sábado, 30 de marzo de 2024

MÁXIMO GORKI, EL MÁS AMARGO

 


Alekséi Maksimovich Peshkov, que desde que comenzó a escribir adoptó el seudónimo de Maksim o Máximo Gorki, nació en Nizhni Nóvgorod en 1868. Perdió a sus padres a los once años, abandonó la escuela a los doce, y durante los siguientes ejerció oficios tan diversos y tan alejados de la literatura como los de dependiente, marino o panadero. Entre 1887 y 1892 recorrió a pie el Imperio ruso como un vagabundo. Vivió entonces experiencias dramáticas, como un encarcelamiento y un intento de suicidio, y creció como persona hasta acumular un bagaje tan importante que le sirvió para escribir durante el resto de su vida. Empezó como periodista, y en el diario El Cáucaso de Tiflis estrenó su seudónimo de Gorki, que puede traducirse por amargo, así que Máximo Gorki vendría a ser algo así como el más amargo.

Y en efecto, una profunda amargura se reflejó en sus primeros trabajos. En ellos el joven Gorki denunció las injusticias y humillaciones que sufría el pueblo ruso, mucho más preocupado por el trasfondo moral y político de sus escritos que por los aspectos estéticos. No obstante, a lo largo de aquel periodo fue depurando su estilo, protagonizando uno de los más meritorios ejemplos de educación autodidacta de que se tiene noticia. Su decidida oposición al régimen zarista, su compromiso social y su acercamiento a los movimientos prerrevolucionarios y marxistas, le convirtieron en una referencia para la izquierda intelectual rusa. Trabó amistad con Vladimir Lenin, sufrió diversas censuras y condenas por parte del régimen, y en 1902 fue elegido miembro de la Academia Rusa, aunque el zar Nicolás II se apresuró a anular el nombramiento, lo que provocó la dimisión de varios académicos con Anton Chéjov a la cabeza.


Fue de nuevo encarcelado varias veces en los primeros años del siglo, siempre por delitos de opinión. Dos de sus obras dramáticas, Pequeños burgueses y Los bajos fondos, saltaron del Teatro del Arte de Moscú a los principales escenarios de Europa donde obtuvieron grandes éxitos. Entabló una profunda amistad con Konstantin Stanislavski, el creador del famoso método que lleva su nombre. El éxito cosechado en los escenarios permitió a Gorki disponer de suficiente dinero para financiar el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Tras el domingo sangriento y la abortada revolución de 1905, se acercó más a Lenin y al bolchevismo, proximidad que mantuvo el resto de su vida, aunque formalmente nunca militó en el partido y su enorme prestigio intelectual le permitió gozar de cierta independencia hasta en los momentos más duros del estalinismo. En 1906 se embarcó hacia Estados Unidos con su amante, la actriz María Andreieva, con la misión de recaudar fondos para la causa revolucionaria. Parece que durante esa estancia en USA escribió La madre, su novela más célebre. Hasta 1913 estuvo exiliado en la isla italiana de Capri. Regresó a Rusia tras la amnistía zarista, y allí vivió la Revolución del 17 y la creación de la URSS. Gorki se mostró entonces muy crítico con Lenin y los bolcheviques, y sólo su enorme popularidad probablemente le salvó de ser depurado. Volvió a Italia alegando motivos de salud, ya que padecía tuberculosis, y con Mura Búdberg, su secretaria y compañera, residió durante unos años en Sorrento, malviviendo sin un céntimo. En 1932 Stalin le invitó a volver y quedarse para siempre en la URSS. Gorki aceptó, y Stalin aprovechó el regreso del literato para montar una operación de propaganda que presentó al escritor como liberado de la Italia fascista. A partir de entonces se le rindieron honores desde el Báltico a Siberia. Fue condecorado con la Orden de Lenin, se le adjudicó como residencia el palacio que actualmente alberga el Museo Gorki, y se bautizó con su nombre un modelo de avión y hasta una ciudad.



A pesar de aquellas distinciones, Máximo Gorki fue estrechamente vigilado y estuvo siempre en el punto de mira de la policía política. Falleció en 1936. En su funeral, llevaron a hombros el ataúd Stalin y Mólotov, entre otros pesos pesados del régimen.

En cuanto a su obra literaria, cabe decir que Gorki fue el máximo representante de la corriente conocida como realismo soviético. Aparte de La madre, ya mencionada, destacan en su producción Los bárbaros, La confesión, Vassa Zheleznova, Entre los hombres, Cuentos de Italia, Infancia o El espectro, entre otras muchas novelas y obras dramáticas, pues conviene destacar que Gorki aseguró en alguna ocasión que no dejaba de escribir ni un solo día, aunque hubiera algunos en los que tuviera que tirar las cuartillas a la papelera. En Bigotini literario os brindamos el enlace con su narración El Khan y su hijo, cuento que resume el estilo y el espíritu de su autor. Clic en el enlace: 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+khan+y+su+hijo.pdf

El dinero envenena cuando se tiene, y mata cuando se carece de él. Máximo Gorki.


martes, 26 de marzo de 2024

SÍNDROME DEL PRONADOR REDONDO

 


El músculo pronador redondo se encuentra en el antebrazo. Se inserta mediante dos tendones en el húmero y el cúbito en la región externa del codo, sigue un trayecto diagonal, y se ancla en la parte interna del radio, llegando a su zona medial, tal como aparece en la ilustración. Pasa por encima del nervio mediano, cuya importancia ya conocéis si recordáis la entrada del síndrome del túnel carpiano en este mismo blog. Cuando el pronador redondo se tensa en exceso o sufre algún proceso inflamatorio, se produce la compresión del nervio mediano, con las consiguientes consecuencias neurológicas tanto sensitivas como motoras.

El síndrome propiamente dicho a menudo está asociado a movimientos repetitivos del miembro superior, sobre todo aquellos que implican tensión importante en el pronador redondo. Las actividades más frecuentemente involucradas incluyen el martilleo constante o el uso de destornilladores y otras herramientas de giro. Se produce con alguna frecuencia en actividades de instalaciones y mantenimiento. También es frecuente en la limpieza de pescado y en los obradores de mataderos y salas de despiece donde las operaciones se realizan mediante herramienta manual.



Los síntomas incluyen dolor, reducción de la movilidad del antebrazo, entumecimiento, hormigueo y diversas disestesias en la palma de la mano y los dedos. A menudo la sintomatología se confunde con el síndrome del túnel carpiano, proceso mucho más común. El diagnóstico diferencial es sencillo: los síntomas del STC se agravan con los movimientos de la muñeca; mientras que los del SPR se incrementan con los movimientos del codo.

La fisioterapia específica se basa en técnicas que consigan la liberación y elongación del pronador redondo, disminuyendo así la compresión del nervio mediano. Realizadas por profesionales competentes, estas técnicas son extraordinariamente eficaces, y resuelven la práctica totalidad de los casos, sin necesidad de recurrir a tratamientos más agresivos. Son útiles las técnicas de relajación post-isométrica. También son aconsejables los estiramientos braquiales, que ayudan a  elongar el músculo y a inhibir la hipertonicidad.

Finge de vez en cuando que serías capaz de ganarte la vida fuera de la política.  Manual del político.


sábado, 23 de marzo de 2024

PROYECTO ENCODE, UNA PUERTA ABIERTA AL FUTURO

 


La publicación en Science y Nature  hace ya más de diez años, de lo que algunos llamaron entonces el desciframiento del ADN basura, representó un rayo de luminosa esperanza en medio del desolado panorama eurocatastrófico en el que aun hoy seguimos sobreviviendo. Se trataba del llamado proyecto ENCODE, acrónimo correspondiente a la expresión inglesa encyclopedia of DNA elements. Un estudio internacional que continúa en marcha y en el que participan más de 300 investigadores en 32 centros de cinco países (uno de ellos el nuestro). Quizá penséis que este viejo amigo (o sea, yo) se vuelve con los años cada vez más entusiasta, y puede que tengáis razón; pero creo firmemente que se trata del descubrimiento biológico más importante de los últimos cincuenta años, por encima incluso del proyecto genoma humano que concluyó en 2001.


El estudio del genoma, con un esfuerzo titánico, identificó unos 23.000 genes, lo que representa apenas el 2% del material genético. Cada una de las células de nuestro organismo (en total unos 10 billones) contiene en su núcleo una copia exacta del genoma completo. El ADN contenido en los genes funciona como un manual de instrucciones para construir y hacer funcionar cada célula y cada órgano. El proyecto ENCODE se ha propuesto como meta el estudio de más del 95% restante del genoma, grandes regiones del mismo que hasta hace bien poco se consideraban “ADN basura”, y se suponían por completo irrelevantes. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Los investigadores de ENCODE se han adentrado en el desconocido universo de las regiones oscuras, y ahora sabemos que todos esos millones de fragmentos de ADN contienen información congruente.


Hasta ahora era generalmente admitido por los biólogos que el ADN se traducía en ARN, y que éste generaba proteínas en base exclusivamente a la lectura de las bases nitrogenadas que el ADN le había proporcionado. Ahora sabemos que el ARN tiene además funciones directas que resultan decisivas tanto en la fase embrionaria, como en la reposición celular a lo largo de la existencia. Por si esto fuera poco, ENCODE nos ha demostrado que esas regiones genómicas consideradas irrelevantes:

1.- Controlan el funcionamiento de los genes.

2.- Son responsables de la diferenciación celular y tisular.

3.- Actúan como una especie de regulador o más gráficamente como un interruptor genético, controlando el “encendido y apagado” de los genes en los diferentes órganos y sistemas. Por ejemplo, “encienden” determinados genes en el riñón, pero no en el cerebro, lo que hace posible que se formen células y estructuras renales, pero no neuronas o hepatocitos donde no deben estar.


Las mutaciones producidas en estas vastas regiones pueden dar lugar a diferentes malformaciones y enfermedades. Algunos de los grupos de investigación ya han hallado relaciones de este material genético con procesos como la leucemia, la esclerosis múltiple o ciertos tipos de cáncer. Efectivamente, se abre una gran puerta al futuro tanto en el conocimiento del genoma, como en sus aplicaciones prácticas en medicina. Queda todavía mucho camino por recorrer, y probablemente no podremos ver resultados tangibles hasta dentro de una o acaso de varias décadas, pero lo cierto es que el descubrimiento no puede ser más prometedor… Sólo hace falta que esta gran coalición de imbéciles, avaros, fanáticos y rufianes que desde las instituciones, los púlpitos, los búnkeres y los consejos de administración, parece empeñada en conducirnos al desastre, no se salga con la suya.

Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.  Groucho Marx.


martes, 19 de marzo de 2024

CHARLES FLANDERS Y EL LLANERO SOLITARIO

 


Nacido en Buffalo en 1907, Charles Flanders, artista de formación autodidacta, comenzó a dibujar muy joven. Se trasladó a Nueva York en 1928 y allí encontró trabajo en el King Features Syndicate, la principal empresa dedicada a las tiras cómicas, donde muy pronto se hizo una reputación en el negocio del cómic. Mucho más dotado para el dibujo que para el guión, Flanders creó en 1935 la única serie que puede llamarse totalmente suya, Robin Hood, cuyo éxito se limitó a unos efímeros dos meses. A partir de entonces, siguiendo el consejo de amigos y compañeros, se ciñó al dibujo dando muestras de su gran oficio. Como dibujante relevó al gran Alex Raymond en Agente secreto X-9, serie que guionizó nada menos que Dassiell Hammett, su creador literario. En 1938 colaboró en King of the Royal Mounted, con guión del escritor Zane Grey, y ya a partir de 1939, encontró al fin su serie definitiva con The Lone Ranger, que en castellano se tradujo como El llanero solitario. Contó en sucesivas épocas con los guiones de Ed Kressy, Fran Striker y Paul S. Newman, hasta la jubilación del dibujante acaecida en 1971. Falleció Charles Flanders en Palma de Mallorca, en 1973. A su talento como dibujante los chicos de mi generación debemos agradecer ratos inolvidables con aquellos álbumes de El llanero solitario que llegaron a España en los sesenta editados por la mexicana Novaro. Aquí abajo tenéis unas cuantas páginas de su mano. Disfrutadlas.












sábado, 16 de marzo de 2024

KING VIDOR, EL PIONERO DEL CINE SOCIAL

 



Tejano de nacimiento y húngaro de origen, el joven King Vidor se enamoró del cine cuando asistió a la proyección del Viaje a la Luna de Georges Méliès. Todavía adolescente, se hizo con una cámara y se lanzó a filmar cualquier cosa que se moviera, hasta que en Hollywood se las arregló para entrar a formar parte del equipo de Griffith.

A partir de ahí, su carrera fue ya imparable con más de cuarenta títulos durante la etapa muda. Apostó entonces por guiones comprometidos como el de El gran desfile, un filme antibelicista que protagonizó John Gilbert en 1925, y que denunciaba los horrores de la Gran Guerra, lo que le granjeó muchos enemigos entre el sector más conservador de la industria. Ya a caballo entre el mudo y el sonoro, dirigió en 1929 Aleluya, película protagonizada por actores afroamericanos que se ganó el rechazo y la censura en los estados del Sur. Dirigió también La calle, perfecto ejemplo de cine social que protagonizó Sylvia Sidney y granjeó a King Vidor fama de comunista.

A los problemas de financiación que siguieron se unió su dificultad para adaptarse primero al sonido y poco después al color. Cuando por fin lo logró, fue capaz de filmar grandes películas como Duelo al sol o como El manantial, y ya en su última etapa, no quiso retirarse sin degustar las mieles de la superproducción más comercial y taquillera con títulos como Guerra y Paz o Salomón y la reina de Saba.

Para recordar a King Vidor os proponemos revisionar Duelo al sol, estrenada en 1946, en su versión original. Cuenta con la presencia y el gran trabajo de Jennifer Jones, Gregory Peck y Joseph Cotten, que la censura prohibió en España, y en su momento fue todo un éxito. Culmina con uno de los besos más célebres de la historia del cine.

King Vidor. Duelo al sol. 1946

https://www.youtube.com/watch?v=lbgSlea9Udg

Próxima entrega: Marlon Brando


martes, 12 de marzo de 2024

LA CULTURA ANDALUSÍ Y EL ESPLENDOR DE CÓRDOBA

 


El del Califato Omeya cordobés fue un régimen teocrático en el que no existía la menor separación entre el poder político y el religioso. Aunque en el tiempo anterior del Emirato el Islam peninsular reconocía la autoridad espiritual de Bagdad, a partir de que Abderramán III se proclamara califa, al-Andalus se desligó de cualquier lazo que le uniera a los califas abasíes. Abderramán y sus sucesores fueron líderes tanto políticos como espirituales, y además de juzgar los delitos, dirigir los ejércitos o acuñar moneda, presidían la oración de los viernes.

Inmediatamente por debajo del califa, estaba el hachib, una especie de chambelán o mayordomo de palacio que ejercía como primer ministro, controlaba la Cancillería y la Hacienda, y estaba al frente de la casa real. El más notable ejemplo de hachib poderoso fue el célebre Almanzor, artífice del mayor apogeo de al-Andalus y azote de los todavía incipientes reinos cristianos del norte peninsular.


Sujetos al hachib estaban los visires, unos personajes que en el organigrama andalusí ocuparon una posición muy inferior a los de otros estados islámicos orientales. Su número fue variable, y por ejemplo, durante el reinado de Abderramán III hubo nada menos que dieciséis visires. En cuanto a las instituciones, la Cancillería se encargaba de expedir los documentos oficiales, así que estaba literalmente abarrotada de escribientes. Por su parte, la Hacienda era la que recaudaba el zacat o limosna que aportaban los fieles musulmanes (árabes, beréberes y muladíes), y también los tributos con que se gravaba a los no musulmanes (mozárabes y judíos), que en algunos casos adquirían un carácter confiscatorio, algo que formó parte de la política fiscal de Almanzor, encaminada a incentivar más conversiones al Islam.

De la administración de justicia se encargaban los cadíes, cargo al que accedían sólo hombres de moral intachable. Algunos, como el cadí de Córdoba en tiempos de Abderramán, llegaron a adquirir un importante peso político y religioso. La administración territorial estaba repartida en distritos o coras, que correspondían a sus principales núcleos urbanos: Écija, Sevilla, Algeciras, Elvira, Jaén, Carmona… Al frente de cada cora estaba un valí o gobernador. La extensión de cada cora podía ser muy variable, por ejemplo, la de Ceuta comprendía amplios territorios del norte de África, llegando a ser varias veces mayor que la propia península Ibérica.


El ejército se nutría tanto de las levas como de combatientes voluntarios y mercenarios extranjeros. Se sabe que entre las tropas de Almanzor que llegaron a saquear León o Compostela había cierto número de mozárabes cristianos. Aun desconociendo si participaron tan activamente como sus camaradas musulmanes en los actos sacrílegos que se les atribuyeron, cabe concluir que las guerras han sido despiadadas en toda época, como despiadados son los que combaten en ellas.

Cobró gran importancia la caballería. Los jinetes sobrepasaban en número a los infantes, lo que dio lugar al auge de la ganadería caballar en al-Andalus. Se ha calculado que en el siglo X, durante el apogeo andalusí, pudo haber más caballos, mulos y équidos en general en nuestro suelo que en el resto de Europa. A partir del reinado de Abderramán, también adquirió peso la marina de guerra. Su actividad estuvo dirigida casi en exclusiva al Mediterráneo, destacando como principales puertos y astilleros los de Algeciras, Almería y Tortosa.


La cultura floreció en el al-Andalus califal como en ningún otro lugar del mundo en su tiempo. No es de ninguna manera exagerada la comparación de Córdoba con la Atenas clásica. La capital se convirtió en un foco de atracción de sabios y estudiosos de diferentes materias. Bajo los arcos de la mezquita pasearon grandes figuras de la ciencia islámica, hombres llegados desde Bagdad, Damasco, Egipto, Persia o la India. También acogió Córdoba a no pocos cristianos europeos cuyas ansias de conocimiento sin duda superaron al natural temor de introducirse en el que se consideraba un mundo hostil. Buena parte de las enseñanzas de los clásicos grecolatinos se reintrodujeron en occidente a través de Córdoba. Su intensa luz alumbró el amanecer del Renacimiento carolingio, como tres siglos después iluminaría los estudios y escritorios de la Toledo cristiana. Particular importancia tuvieron en la ciencia andalusí las matemáticas y la medicina. Los médicos cordobeses adquirieron fama universal. Muchos de ellos partieron de al-Andalus hacia las lejanas cortes de París, Génova, Roma, Bizancio, Damasco o Madrás. Los que permanecieron en Córdoba recibieron a pacientes ilustres, ricoshombres toscanos, genoveses, ingleses o venecianos, y hasta reyes de León o de Navarra, peregrinaron a Córdoba buscando alivio a sus dolencias.

Cuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto. Woody Allen.


sábado, 9 de marzo de 2024

JOSÉ DONOSO, UN CHILENO EN CALACEITE

 


Hijo de una familia de la burguesía chilena, José Donoso nació en Santiago en 1924. Eliodoro Yáñez, su tío abuelo, fue el fundador del diario La Nación. Estudió en un colegio inglés y más tarde se especializó en filología inglesa en la universidad de Princeton. Los primeros relatos breves que publicó, lo fueron en lengua inglesa, y tras pasar unos años en México y Centroamérica, regresó en 1954 a Chile, donde impartió clases de inglés en la Universidad Católica.

Su primer libro de relatos, titulado Veraneo y otros cuentos, se publicó en 1955, y obtuvo el premio municipal de Santiago. Su primera novela, Coronación, apareció en 1957. En ella hizo una despiadada descripción de la burguesía santiaguina y su deriva filonazi. Una narración premonitoria del pinochetismo que se instalaría en los 70. Los años siguientes residió en Buenos Aires, México y diversas ciudades europeas, desde donde envió periódicamente reportajes a la revista literaria chilena Ercilla y la mexicana Siempre, trabajos con los que adquirió un notable prestigio como cronista y escritor. En 1961 se casó con su esposa María Ester Serrano, conocida familiarmente como Pilar. Ambos adoptarían en Madrid a su hija Pilar Donoso que a la postre resultaría ser la gran divulgadora de la obra de su padre.

En 1966 apareció su novela El lugar sin límites, que sería adaptada al cine por el mexicano Arturo Ripstein. Desde 1967 hasta mediada la década de los 80 residió en España, concretamente en la localidad turolense de Calaceite. Se consideró exiliado desde el golpe de Estado que perpetró Pinochet en 1973. Calaceite le acogió como a su hijo adoptivo más ilustre, y Donoso correspondió a la hospitalidad de sus vecinos con un apasionado amor por sus paisajes, sus campos de olivos y sus gentes. De aquella etapa datan sus mejores obras literarias: El obsceno pájaro de la noche (1970), Historia personal del boom (1972) y Tres novelas burguesas (1973). Obtuvo el Premio de la Crítica en 1979 con Casa de campo, que se consideró una metáfora de la dictadura chilena, y ese mismo año demostró su dominio de todos los registros con la publicación de La misteriosa desaparición de la marquesita de Loria, una novela erótica particularmente deliciosa. Pasó en aquellos años un brote de esquizofrenia, probablemente fruto de su adicción a la morfina que le prescribieron para calmar un doloroso proceso digestivo.


Regresó a Chile a mediados de los 80. Allí escribió la mayor parte de sus obras de madurez, ya fuera en solitario o en colaboración con otros autores que formaron parte del taller literario que patrocinó. Un nido de agitadores comunistas al decir de las autoridades policiales de la dictadura chilena. José Donoso fue detenido, y sólo su bien ganado prestigio internacional le libró de ser torturado y quién sabe si ejecutado. Falleció finalmente en Santiago en 1996. Su hija Pilar publicó en 2010 una suerte de biografía póstuma en la que reveló algunas facetas sombrías de su personalidad, como su alcoholismo, su paranoia o su reprimida homosexualidad. Crónica de un insospechado infierno doméstico que empujó a sus protagonistas, Donoso, su esposa y su hija, a una relación autodestructiva y desgraciada. Para recordar como merece al escritor y a su indudable talento literario, hoy en Bigotini os brindamos el enlace con una de sus narraciones breves: Una señora. Haced clic aquí abajo y deleitaos con la prosa de este chileno universal y calaceitano de adopción. 

https://www.dropbox.com/h?preview=Una+se%C3%B1ora.pdf

¿Tú crees que Dios es idiota? José Donoso.


miércoles, 6 de marzo de 2024

MUÑECAS DIABÓLICAS. EL SÍNDROME DE DEQUERVAIN

 


Si os digo que la de costurera es una profesión de riesgo, habrá quienes piensen que exagero. Bien, pues no es así. En dos recientes entradas relativas a las neuropatías por presión y a las posturas forzadas, ya veíamos como determinadas actitudes posturales y tareas son capaces de provocar lesiones que, de no tratarse adecuadamente, pueden acabar en el quirófano. El llamado síndrome de DeQuervain del que hoy vamos a ocuparnos, es un ejemplo perfecto.

El síndrome de DeQuervain, también conocido como tenosinovitis de DeQuervain o tenosinovitis de la estiloides radial, consiste en una inflamación persistente de la vaina que encapsula los tendones del abductor largo y el extensor corto del pulgar, dos músculos, que aunque no suelen ocupar las portadas de las revistas de culturismo, cumplen la importantísima misión de movilizar el dedo pulgar, imprescindible para realizar las actividades cotidianas más elementales. La citada inflamación se produce al pasar estos tendones por el estrecho túnel de la apófisis estiloides del radio, en la zona de la muñeca más próxima al dedo pulgar.


Afecta con mucha mayor frecuencia a las mujeres sin que para ello aparentemente exista ninguna razón ni genética ni de ninguna manera ligada al sexo. Todo indica que la combinación del menor desarrollo osteotendinoso de la mujer con el desempeño de tareas como la costura, la confección y en general las actividades del sector textil, en las que tradicionalmente la presencia femenina ha sido mayoritaria, hace que en ellas la lesión se produzca con mayor facilidad. También se presenta con frecuencia entre el personal de oficina (por el continuo tecleo) y en las peluqueras.

El dolor es el primer síntoma y a menudo el único. Un dolor fijo en la región radial de la muñeca que a veces se irradia al resto de la articulación y al antebrazo. Se incrementa considerablemente con el movimiento de la muñeca y el pulgar, y puede llegar a causar impotencia funcional e imposibilidad de agarrar objetos con fuerza o de realizar giros de muñeca. Resulta pues terriblemente incapacitante. El dolor aumenta a la extensión del pulgar contra resistencia, especialmente cuando la muñeca se encuentra en dorsiflexión y abducción. También es característico el dolor a la palpación selectiva de la estiloides radial y de los propios tendones afectados. En raras ocasiones llega a observarse inflamación regional visible a simple vista. Existe un signo patognomónico (palabreja de la jerga médica que expresa que un signo o un síntoma son exclusivos de una determinada enfermedad). Es el llamado signo de Finkelstein (no confundir con el mítico Víctor Frankenstein, el padre del monstruo). El signo de Filkelstein se explora haciendo que la paciente dirija el pulgar hacia el meñique y cierre luego los demás dedos sobre el pulgar. Manteniendo esta posición, el explorador dobla la muñeca en sentido cubital (lo veréis mejor en la foto). Si la maniobra es dolorosa, el signo se considera positivo, et ¡voilá!, el médico habilidoso le ahorra al erario público un montón de euros en pruebas diagnósticas.


El tratamiento debe ser todo lo conservador que sea posible. Como no me canso de repetir, la fisioterapia realizada por manos expertas es la elección más acertada en estos casos. Terapia manual, liberación miofascial, osteopatía… El terapeuta ocupacional tiene mucho que decir en el síndrome de DeQuervain, siendo el profesional más adecuado y capacitado para el tratamiento rehabilitador. Es de vital importancia hacer que la paciente comprenda cuáles son los gestos y movimientos que desencadenan el dolor, para que trate de evitarlos en lo posible o de sustituirlos por otros más ergonómicos. El frío local ayuda mucho en la fase inflamatoria aguda, incluso puede ser necesario inmovilizar el pulgar unos días con una férula. El tratamiento farmacológico se basa en los antiinflamatorios, y en casos especialmente dolorosos puede recurrirse a la infiltración local con corticoides. La cirugía consiste en la liberación del compartimento (el citado túnel radial) para generar más espacio a los tendones afectados. Observamos con preocupación que se recurre a la cirugía más de lo necesario, cuando debería reservarse a los pocos casos en que el tratamiento conservador haya fracasado.


¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Muy sencillo, porque me recuerda a ti. De hecho me recuerda a ti más que tu misma.  Groucho Marx. 


domingo, 3 de marzo de 2024

DISTANCIA GENÉTICA. LAS SORPRESAS DEL GENOMA

 


El estudio del genoma humano, cuyo desciframiento se completó en 2001, ha aportado un caudal de información tan notable como también tan asombroso en ciertos detalles. Como era de esperar, las diferencias genéticas se van agrandando poco a poco cuando nos comparamos con especies distantes filogenéticamente de nosotros, con especies con las que  no compartimos un ancestro común reciente. La distancia genética puede definirse como la medida de las diferencias existentes entre los genes de dos especies. Se expresa como probabilidad de compartir un mismo gen. Evidentemente, hay una gran distancia genética entre la especie humana y una bacteria, a pesar de lo cual es sorprendente que incluso con las bacterias compartamos muchos genes indispensables para metabolizar carbohidratos, grasas o proteínas, por ejemplo. Presentamos menos distancia genética con un reptil, aun menos con un mamífero, y por supuesto, apenas ninguna con un primate.


La distancia genética entre Homo sapiens y Pan troglodytes (el chimpancé) es asombrosamente insignificante. Compartimos con los chimpancés casi el 99% de los genes. Prácticamente ambas especies tenemos los mismos genes que heredamos de un antepasado común compartido que debió vivir hace apenas unos pocos millones de años. Según las reglas que estableció Carl von Linneus, dos especies que comparten un antepasado común tan reciente, deberían clasificarse en el mismo género. No hay más remedio que concluir que nuestros “primos” cercanos, los chimpancés, nos avergüenzan tanto que la comunidad científica ha optado por la convención de establecer dos géneros separados.

¿Por qué somos diferentes de los chimpancés? Las diferencias somáticas y de comportamiento dependen de la combinación de diversos alelos de los genes que conforman los genomas de ambas especies. Un mismo gen puede existir en distintas variantes que llamamos alelos. Los alelos, aun codificados para la misma función, por ejemplo, el color de los ojos, pueden tener diversas variantes (ojos castaños, verdes, negros, azules…). En la práctica, una persona es distinta de un chimpancé por la misma razón que dos personas son distintas entre sí. Las diferencias se crean por las diferentes combinaciones de alelos, lo que explica la razón de que dos hijos de los mismos padres sean diferentes entre sí.


De hecho, como nuestra especie cuenta con más de veintitrés mil genes, y muchos de ellos presentan diversas variantes, la probabilidad de tener dos hijos idénticos, siempre que no sean gemelos homocigóticos, es de 1/6 x 1043, un número tan abrumador que garantiza que todos y cada uno de los seres humanos seamos únicos, como lo son un gato, un pingüino o en definitiva, cualquier ser vivo fruto de la reproducción sexual en la que cada progenitor aporta una parte de los genes.

El ADN de dos personas se diferencia como promedio en tan solo un insignificante 0,2%. Generalmente, presentamos mayores semejanzas genéticas con miembros de poblaciones cercanas. Sin embargo, la enorme variedad de posibles combinaciones de genes, una auténtica lotería genética, hace que no siempre suceda así, de manera que un señor de Hamburgo puede tener, y de hecho ocurre, mayor coincidencia genética con un senegalés que con su cuñado de Berlín. O bien, una señora de Logroño puede tener menos genes en común con su vecina con la que desayuna cada mañana, que con la camarera china del bar. El color de la piel y otros rasgos menores representan diferencias insignificantes, aunque a lo largo de la Historia se les haya otorgado una importancia que jamás han tenido.

Así pues, el desciframiento del genoma nos ha brindado (y esto no ha hecho más que empezar) valiosos conocimientos acerca de la naturaleza de muchas enfermedades, de procesos degenerativos como el cáncer o el envejecimiento, y de muchos otros importantes detalles sobre nuestra especie. Entre ellos, la certeza de que las que tradicionalmente se han llamado razas humanas, sencillamente no existen. Por si todos esos sujetos racistas y fascistoides no han hecho ya bastante el ridículo, he aquí que la genética los sitúa todavía un paso más allá de su propia estupidez. Aunque sólo fuera por eso, vale la pena invertir en investigación genética.

Quienes prefieren la seguridad a la libertad, no merecen ni la una ni la otra. Benjamin Franklin.