sábado, 22 de enero de 2022

COLESTEROL. PESADILLA DESPUÉS DE NAVIDAD

 


El aumento de depósitos grasos en las arterias es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Pasados estos días de Navidad y Fin de Año en los que la trasgresión y el exceso han sido la norma, conviene incluir entre los buenos propósitos que siempre hacemos para el año nuevo, la vuelta a una dieta equilibrada y saludable.

Los valores límite recomendables de lípidos en sangre se sitúan en unos 200 mg/dl para el colesterol total, y unos 160 mg/dl para el colesterol-LDL (el temido “colesterol malo”). El colesterol-HDL o “colesterol bueno” debería estar por encima de 40 mg/dl, mientras que el nivel de triglicéridos conviene que no rebase los 150 mg/dl. En enfermos crónicos, diabéticos, o personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular, se aconseja que el colesterol-LDL no supere los 130 mg/dl.

La alimentación es, en este caso como en otros tantos, la clave de una salud adecuada. Los habitantes de los países del área mediterránea gozamos el privilegio de poseer una cultura gastronómica tan antigua como rica, si bien parece que en los últimos años estas fórmulas alimenticias que podríamos llamar tradicionales, están siendo sustituidas por perniciosas costumbres bárbaras nada recomendables. Volvamos pues a las esencias de nuestras cocinas regionales, que son las que más y mejor se adaptan a nuestra idiosincrasia y a nuestra herencia genética, y olvidémonos de dietas más propias de latitudes septentrionales. Por muy tentadores que resulten los lomos de salmón, las salchichas de dos palmos o los tarros de manteca consumida a cucharadas, hay que recordar que estos son alimentos apropiados para un pastor de renos de Laponia, pero convienen muy poco a un señor bajito de Alicante, al que lo que le sienta de maravilla es un arroz a banda o una ensaladita con buen aceite de oliva.

Desde luego, la alimentación es importante, pero también interesa controlar el resto de factores de riesgo cardiovascular: tabaco, hipertensión, obesidad, sedentarismo… Para empezar el año con buen pie y propósito de la enmienda, aquí tenéis unos consejos básicos siguiendo la guía semFYC.

Pierde peso.

Haz ejercicio. Simplemente caminar una hora diaria, reduce el riesgo.

Sigue una dieta equilibrada, y si necesitas perder peso, baja en calorías.

Consume diariamente frutas, verduras, hortalizas, cereales y legumbres.

Toma leche, yogures y quesos desnatados o semidesnatados. Evita mantequillas y margarinas. Consume quesos curados con moderación.

Consume alimentos proteicos con poca grasa. Conejo, pollo o pavo sin piel. Elimina la capa superior de grasa de los caldos cuando se enfríen. Evita los embutidos y las vísceras.

Limita los huevos (las yemas) a dos o tres por semana.

Come pescado al menos tres veces por semana, sobre todo pescados azules: sardinas, boquerones, anchoas, atún…

Cocina con aceite de oliva, evitando su reutilización si ha alcanzado temperaturas altas.

Son preferibles las preparaciones asadas, cocidas o calentadas al microondas, a los rebozados o las frituras.

Huye de la pastelería y la repostería.

Limita al máximo las grasas y las salsas. No mojes pan.

Rechaza los preparados y las conservas en cuyo etiquetado se indique que contienen grasas animales o bien grasas vegetales sin especificar (en estos casos suele tratarse de aceites de coco o palma, más peligrosos que las mismas grasas animales).

Desconfía de las etiquetas que anuncien el producto “sin colesterol”, sobre todo cuando la aclaración esté de más. Un zumo etiquetado “sin colesterol” probablemente contendrá grasas saturadas.

Evita los precocinados. No tomes patatas fritas envasadas.

Prescinde del alcohol o consúmelo con mucha moderación. Nunca más de dos vasos de vino o cerveza al día.

Tira ese cigarrillo inmediatamente y no vuelvas a fumar jamás.

Para completar estos consejos, he aquí una tabla orientativa con los alimentos más recomendables y aquellos que conviene evitar:


*tomado de la guía semFYC

 

A partir de los 40 años es conveniente practicar un análisis periódico de los lípidos en sangre. Si el resultado es normal bastaría con repetirlo cada cinco años aproximadamente. Si existen alteraciones, y en dependencia de su alcance, el médico de atención primaria determinará la periodicidad de los controles.

En definitiva, cuídate, y que tus buenos propósitos no caigan en saco roto. Piensa que lo mejor de tu vida aun está por llegar.

Los vicios nos visitan como huéspedes, y se adueñan de la casa como amos”.  Confucio.


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