Abu’l Hasan Ahmad ibn Ibrahim al-Uqlidisi,
abreviadamente Al-Uqlidisi, es decir, el euclidiano, fue un matemático árabe
que vivió entre 920 y 980. Es el autor de un texto escrito en lengua arábiga, Kitab
al-fusul fi al-hisab al-hindi, que podría traducirse como Capítulos de matemáticas indias.
Basándose en textos hindúes más antiguos, Al-Uqlidisi construyó el primer texto
árabe conocido que describe el uso posicional de los dígitos del 0 al 9 en los
que cada posición de un número de varias cifras se corresponde con una potencia
de 10, por ejemplo, 1, 10, 100, 1000… Es además el primer trabajo sobre
aritmética que se conoce en el mundo árabe. Al-Uqlidisi nació y murió en la
fabulosa Damasco del siglo X, segunda Alejandría y cuna en aquel tiempo de todo
progreso científico. Aunque carecemos de datos precisos, es muy posible que
viajara a la India donde aprendió las matemáticas hindúes.
Uno
de los hallazgos más notables de la obra de Al-Uqlidisi en su vertiente
aritmética, es el uso de fracciones decimales y el empleo de la coma o cedilla
como separador decimal. Su trabajo contiene el ejemplo de dividir 19 entre 2
cierto número de veces, describiendo los pasos: 19, 9,5, 4,75, 2,375, 1,1875,
0,59375… El inmenso avance que supuso el empleo de decimales, hizo que su uso
se extendiera por todo el mundo.
El sobrenombre de El Euclidiano no se le aplicó por capricho. Nuestro hombre como muchos estudiosos del primitivo Islam, era directo heredero de la ciencia griega, y no ocultó su admiración por Euclides y su obra, de ahí el apelativo. Al-Uqlidisi personifica el nexo de unión que protagonizó el mundo islámico entre la ciencia de la Antigüedad Clásica, y la ciencia del Occidente cristiano que en Europa comenzaría a tomar forma durante el periodo tardomedieval y sobre todo durante el Renacimiento. A través de nuestra Escuela de traductores de Toledo, y a través del contacto de venecianos, genoveses y aragoneses con Oriente, se vertieron en lenguas romances las obras clave de la época clásica, pasadas por el tamiz de los musulmanes. Por cierto, nuestro Códice Albeldense, que vio la luz en la Rioja hacia 881, fue el primer texto cristiano en el que aparecieron los números arábigos con la excepción del cero.
Como
no sabían que aquello era imposible, lo hicieron. Mark Twain.
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