En
el verano de 1905 nació en Madrid Miguel Mihura.
Su padre falleció prematuramente, por lo que Miguel no pudo completar sus
estudios de bachillerato. Muy joven comenzó a dibujar y a escribir chistes en
las revistas de humor madrileñas que florecieron en las primeras décadas del
siglo. Cabeceras como Buen Humor, Macaco, Gutiérrez o Muchas Gracias,
publicaron sus historietas e ilustraciones. Hizo también por entonces sus
pinitos en el periodismo, y llevó una vida bohemia en el Madrid de los felices
veinte, asistiendo a varias tertulias y frecuentando a autores como Jardiel
Poncela, Edgar Neville o su gran amigo Antonio Lara, Tono, con quien colaboró
en varias obras teatrales y hasta en una película surrealista: Un bigote para dos. Aquellos compañeros
y algunos otros serían ya en la posguerra el núcleo fundador de la revista La
Codorniz, irrepetible cima del humor gráfico durante varias décadas. Mihura
forma parte con ellos de lo que algunos críticos han llamado la
otra generación del 27. En Bigotini aceptamos pulpo y damos por buena
la ocurrencia, más que nada por lo que la otra representa de oposición a la
genuina
generación
del 27, cuyos miembros (Lorca, Alberti, Hernández…) se sitúan en las
antípodas ideológicas de los fundadores de La Codorniz. En lo relativo a la altura
literaria e intelectual, desde luego no hay color, y aun no negando a autores
como Jardiel o el mismo Mihura ingenio y talento para la comedia, jamás podrán
ponerse a la par con los de la genuina en las letras españolas. Disculpad,
amigos, esta digresión, porque aquí lo que queremos es glosar la figura de
Miguel Mihura como historietista y humorista gráfico. Tiempo habrá, y
prometemos hacerlo pronto, de ocuparnos de su faceta de comediógrafo que bien
merece también una mirada. Su deliciosa Tres
sombreros de copa, que escribió en 1932 y no pudo estrenarse hasta 1952, ya
por sí sola lo justificaría.
Mihura
militó en la Falange, y durante la guerra se refugió en San Sebastián, zona
franquista, donde dirigió el semanario de humor La Ametralladora, de propaganda
para los soldados del bando sublevado. Ya en 1941 colaboró en La Codorniz, que
también dirigió hasta 1944. Digamos como curiosidad que participó junto a
Bardem y Berlanga, en el guión de Bienvenido,
Mister Marshall. Os dejamos aquí abajo una muestra de los dibujos e
ilustraciones de Miguel Mihura, reiterando la promesa de ocuparnos otro día de
su faceta literaria.
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