domingo, 1 de marzo de 2020

KATHARINE HEPBURN, UN VENENO DELICIOSO









Katharine Hepburn, hija de una familia de la mejor sociedad americana, del patriciado del Este, estaba en posesión de todas las cualidades necesarias para triunfar en el Show Business. Era hermosa, inteligente, tenía ingenio y talento. Muy pronto cautivó a directores, productores y otros peces gordos del negocio. Fue amante de Howard Hughes y de John Ford, e íntima amiga de George Cukor. En los teatros de Broadway y en los estudios de Hollywood la admiraban desde el guardia de la puerta hasta el último figurante…
Pero de puertas afuera la cosa era muy diferente. En el negocio del cine triunfa quien tiene éxito entre el público, y lo cierto es que al público americano le costó mucho aceptar a aquella señorita tan estirada de la alta sociedad con su dicción perfecta y sus maneras sofisticadas. Se llegó a decir de ella que era veneno para las taquillas. Su intervención en La fiera de mi niña de Howard Hughes, que después se convertiría en todo un clásico admirable, resultó un rotundo fracaso en su estreno. La gente corriente habría preferido que el simpático caradura de Cary Grant, por entonces todo un ídolo de multitudes, se hubiera enamorado de una muchacha “normal”, una secretaria o una camarera, y no de esa especie de milady atildada que hablaba francés y ni siquiera parecía americana.

Parecía que la cosa no tendría remedio cuando su amigo Cukor, probablemente el mejor director de actrices de la historia del cine, le ofreció su papel en Historias de Filadelfia (1940). Allí, escoltada por Grant y Stewart, dos paladines a los que el público adoraba, mostró Katharine todo su encanto y su inagotable ingenio, consiguiendo rendir a sus pies a Stewart, a Grant, al resto del reparto y al público (¡por fin!) de toda América. A partir de entonces no cesó de cosechar éxitos, premios (cuatro oscar incluidos) y reconocimientos dentro y fuera de América. No contenta con conseguir que le admiraran como actriz, Katharine Hepburn logró ya en su madurez que le admiraran como persona. Los abnegados cuidados que prodigó a Spencer Tracy, su pareja, el hombre de su vida del que no recibió ni siquiera un anillo por culpa de las profundas convicciones religiosas de aquel borracho irlandés que nunca consintió en divorciarse, convirtieron a Kate en una especie de heroína popular. En nuestra modesta Historia del cine os ofrecemos el enlace para visionar el trailer oficial de Historias de Filadelfia, el filme que la consagró en el firmamento cinematográfico como una de las más grandes estrellas de todos los tiempos. Haced clic en la carátula y disfrutad unos minutos de su recuerdo.

Próxima entrega: Cary Grant



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