Basil Wolverton nació en Central Point,
Oregon, en 1909. Muy joven, a los 18 años, se trasladó a Vancouver donde
trabajó como actor de vodevil, reportero y dibujante. Comenzó a vender sus
tiras a varios diarios y al ID (Independent Syndicate) de Nueva York en 1929.
Sus primeras series se centraron en la ciencia-ficción y los argumentos
policiacos, pero muy pronto su extraordinaria versatilidad le permitió abordar
toda clase de temas. De aquella primera época suya datan series como Marco of Mars, Disk-Eyes the detective o
Spacehaws, que desde 1938 se publicó
en cuadernillos con historias completas en las revistas Circus Comics y Target
Comics, que editó Novelty Press.
Realizó
alguno de sus trabajos en blanco y negro, pero la mayoría se publicaron en
color. De hecho, Wolverton difícilmente se identifica sin sus colores
particulares, una coloración densa y personalísima que caracteriza sus
trabajos.
En
las décadas de los cuarenta y los cincuenta, creó nuevas series desde entonces
más enfocadas hacia el humor. Powerhouse
Pepper y Lena la hiena, fueron
dos ejemplos singulares de ese periodo en el que lo cómico se abrió paso. El
personaje de Powerhouse Pepper era un boxeador con una pegada invencible, pero
completamente idiota. Hay quien ha querido ver en esta y alguna otra serie de
Basil Wolverton una especie de antecedente de los comics de superhéroes de
Marvel. En todo caso, en los trabajos del artista predomina ante todo el humor,
que se manifiesta incluso en los diálogos, a menudo llenos de ripios y
aliteraciones.
A
partir de los cincuenta, produjo también historias de terror precisamente para
el Marvel Comic Group, no olvidando nunca lo grotesco. Sus sangrantes
caricaturas se hicieron célebres en toda América. En los sesenta y los setenta
Wolverton se convirtió en un asiduo del comic alternativo, apareciendo con
frecuencia sus trabajos en la mítica revista Mad. En sus páginas triunfaron sus
retratos grotescos tanto de personajes reales como imaginarios. Toda su carrera
y su talento convierten a Basil Wolverton en uno de los grandes del comic de
todos los tiempos. Así lo reconocen firmas tan solventes como las de Al Capp o
Will Eisner. Así lo corroboramos también en nuestra modesta Historia de la
Historieta, y para celebrarlo, os dejamos aquí abajo unas cuantas páginas e
ilustraciones suyas.
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