Nacido
en 1802 en Villers-Cotterèts, población de Picardía cercana a París, Alejandro Dumas era lo que en detestable
expresión racista se llamaba un cuarterón por tener una cuarta parte
de sangre negra. En efecto, su abuelo, Alexandre Antoine Davy de la
Pailleterie, un aristócrata que marchó a buscar fortuna en el Caribe, tomó por
concubina en Haití a la esclava negra Marie-Césette Dumas. De esa unión fue fruto
Thomas-Alexandre Dumas, el padre de Alejandro, un mulato, héroe de la
Revolución, que alcanzó en la milicia francesa el grado de general, y el título
de conde sirviendo a los Borbones. Le llamaban el conde negro y falleció
todavía joven cuando su hijo Alejandro tenía sólo cuatro años. A pesar de que
apenas lo conoció, parece que el personaje de su padre, lo mismo que el
recuerdo familiar de su abuelo, influyeron notablemente en la imaginación del
joven Alejandro. Muchas de las andanzas que se contaban del conde negro
inspiraron al escritor para concebir las aventuras de El conde de Montecristo y
de Los
tres mosqueteros.
Alejandro
y su madre, Marie-Louise Dumas, quedaron en la indigencia. El joven recibió una
deficiente educación y tuvo que ganarse la vida como pasante de un notario o
vendiendo tabaco, entre otros muchos oficios. En los bosques de su tierra natal
se forjó una reputación como cazador de infalible puntería, y en París
sobresalió muy pronto como amante, cortejando a un número indefinido pero en
todo caso elevado de jóvenes solteras y casadas. La vinculación de su difunto
padre con la casa de Borbón y su fluida caligrafía le permitieron acceder al
puesto de escribiente al servicio del duque de Orleans. En esa época, entre
1823 y 1826, comenzó a publicar en París sus primeras novelas, y en 1825
estrenó en el teatro su primer vaudeville, La caza y el amor, inspirado sin
duda en sus intensas experiencias cinegéticas y amatorias.
Consiguió hacerse un nombre en la dramaturgia con el estreno en 1830 de Enrique III y su corte, y con la tragedia Antony un año más tarde. A Dumas se debe la introducción del Romanticismo en el teatro francés. Convertido en autor de éxito, explotó el género de los diarios de viajes, por entonces muy en boga, para lo que viajó por Suiza, Alemania e Italia. En materia de amores tampoco estuvo ocioso. Se le conocen romances notorios como el que mantuvo con la actriz Ida Ferrer, con la que contrajo un matrimonio efímero. Muy sonada fue también su aventura con la también actriz Belle Krebsamer, con la que tuvo una hija. Algo menos conocida fue su relación con Marie-Catherine Lebay, la costurera que le dio a su hijo primogénito: Alejandro Dumas, a quien se conoce como Alejandro Dumas hijo, que fue también notable escritor, y a cuya pluma se debe La dama de las camelias, una de las piezas más conocidas del Romanticismo europeo, que inspiró a Verdi su ópera La Traviata.
Ya
en plena cresta de la ola del éxito, Dumas se convirtió en ídolo del público y
cotizado escritor. Produjo tragedias, melodramas, novelas de aventuras… Algunas
de sus obras se publicaron semanalmente en el popular formato de folletines que hicieron furor entre los
lectores. Es el caso de las dos más célebres: El conde de Montecristo y
Los
tres mosqueteros, que fue seguida de varias secuelas. El autor se vio
impotente para servir semejante demanda, por lo que tuvo que recurrir a emplear
ayudantes, “negros” como se dice en el argot. El más notable de ellos fue
Auguste Marquet, escritor que por su cuenta produjo algunas novelas de mérito,
y que se querelló con su patrón por los derechos de Los tres mosqueteros. El
pleito se saldó en su momento con un acuerdo económico entre ambos, aunque
estudios posteriores han demostrado que la labor de Marquet se limitó a
proporcionar los datos históricos, mientras que Dumas le dio la forma de
novela.
El exitoso Alejandro Dumas amasó una fortuna considerable que dilapidó en objetos de lujo, grandes fiestas, cenas pantagruélicas y toda clase de caprichos caros. Mantenía a sus numerosos hijos, a sus madres y a buen número de amantes casi todas actrices, por las que sentía verdadera debilidad. Sus numerosas deudas y la presión de sus acreedores le obligaron al exilio en Bélgica, en España o en Argelia. En Italia se hizo íntimo de Giuseppe Garibaldi, a quien sufragó la compra clandestina de armas en Marsella armando un buque, el Emma, a bordo del cual llegó a Nápoles el cargamento para los garibaldinos. Alejandro Dumas padre falleció en Puys, en la casa de campo de Alejandro Dumas hijo, el año de 1870, cuando contaba sesenta y ocho. A su pluma se deben alrededor de un millar de obras. Una magnífica estatua que París erigió en su honor fue destruida por los nazis durante la ocupación. Nuestra biblioteca Bigotini se complace en ofreceos la versión digital de su novela breve El hombre del alfanje, un relato de aventuras escrito en la etapa juvenil del autor, que preludia las narraciones que décadas más tarde producirían novelistas como Verne o Salgari. Haced clic en el enlace y que os aproveche.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+hombre+del+alfanje.pdf
Hasta para los peores males hay siempre dos remedios: el tiempo y el silencio. Alejandro Dumas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario