En 1954 Elia Kazan dirigió un film
de la Columbia titulado On the
Waterfront, que en España se tradujo como La Ley del Silencio..
Contaba con un reparto excepcional que encabezó el mejor Marlon Brando que se
recuerda, bien secundado por Karl Malden, Lee J. Cobb, Rod Steiger y Eva Marie
Saint. Con ella Kazan intentó justificar su reprobable actuación como delator
en el Comité de actividades antiamericanas. Con independencia de la
calificación moral que merezca su autor, se trata de un clásico enorme, ganador
nada menos que de ocho oscar de la
academia. Os la recomiendo
fervientemente.
Pero lo que hoy nos interesa es la
Higiene industrial y la exposición
al ruido. La intensidad o
nivel de ruido se mide en decibelios (dB A). El rango de audición de las
personas oscila aproximadamente entre 0 y 140 decibelios.
Los sonidos por debajo de 10 dB A
son difícilmente audibles, mientras que los sonidos que superan los 100 dB A
(por ejemplo, una explosión o una detonación) resultan francamente traumáticos,
pudiendo producir incluso perforaciones timpánicas y otras lesiones.
Los sonidos que normalmente
consideramos RUIDOS se encuentran por encima de 75-80 dB
A. La exposición continuada y/o frecuente a estos sonidos (es decir, la
exposición al ruido), acaba produciendo una hipoacusia,
una sordera que puede llegar a constituir una merma considerable en la calidad
de vida.
•Algunos ejemplos:
NIVELES DE RUIDO BAJOS Y MODERADOS |
NIVELES DE RUIDO MODERADOS Y ALTOS |
NIVELES DE RUIDO MUY ALTOS |
0 dB A. Silencio. Umbral de audición de un
joven sano. Resulta inquietante. |
60 dB A. Moderado.
Conversación normal, restaurante, ventilador. Resulta tranquilizador. |
90 dB A. Muy alto. Taller mecánico, imprenta,
prensas. Sensación muy molesta. |
10 dB A. muy
bajo. Cabina audiométrica, respiración propia. |
70 dB A. Moderado.
Conversación en voz alta, oficinas, tráfico. Resulta ya un poco incómodo. |
100 dB A. Muy alto. Discoteca, telar mecánico, sierra,
lijadoras. Resulta difícil de soportar. |
20 dB A. muy
bajo. Estudio de radio, iglesia vacía. Adecuado para dormir. |
80 dB A. Alto.
Tornos, fresadoras, calle ruidosa, interior del metro, cadena de montaje, bar
muy concurrido. Molesto. |
110 dB A. Muy alto. Laminadoras, martillos,
motocicletas a escape libre. Insoportable. |
30 dB A. Bajo.
Dormitorio, susurros, zumbidos. Relajante. |
|
120 dB A. Ensordecedor. Martillo pilón,
remachadoras. Sensación dolorosa. |
40 dB A. Bajo-moderado.
Sala de estar, biblioteca, música suave. Agradable. |
130 dB A. Ensordecedor. Motor a reacción, tracas.
Traumático. |
Algunos
efectos de la exposición prolongada al ruido:
·
Taquicardia.
·
Hipertensión arterial.
·
Insomnio.
·
Irritabilidad.
·
Fatiga física y psicológica.
·
Gran nivel de insatisfacción.
·
Y sobre todo SORDERA. Hipoacusia de percepción debida a la lesión de las células
ciliadas de la cóclea o caracol. Esta sordera es irreversible.
La
legislación laboral establece medidas correctoras de aplicación en los centros
de trabajo con niveles elevados de ruido. Dichas medidas consisten en controlar
el exceso de ruido mediante modificaciones de los procesos productivos, cambios
en la directividad de los sonidos, reducción de vibraciones, choques o
frotamientos, cerramiento de máquinas y equipos, aislamiento acústico de los
operarios…
Pero
por encima de cualquier otra medida y a la par que se aplican cualesquiera
otras, está la necesidad de la
PROTECCIÓN DEL TRABAJADOR,
mediante el uso de protectores
auditivos homologados que
garanticen un nivel de atenuación suficiente.
Los
protectores auditivos pueden ser de tipo “casco” (los clásicos auriculares) o
bien de tipo “tapón”. La elección depende de las características de los
trabajadores y del entorno. Pero en cualquier caso es imprescindible UTILIZARLOS como única garantía de prevención de
la sordera cuando las exposiciones son prolongadas.
La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir. Mario Benedetti.
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