sábado, 18 de julio de 2020

GONZALO DE CÉSPEDES Y MENESES, EL LIBELISTA BARROCO



Nacido en Talavera de la Reina en 1585, Gonzalo de Céspedes y Meneses, estuvo toda su vida haciéndose pasar por madrileño, lo que dio lugar a múltiples errores biográficos no resueltos hasta que ya en tiempos recientes, se impuso el rigor historiográfico. Gonzalo fue bautizado en la parroquia talaverana de San Salvador, lo mismo que sus otros nueve hermanos. El mayor de ellos, Sebastián, fue un poeta bastante notable del que se conserva alguna obra. Todos los hermanos iniciaron sus estudios primero con Leonardo de Céspedes, su padre, y después con los jesuitas de Talavera, hasta que la familia se trasladó a Madrid en 1602 o 1603.

La juventud de Gonzalo fue muy tormentosa. Varias de sus obras le llevaron a la cárcel, al destierro o le reportaron diversos disgustos. Uno de sus biógrafos cuenta que una de sus aventuras amorosas estuvo a punto de conducirle al cadalso. En 1620, tras la publicación de El español Gerardo, sufrió una condena de ocho años a galeras, pena que fue conmutada graciosamente por el rey, sustituyéndose por un destierro de diez años de la corte. Cumplió como otros muchos entonces, su destierro en Zaragoza, donde en 1622 publicó su Historia apologética sobre la postura aragonesa en el conflicto de Felipe II con su secretario Antonio Pérez, que terminó con la muerte del Justicia de Aragón. Esta publicación sentó muy mal en Madrid a los principales jerarcas del absolutismo, por lo que Céspedes tuvo que refugiarse en Lisboa. En aquel trance, el municipio zaragozano le ayudó primero con doscientas libras jaquesas y más tarde con otras cien, tras la publicación en la capital del Ebro de la segunda parte de la obra.
Durante su estancia en Lisboa, y reinando ya Felipe IV, Céspedes se congració con la monarquía mediante su Historia de Felipe IV (1631), en la que trazó un cuadro bastante favorable al conde duque de Olivares, lo que le valió no sólo el perdón real, sino el nombramiento de cronista del rey. De esta manera, sus últimos años transcurrieron en Madrid con cierta comodidad. Se casó con María de Escobar, ingresó en la Orden Tercera y falleció en 1638, siendo enterrado en el convento de la Carrera de San Jerónimo, sobre el que después se construiría el Congreso de los Diputados.


Ya hemos visto que en la obra de Gonzalo de Céspedes sobresale lo polémico. El panfleto y el libelo no le fueron ajenos. Además de las ya citadas, fue autor de Francia engañada, Francia respondida, un panfleto contra el cardenal Richelieu publicado en 1635 con el seudónimo de Gerardo Hispano, que le granjeó la enemistad de los dirigentes del país vecino y hasta algún intento de asesinato nunca bien aclarado, probablemente a cargo de agentes franceses.
Aparte de sus obras históricas y políticas, en lo literario destacaremos sus Historias peregrinas y ejemplares con el origen, fundamentos y excelencias de España, y ciudades adonde sucedieron, que se publicó en Zaragoza en 1623. Se trata de una colección de seis novelas, de tema fundamentalmente amoroso, cuya acción transcurre en diversas ciudades españolas: La constante cordobesa (Córdoba), El desdén del Alameda (Sevilla), Pachecos y Palomeques (Toledo), Sucesos trágicos de don Enrique de Silva (Lisboa), Los dos Mendozas (Madrid) y El buen celo premiado (Zaragoza), novela que contiene el que acaso sea el más ferviente elogio que jamás se haya hecho de la capital de Aragón.

El Poema trágico del español Gerardo y desengaño del amor lascivo, es obra en prosa escrita entre 1615 y 1618, durante su cautividad en prisión. Aunque no propiamente del género picaresco, el Poema trágico contiene muchos detalles que pueden acercarlo a la picaresca. Constituyó en su momento un gran éxito editorial, siendo traducido al francés, al inglés y al italiano.
Otro de sus éxitos fue la Varia fortuna del soldado Píndaro, obra a caballo entre la novela picaresca y la bizantina, en la que se insertan diversas novelas cortesanas. Es una autobiografía ficticia de un soldado, plagada de escenas tremendistas, las célebres rodomontadas o fanfarronadas militares de las que solían hacer gala muchos soldados españoles, y que durante el barroco constituyeron casi un  género por sí mismas. Por cierto que la Varia fortuna presenta grandes similitudes con la vida de Lope Ruíz, otro soldado que aquí en casa Bigotini nos es especialmente querido, y cuyas aventuras se narran en El Caminante de los Tejados, cuya lectura, como hemos hecho ya en alguna otra ocasión, os recomendamos vivamente.

Hoy traemos a nuestra biblioteca virtual la versión digital de Pachecos y Palomeques, una de las novelas breves que forma parte de su hexalogía zaragozana. Está tomada de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Haced clic en la portada y deleitaos con el barroquismo literario de su autor.

Tantas injurias y ofensas declaradas no prometían, en tan valientes hombres, menos que una terrible venganza. Gonzalo de Céspedes y Meneses. Pachecos y Palomeques.




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