Neoyorquino
de infancia difícil, Jack Nicholson
comenzó actuando en aquellas películas de terror de serie B que dirigía y
producía como churros Roger Corman. Ni alto ni guapo, Jack no era lo que se
dice un galán al uso, de manera que los papeles de villano, de maniaco o de
asesino le iban al pelo. Le maquillaban acentuando su aspecto de malo de
película, y él redondeaba sus actuaciones con un entusiasmo acaso demasiado
histriónico. Los últimos años setenta y primeros ochenta vieron el triunfo de
Nicholson en las carteleras, con títulos como Chinatown, Alguien voló sobre el nido del cuco, El resplandor, El
cartero siempre llama dos veces o El
honor de los Prizzi, filmes que le catapultaron a la fama y por los que
obtuvo muy merecidos premios y reconocimientos. Nada menos que tres Oscar y
doce nominaciones.
Convertido ya en toda una estrella de Hollywood, pudo elegir con mayor prudencia sus papeles y apariciones, participar en la producción, y hasta dirigir algún filme importante. Quiso demostrar después que podía desenvolverse con solvencia en la comedia y en otros registros más variados. Lo consiguió, demostrando ser un gran actor. Sucumbió como tantos otros, a la tentación de hacer caja con papeles secundarios en películas comerciales, como el Jocker que interpretó en alguna entrega de la serie Batman. Se le recuerda también por el breve pero intensísimo papel secundario que hizo en Algunos hombres buenos, filme de Rob Reiner de 1992, junto a Tom Cruise y Demi Moore. Como homenaje al talento de Jack Nicholson, os dejamos el enlace con la escena culminante de la película en su versión original: tú no puedes encajar la verdad.
Jack
Nicholson. Escena de Algunos hombres buenos
https://www.youtube.com/watch?v=kYPD6TtFJqU
Próxima
entrega: Jessica Lange.


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