Nacido
en la localidad turolense de Fórmoles en 1791, Braulio
Foz cursó sus primeros estudios en Calanda, y más tarde, durante
su etapa universitaria en Huesca, participó en la guerra contra el francés
formando parte de la partida guerrillera que comandaba Felipe Perena. Estuvo en
la heroica defensa de Tamarite, y apresado en Lérida por las tropas de Napoleón,
fue conducido a Francia. Liberado en 1814, fue primero catedrático de latín en
la Universidad Sertoriana oscense, y más tarde, en 1822, ganó la cátedra de
griego en la Universidad de Zaragoza, cargo del que se vio privado, porque al
final del Trienio Constitucional tuvo que exiliarse en Francia por sus ideas
liberales que chocaban abiertamente con el régimen de terror impuesto por el
nefasto Fernando VII. A la muerte de aquel indeseable deseado, regresó a
Zaragoza donde continuó dictando sus lecciones y ejerciendo como decano de la
Facultad de Letras. Falleció en 1864 a los setenta y cuatro años en Borja,
donde se había retirado.
Braulio
Foz fue autor de más de cincuenta obras de muy variadas materias, desde lenguas
clásicas, su especialidad académica, hasta temas históricos o jurídicos. En
todas ellas y en su también fecunda labor periodística, destaca su vena
anticlerical.
En
el plano artístico y literario cultivó el teatro, siendo autor de varias
comedias todavía hoy inéditas. Pero sobre todas las demás destaca la que fue su
única novela publicada en 1844, su Vida
de Pedro Saputo, natural de Almudévar, hijo de mujer, ojos de vista clara y
padre de la agudeza. Sabia naturaleza su maestra. Un largo título que en
posteriores ediciones y en el ánimo de sus muchos lectores dentro y fuera de
Aragón, se resume como Vida de Pedro
Saputo.
Se
trata con toda probabilidad de la novela aragonesa más emblemática del siglo
XIX. Es libro de lectura inexcusable que recoge las aventuras y peripecias
vitales de su protagonista, un joven prodigioso entre pícaro y Quijote.
Apoyándose en su asombrosa e innata sabiduría, Foz pasa revista a los vicios y
las miserias materiales e intelectuales de una sociedad manifiestamente
mejorable. Despliega el autor una rara habilidad para situar la acción de la
novela y las correrías de su Saputo en un paisaje muy concreto, el del Aragón
rural, pero en un tiempo curiosamente atemporal que abarca para el lector desde
nuestro siglo de oro hasta la época en que fue escrita la narración, y aun mucho
más allá, porque cualquier lector contemporáneo que conozca mínimamente la
idiosincrasia de nuestros pueblos y sus moradores, la hallará reflejada
fielmente en la novela. Decir que Braulio Foz, al menos el Braulio Foz del
Pedro Saputo, es el Cervantes aragonés, no entraña exageración alguna. Tanto el
fondo como hasta por momentos la forma de su novela resultan deliberadamente
cervantinos. También lo es la intención crítica y pedagógica que subyace en el
Pedro Saputo. Foz bebe en las fuentes de la obra de Cervantes, en las
inagotables de nuestra novela picaresca más
clásica, en la de ilustrados hombres de letras que le precedieron, como el
padre Isla y su Fray Gerundio de Campazas,
y añade como por casualidad, aderezos costumbristas.
Naturalmente,
esta es la lectura que traemos hoy a nuestro Bigotini literario. Haced clic en el enlace y
disfrutad con el sabor del Pedro Saputo. Destila un humor socarrón y una
finísima ironía, gotas que concentradas, esencian lo más puro del espíritu aragonés.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Vida+de+Pedro+Saputo.pdf
Decían
todos que el niño tenía mucho talento, y su madre respondía: bien lo habrá
menester, porque ni él tiene otro patrimonio ni su madre otra esperanza.
Braulio Foz. Vida de Pedro Saputo.
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