domingo, 26 de julio de 2015

GIROLAMO CARDANO, EL JUGADOR RENACENTISTA

Gerónimo, Hieronymus, Gerolamo o Girolamo Cardano, pues con todos esos nombres podemos encontrarle según las distintas fuentes, nació en Pavía en 1501. Fue el hijo ilegítimo de Fazio Cardano, un jurista aficionado a las matemáticas que gozaba de buena posición. El joven Girolamo inició sus estudios en su Pavía natal, para pasar más tarde a Padua, donde estudió medicina. Ejerció su arte en Milán, Bolonia y Roma, llegando a ser el médico personal del Papa. Además de su profesión médica, se interesó vivamente por muchas otras materias, hasta el punto de que podemos considerar a Cardano como el prototipo perfecto de sabio renacentista. Destacó como astrólogo, matemático, físico, filósofo y escritor. También cultivó las ciencias naturales y fue un precursor del enciclopedismo. Girolamo se divertía con el estudio de los astros. La leyenda dice que llegó a predecir el día exacto de su muerte. Como mero pasatiempo, publicó en 1554 en Bolonia nada menos que un horóscopo de Cristo, lo que le costó un penoso proceso inquisitorial y varios meses de prisión.

Aunque la sentencia llevaba aparejada la prohibición de publicar, Cardano se valió de la protección del Papa Gregorio XIII para continuar ejerciendo la medicina y firmando muchas otras obras. En medicina destacan sus comentarios a Galeno e Hipócrates y su descripción de la fiebre tifoidea. Su trabajo más importante en este campo fue El libro de los sueños, donde recogió todas las aportaciones de los autores clásicos en esta materia. El texto de Cardano es tan valioso, que el mismo Sigmund Freud lo reconoció como una de sus principales obras de consulta, cuando publicó en 1900 su Interpretación de los sueños. En filosofía se centró en la inmortalidad del alma. También estudió la hidrodinámica y publico dos enciclopedias de ciencias naturales.


Pero donde verdaderamente brilló Girolamo Cardano fue en el campo de las matemáticas. Su contribución a las ecuaciones de tercer y cuarto grado, así como la profundización en los números imaginarios, le consiguió una merecida reputación entre los matemáticos de su tiempo y de los siglos posteriores. Fue el padre de la rejilla de Cardano, una herramienta criptográfica precursora de los modernos mecanismos basados en la combinación numérica, utilizados por ejemplo, en las cajas fuertes. Fue también el inventor de la suspensión de Cardano, un dispositivo de dos ejes que giran en ángulo, y que se sigue utilizando actualmente en millones de vehículos. Cardano escribió dos autobiografías de notable calidad literaria, y por encima de cualquiera otra de sus obras, un libro, el Liber de ludo aleae, que no se llegó a publicar hasta después de su muerte, y que constituye una auténtica joya científica, por tratarse del primer trabajo serio sobre cálculo de probabilidades en los juegos de azar. Las ideas y principios contenidos en la obra resultan sorprendentemente actuales y vigentes, al punto de que su tardío redescubrimiento, supuso un notable impulso del moderno cálculo probabilístico. Vaya desde aquí nuestro humilde y sincero tributo al gran Girolamo Cardano, y que rueden en su honor los dados sobre el tapete.

El que juega por diversión no necesita ganar. El que juega por necesidad perderá necesariamente.


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