Giovanni
Boccaccio era el hijo ilegítimo de un rico mercader
florentino al que sus paisanos llamaban Boccaccino di Chellino. Su
nacimiento está rodeado de misterio. Se sabe que nació hacia 1313,
pero desconocemos si fue en Florencia, en Certaldo o en París. En
cualquier caso, se le considera florentino, porque en la capital
toscana discurrió su infancia y la mayor parte de su vida. Su padre
quiso dedicarle como él a los negocios, pero en vista de la poca
inclinación que mostraba Giovanni, al fin consintió en aceptar y
favorecer su afición a las letras. El joven Boccaccio conoció
durante un viaje a Nápoles a una dama, que algunos han identificado
como doña María de Aquino, hija natural del rey y esposa de un
cortesano, a la que rebautizó con el nombre literario de Fiammetta.
Mantuvieron durante años una relación amorosa no exenta de
escándalo, hasta que ella la dio por terminada, causando en Giovanni
un profundo dolor.
Waterhouse. El jardín encantado |
Tras
estancias temporales en Nápoles y en Rávena, regresó a Florencia,
donde fue testigo directo de la terrible epidemia de peste que asoló
la ciudad, y quedó recogida en El
Decameron, su obra más inmortal. El éxito de esta
obra le valió la general consideración de sus paisanos, que
elevaron a Boccaccio a varios cargos de representación política.
Fue camarlengo del Municipio, embajador en Romaña y en la corte
papal de Aviñón. También le encomendaron una embajada en Padua,
ciudad donde residía Francesco Petrarca. Entre ambos nació una
entrañable amistad que se prolongó hasta la muerte de éste último.
Boccaccio pasó sus años postreros retirado en su casa campestre de
Certaldo. Al parecer, interrumpió su existencia mundana a raíz de
la influencia de cierto monje sienés, un tal Ciani, que le conminó
a abominar de su “pecaminosa”obra literaria. Se dice que
Boccaccio estuvo incluso a punto de destruir sus trabajos, aunque
afortunadamente, fue disuadido de hacerlo. Falleció en su retiro en
1375.
Pieter Brueghel. El triunfo de la muerte |
En
cuanto a Boccaccio como literato, se le considera universalmente
miembro de la triple corona: Dante, Petrarca y Boccaccio, de la
literatura renacentista. En biblioteca Bigotini nos aventuramos a
situarle en el primer puesto de ese hipotético podio. Junto a los
otros dos autores citados, fue también pionero de la literatura en
lengua romance, en su caso en el dialecto toscano, si bien compuso
también algunas poesías y otras obras en latín. Los tres autores
tuvieron una influencia decisiva en la literatura europea de las
siguientes décadas. Concretamente Boccaccio ejerció influencia
reconocida en autores tan importantes como el Arcipreste de Talavera,
Juan Rodríguez Padrón, Diego de San Pedro, Fernando de Rojas, Jorge
de Montemayor, Gil Polo, Lope de Vega o Cervantes, por citar nada más
a algunos de los españoles. En la obra de Boccaccio destacaremos La
caza de Diana, El Filococo, El Filóstrato, La Teseida, La comedia de
las musas florentinas, Amorosa visión, Elegía de Madonna Fiammetta,
Ninfale fielósano, o El Corbacho.
Waterhouse. Decameron |
Pero
es El Decamerón sin duda
la gran obra de Giovanni Boccaccio. En ella diez jóvenes, tres
hombres y siete mujeres de la nobleza florentina, se reúnen en Santa
María Novella, donde toman la decisión de abandonar la ciudad para
huir de la epidemia de peste de 1348. En una casa de campo, van
contando cada uno de ellos una serie de historias y cuentos, hasta un
total de cien, durante diez jornadas (de ahí el título del libro).
Cada día, uno de los jóvenes, actuando como rey de los demás,
elige el tema sobre el que deberán versar los cuentos que se
relaten. Las fuentes de las historias son muy diversas, desde
clásicos grecolatinos, a las célebres fabliaux francesas,
pasando por algunos cuentos de inspiración oriental recogidos en
colecciones antiguas. Muchos de los relatos narran historias galantes
algo más que subidas de tono, lo que sin duda contribuyó a la
enorme popularidad que alcanzó la obra.
Biblioteca
Bigotini se complace hoy en facilitar a sus lectores una versión
digital completa de El Decamerón.
Haced clic en la ilustración
para acceder, y ¡hala, a disfrutar!
No
hay nada como el amor de una mujer casada. Es algo de lo que jamás
podrá disfrutar su marido. Oscar Wilde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario