jueves, 9 de mayo de 2024

JEAN DE LA FONTAINE, EL LIBERTINO ARREPENTIDO


 

Jean de la Fontaine vino al mundo en 1621 en la localidad francesa de Château Thierry. Su familia paterna se había enriquecido comerciando con telas, y su madre era una dama de la nobleza local. Estudió latín como muchos otros muchachos de su época, y se rebeló cuando quisieron mandarlo al seminario a continuar los estudios. A cambio estudió derecho, llegando a ingresar como abogado en el Parlamento del París monárquico, pero sus intereses le inclinaron más hacia la poesía. Rabelais fue su espejo literario, y su escenario las tabernas parisinas, las reuniones libertinas y las conspiraciones políticas. Fue protegido de Margarita de la Sablière, famosa cortesana y mecenas de artistas. Se casó con Marie Héricart, y en 1658 entró al servicio de Fouquet, el todopoderoso valido del rey Luis XIV y ministro de finanzas, para quien escribió algunas odas y elegías. Poesía laudatoria y prescindible que, a pesar de todo, dejaba ya entrever la calidad que adquiriría su obra posterior.


Su talento poético y fabulador floreció a partir de 1664, fecha en la que entró al servicio de la duquesa de Orleans. Su primer cuento, Mona Lisa, inspirado en los versos de Ludovico Ariosto, resultó todo un éxito, al que siguieron varias colecciones de cuentos en verso, casi todos de temas licenciosos y picantes, muy a la moda parisina del momento. También en esos años publicó Los amores de Psique y de Cupido, relato mitológico que alternaba el verso con la prosa. Muerta la de Orleans en 1672, pasó La Fontaine por estrecheces económicas, hasta ser readmitido bajo la protección de Marguerite de la Sablière, una protectora ya madura, bajo cuyo amparo, y en cuyos salones y alcoba, el poeta se embarcó en un nuevo género, el operístico, escribiendo varios libretos para Jean Baptiste Lully, uno de los más grandes músicos del barroco francés, con quien, sin embargo, acabó envuelto en una maraña de disputas y enfrentamientos.


En 1678 comenzaron a editarse sus famosas Fábulas, colecciones de breves poemas en que se mezclaron lo inmoral y lo moralizante, una extraña y novedosa fórmula, basada sin embargo en los antiguos clásicos, que en los años posteriores, la década de 1680, adquirirían una difusión notable y un éxito sin precedentes. Las primeras que aparecieron iban dedicadas a Mme. de Montespan, la amante oficial del rey. Elegido La Fontaine miembro de la Academia Francesa, comenzó un periodo de tumultuosas disputas literarias entre dos facciones enfrentadas, la de los antiguos, a la que se adscribió el poeta, no sin algunas reticencias, y la de los modernos, que lideraba Charles Perrault. Las diferencias no paraban en versos satíricos, sino que a menudo hacían llegar a los contendientes a las manos o a desenvainar los estoques, vamos, como en el fútbol pero con pelucas empolvadas en lugar de bufandas del equipo, una pena.


Jean de la Fontaine cayó gravemente enfermo, probablemente de tuberculosis, en 1692, y falleció en 1695. Durante los casi tres años que duró su enfermedad, estuvo asistido por el abate Pouget, un joven clérigo que acababa de doctorarse en teología, y se empeñó en conducir al poeta por el buen camino, haciendo que se arrepintiera de su pasada vida de libertinaje y anticlericalismo. Así que su larga agonía transcurrió entre rezos, penitencias y ejercicios espirituales. Al amortajar su cadáver, le encontraron incrustado un cilicio, cruel mortificación probablemente impuesta por su consejero espiritual.

De nuestra variopinta Biblioteca Bigotini extraemos su Fábula del león y el ratón, una de las más célebres de su colección poética. Pinchad en el enlace, disfrutad, y procurad huir de cilicios, flagelos y disciplinas, que la vida ya es bastante dura como para endurecerla más. 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+le%C3%B3n+y+el+rat%C3%B3n.pdf

La vergüenza de confesar el primer error, hace cometer muchos otros. Jean de la Fontaine.


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