lunes, 27 de febrero de 2017

LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ




La vieja broma de la España postguerrista atribuía al filme el sarcástico título de “Lo que el culo se cansó”. Claro, eran cuatro horas, un metraje excesivo para cualquier película... Para cualquiera excepto para esta. El rodaje tuvo que vencer infinidad de problemas técnicos, y a pesar de todo estamos ante una auténtica obra de arte. En España pudo verse años después de su estreno, porque aquí en el 39 no estaba el horno para bollos. Por eso a los españoles no les soprendió tanto el technicolor. Ahora bien, todo lo demás fue absolutamente impactante, desde los asombrosos vestidos de Escarlata, corsé incluído, hasta el pavoroso incendio de Atlanta, que como es célebre, se filmó prendiendo fuego al gigantesco decorado de King-Kong. Menos mal que valió la toma, porque no hubiera podido repetirse de ninguna manera.

Invitamos hoy a nuestros cinéfilos seguidores a revisar la breve secuencia en que Vivien Leigh, tras escarbar la estéril tierra en busca de una raíz que llevar a la cazuela, dice su famosa frase de “A Dios pongo por testigo de que nunca más volveré a pasar hambre”, un pasaje cuyo dramatismo conmovió al mundo entero. Haced clic en la imagen y volveos a conmover una vez más.

Próxima entrega: El mago de Oz




No hay comentarios:

Publicar un comentario