Nacido
en París en 1844, Anatole France era el hijo
de un librero de apellido Thibault, especializado en toda clase de literatura
relacionada con la Revolución Francesa. Fue aquella librería parisina, por
encima de liceos e institutos, la que formó lo esencial de la cultura y el
pensamiento del joven Anatole Thibault. Su primera publicación, a los veintidós
años, fue un ensayo sobre la obra poética del romántico Alfred de Vigny. Trabó
amistad en su juventud con Verlaine y Mallarmé, así que sus primeras
inquietudes literarias discurrieron por terrenos poéticos, con la publicación
de La part de Madeleine (1869), Los poemas dorados (1873) y el poema
dramático Las bodas de Corinto
(1876). Emprendió a partir de ahí el camino de la prosa, se relacionó con Guy
de Maupassant, y publicó en 1881 la que fue su primera novela importante, El crimen de Silvestre Bonnard, obra que
si bien conservaba las formas de la corriente Naturalista, iniciaba ya el
estilo que caracterizaría el resto de la obra del autor: anticonformismo y
rechazo de las convenciones sociales, lo que se acentuó en sus siguientes
trabajos, Les désirs de Jean Servien
(1882), El libro de mi amigo (1885),
y sobre todo en la novela histórica Thais, publicada en 1890, que se
rebelaba contra la represión del cristianismo, y celebraba el deseo como fuente
inspiradora y motor del sentimiento.
Aquel
escepticismo epicúreo de France fue creciendo con obras como La rôtisserie de la reine Pédauque
(1892), en la que apareció por vez primera el personaje del abate Coignard, un
apóstol del escepticismo tolerante, a quien se considera alter ego del propio autor.
En Las opiniones de Jerónimo Coignard,
publicada en 1893, criticaba ferozmente las instituciones de la Tercera
República. El jardín de Epicuro (1894)
y El pozo de Santa Clara (1895) le
procuraron el rechazo de la sociedad más conservadora, que le tildó de ateo.
Anatole
France no dudó en significarse en la política francesa. Participó en la
fundación de la Liga de los Derechos del Hombre, tomó partido públicamente por
el capitán Alfred Dreyfus, protagonista y víctima en el famoso caso
Dreyfus que sacó a la luz el antisemitismo de las autoridades
francesas. France devolvió la Legión de Honor que le había sido concedida, en
solidaridad con Émile Zola a quien le fue retirada precisamente por su apoyo al
militar judío. Anatole France fue colaborador habitual del diario izquierdista
L’Humanité. Concurrió a las elecciones de 1914 por la SFIO, Sección Francesa de
la Internacional Obrera. Mantuvo posiciones cercanas al Partido Comunista,
hasta que, en los primeros años tras la Revolución Soviética, se desengañó a
causa de las purgas de los bolcheviques. Se afilió después al Partido
Socialista Francés, fue galardonado con el Nobel de Literatura en 1921, y un
año más tarde vio incluida toda su obra en el Índice de Libros Prohibidos de la
Iglesia católica, mediante decreto del Santo Oficio, que fue probablemente el
último históricamente que sancionó a un escritor importante.
En
su etapa de madurez, France regresó a sus orígenes en cierto modo, a la librería
parisina de su padre y a la Revolución Francesa, con la publicación en 1912 de
su célebre novela Los dioses tienen sed, que glosaba el periodo del Terror
revolucionario. Ampliamente alabada por la crítica y celebrada por el público,
fue con seguridad la obra que le valió el Premio Nobel nueve años más tarde. La
relación tanto del resto de sus novelas, como de su inabarcable colección de
cuentos y relatos breves, sobrepasa con creces la capacidad de nuestras
modestas reseñas.
Falleció Anatole France en 1924, a la edad de ochenta años. Se casó dos veces, primero con Valerie Guérin de Sauville, y tras enviudar, con Emma Laprévotte, su empleada doméstica. Le sobrevivió su hijo, Noël Thibault, que fue también escritor y adoptó el mismo seudónimo de su padre, firmando como Noël France. De nuestra Biblioteca Bigotini extraemos uno de los relatos breves que mejor caracterizan el estilo de Anatole France: Robo doméstico. Disfrutad su lectura.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Robo+dom%C3%A9stico.pdf
La utopía es el principio de todo progreso y la promesa de un futuro mejor. Anatole France.
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