domingo, 15 de julio de 2018

HUMPHREY BOGART, EL MISTERIO DE LA SEDUCCIÓN




Que Humphey Bogart era un actor mayúsculo, no puede ponerse en duda. Lo demuestra su extensa y brillante filmografía, que le convierte en una de las principales leyendas del Hollywood dorado. La gran estrella cinematográfica masculina de su generación.
Lo que sorprende un poco más es que también Bogart llegara a ser una especie de sex symbol viril, para cientos de miles de espectadoras que suspiraban por él, y para otros tantos espectadores varones que le admiraron hasta el punto de copiar sus maneras y sus ademanes. Aquellos pantalones sobaqueros, tirantes ridículos y corbatas minúsculas debían tener algo mágico cuando se hicieron tan populares. Tal vez fuera también cosa de aquel acento nasal que puede comprobarse cuando se le escucha en versión original, o quizá el encanto provenía de aquella manera compulsiva de fumar que auguraba un aliento de cenicero. Quién sabe. El caso es que Bogart era todo un seductor de primera, que hasta sirvió de modelo a imitar por el bueno de Woody Allen en aquella inolvidable Sueños de un seductor.
Naturalmente, Humphrey Bogart fue algo más que eso. Mucho más que eso. En los tiempos duros de la caza de brujas se distinguió por liderar como abanderado al grupo de admirables disidentes que se resistieron a renunciar a la libertad en la industria del cine. Hoy en Bigotini os ofrecemos el enlace (clic en la imagen) para visionar un breve montaje musical que repasa algunos de sus mejores momentos ante las cámaras. Sirva como modesto recuerdo a aquel tremendo Bogart del que Katharine Hepburn aseguraba que no había un hombre tan hombre como él.

Próxima entrega: Lauren Bacall



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