sábado, 9 de mayo de 2020

AMEDEO AVOGADRO, EL ARISTÓCRATA REVOLUCIONARIO



Hijo de un magistrado piamontés, Lorenzo Romano Amedeo Carlo Avogadro, a quién conocemos comúnmente como Amedeo Avogadro, nació en Turín en 1776. Se licenció en derecho canónico y hasta ejerció durante algún tiempo la abogacía, pero su gran afición por las ciencias le empujó a estudiar matemáticas y física, obteniendo el puesto de profesor en el Real Colegio de Vercelli.
En 1811, apoyándose en la teoría atómica de John Dalton, y en los trabajos de Gay-Lussac, enunció la que se conoce como ley de Avogadro, y reza: volúmenes iguales de gases diferentes, en idénticas condiciones de presión y temperatura, contienen el mismo número de moléculas.

Sus trabajos se publicaron en la Francia napoleónica, que en aquel momento histórico lideraba la vanguardia de las naciones, también en lo relativo al progreso científico. En esa misma época Avogadro se dedicó a demostrar la diferencia existente entre átomos y moléculas, conceptos que por entonces solían confundirse a menudo, incluso en los tratados científicos al uso. También a Avogadro se debe la primera distinción entre los conceptos de masa y peso. En 1814 publicó un tratado sobre la densidad de los gases, y en 1820 accedió a la cátedra de física de Turín, creada expresamente para él. Fue cesado en su cargo sólo un año más tarde, como represalia por su participación en el movimiento revolucionario que se oponía al rey de Cerdeña, regresando a su cátedra en 1833. En el plano amoroso, adquirió fama de seductor entre las damas que asistían a los salones de la corte de los Saboya, actividades extraconyugales que sin embargo, no le impidieron tener seis hijos con su esposa, Felicitá Mazzé.


Amedeo Avogadro encontró en vida grandes opositores a sus trabajos y a su obra entre los miembros de la comunidad científica. Hasta su edad provecta, e incluso hasta después de su muerte acaecida en 1856, no obtuvo el reconocimiento científico que merecía. Fue honrado con el título nobiliario de Conde de Quaregna y Cerreto. También en su honor se dio el nombre de número de Avogadro a la constante que determina el número de átomos que contiene un mol, factor que relaciona la masa molar de una sustancia, con la masa de la muestra. Su valor es 6,022 x 1023.


Así por ejemplo, un mol de oxígeno (6,022 x 1023 átomos de O), se combina con dos moles de hidrógeno (2 x 6,022 x 1023 átomos de H), para crear un mol de agua (H2O). La constante fue propuesta en 1909 por el físico francés Jean Perrin, que en 1926 obtuvo el premio Nobel de física por su hallazgo. Por otra parte, la herencia científica de Avogadro resultó decisiva para que años más tarde, Dimitri Mendeleyev ideara la tabla periódica de los elementos, que como hemos dicho ya en alguna otra ocasión, es el cuadro más elegante, práctico y genial de la Historia de la Ciencia.
En casa Bigotini nos descubrimos ante Amedeo Avogadro, personaje de biografía controvertida, medio aristócrata y medio revolucionario, y ante su impagable legado al conocimiento.

-Oiga, este anillo de invisibilidad que me vendió ayer, no funciona.
-¿Quién habla, quién habla?
-Venga, no se haga el tonto, que me he pasado la noche desnudo en comisaría.



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