jueves, 1 de septiembre de 2022

ENFERMEDAD DE DUPUYTREN. MANO A MANO CON LOS GENES

 


La enfermedad de Dupuytren o contractura de Dupuytren debe su nombre a Guillaume Dupuytren, el cirujano francés que describió por primera vez este cuadro en 1831.

Consiste en una contractura o retracción de la mano que afecta generalmente a los dedos anular, meñique o a ambos; aunque más raramente pueden afectarse otros. Comienza con la aparición de un engrosamiento o formación nodular en la palma de la mano y en forma de banda, que va de las falanges proximales a la muñeca, y que se va endureciendo progresivamente hasta convertirse en una banda gruesa, dura y abultada. El tendón o los tendones afectados se van endureciendo y acortando, hasta terminar por flexionar completamente los dedos en las fases avanzadas. Puede apreciarse mucho mejor en las ilustraciones.

 


En muchos casos la retracción con imposibilidad de extender la mano es el único síntoma. En otros puede aparecer dolor, sobre todo en aquellos en los que los engrosamientos tendinosos y las formaciones nodulares son mayores y de mayor extensión. En ningún caso el dolor sobrepasa la región palmar, aunque si llega a ser intenso, se hace demandante de atención médica y analgesia.


Su etiología es fundamentalmente genética. Afecta a sobre todo a poblaciones blancas con raíces en el norte de Europa. También la presentan con frecuencia los mulatos de las regiones del Caribe colonizadas por europeos nórdicos. Es un cuadro predominantemente masculino, afectando a los hombres en una proporción de 10 a 1 sobre las mujeres. Se presenta a partir de los 40 años y entre los factores predisponentes se han descrito:

 

§     El factor genético citado, con historia familiar de la enfermedad en el 60-70% de los casos.

§     El tabaquismo, que se referencia en un alto porcentaje.

§     El alcoholismo y el consumo regular de alcohol.

§     La epilepsia.

§     La diabetes.

§     La patología tiroidea.

§     La tuberculosis pulmonar.

§     La patología hepática.

 

En medicina del trabajo existe alguna controversia sobre si la enfermedad puede relacionarse con traumatismos de repetición que se producen en ciertas tareas manuales, o con el manejo de maquinaria pesada como la empleada en construcción y obras públicas. No parece demostrado, y a nuestro juicio la contractura de Dupuytren no es una patología de origen laboral.

El diagnóstico es exclusivamente clínico, por lo evidente que resulta el cuadro para cualquier explorador. En cuanto al tratamiento, aconsejamos como siempre comenzar con una actitud conservadora. La fisioterapia manual y sobre todo la técnica de punción seca directamente sobre las bandas aponeuróticas, son capaces de aflojar y reducir notablemente la contractura. Insertando y manipulando las agujas se consigue que los tendones se debiliten y en muchos casos pueden reacomodarse para volver a ejercer tracción con normalidad.

Recientemente se ha incorporado la radioterapia con Rx de baja energía sobre las bandas aponeuróticas. Parece que sobre todo aplicada en estadios tempranos, inhibe en gran medida la contracción. Las inyecciones locales de triamcinolona mejoran el cuadro. En fase experimental se encuentra la infiltración con colagenasa.

La cirugía se reservará para casos en los que exista dolor severo y no ceda con ningún otro tratamiento, o bien para aquellos en que la retracción sea tan acusada que impida por completo la función de la mano. Los resultados quirúrgicos son dudosos, y la enfermedad puede volver a desarrollarse.

-Buenos días querida Caperucita Verde.

-Buenos días señor lobo daltónico, ¿cómo le va?

-Muy bien, aquí cruzando el semafo… ¡Ahhhgggg!

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