Los
jóvenes de mi generación conocimos a Charlton Heston
conduciendo una cuadriga en el Circo romano mientras el malo de la película no
paraba de darle latigazos y de intentar romperle la rueda. Le vimos luego
secando el mar Rojo y recibiendo las tablas de la Ley de manos (o lo que sean)
nada menos que del mismo Jehová en persona. Finalmente le vimos cabalgar en una
playa con una rubia a la grupa, hasta llegar a los restos de la estatua de la
libertad. Era inevitable que pensáramos en él como en una especie de mesías del
cine. En efecto, Heston fue el protagonista indiscutible de aquellas míticas
superproducciones de Samuel Bronston, muchas por cierto, rodadas en España. Tan
pronto derrotaba a la terrible marabunta, como conquistaba Valencia al moro
infiel, se subía a un trapecio o pasaba en Pekín cincuenta y cinco días
peleando con unos chinos malísimos.
Pero no se limitó a ser el héroe de aquellos grandes espectáculos en technicolor. También era un buen actor, y así lo demostró por ejemplo en Sed de mal, una de las películas más negras del cine negro que dirigió Orson Welles. Para recordarle os proponemos visionar un documental biográfico sobre su vida y su trabajo. Clic en este enlace, y adelante.
https://www.youtube.com/watch?v=cFz3kNJKcvo
Próxima entrega: Kirk Douglas
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