nuestras excéntricas locuras. Hagan clic en el enlace, pasen y lean:

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+Tebaida.pdf

¿Por dónde, oh musas, del Parnaso gloria, mandáis que dé principio al triste cuento? Cantaré en el principio de mi historia de esta gente feroz el nacimiento. Estacio. Tebaida.