Nacido
en Murcia hacia 1560, Andrés de
Claramonte y Corroy fue el hijo de un zapatero. Su primer
contacto con las letras no fue como poeta o escritor, sino como actor. El joven
Claramonte se hizo muy pronto famoso en las tablas y los corrales de comedias,
trabajando en las compañías más exitosas de su tiempo, como las de Baltasar de
Pinedo, Antonio Granados o Alonso de Olmedo. Se estrenó luego con la pluma en
dramas épicos donde cobraron gran importancia los efectos escénicos. En 1604 se
casó con Beatriz de Castro, otra representanta, como entonces se llamaba a las
actrices. Hacia 1607 poseía ya compañía propia, como consta en los contratos de
las representaciones que ese año se dieron en Toledo. En 1615 la compañía de
Claramonte había adquirido el prestigio suficiente para que fuera incluida
entre las doce que el rey autorizó para actuar en Castilla.
Además de las piezas teatrales, tuvo tiempo de escribir en 1611 una serie de romances, relación de sucesos sobre la muerte de la reina Margarita, que dedicó al conde de Portalegre, mayordomo del Reino de Portugal. Se publicaron en Lisboa y en Cuenca con el título de Relación del nacimiento del nuevo infante, y de la muerte de la Reyna nuestra señora. En las mismas fechas se publicaron también dos comedias suyas, El secreto en la mujer y El nuevo rey Gallinato, que se habían representado con gran éxito.
En
general los críticos literarios y los historiadores de la literatura del XVIII
y el XIX despreciaron un tanto la obra de Andrés de Claramonte, destacando en
ello Marcelino Menéndez y Pelayo. Por eso su producción se consideró menor en
la dramaturgia del siglo de oro español. Estudios más recientes han considerado
injusta esta descalificación, por lo que las comedias del autor se han visto
revalorizadas y en buena medida revindicadas por críticos como Rodriguez
López-Vázquez, Morón, Cantalapiedra o el francés Ganelin.
Entre
lo más destacable de sus obras cabe citar El
gran rey de los desiertos, El honrado por su sangre, Dineros son calidad, La
infelice Dorotea, Púsoseme el sol, saliome la luna, o la recientemente
descubierta Las dos columnas de Carlos,
que glosa la figura de san Carlos Borromeo, y en la que aparece Martín Lutero
como antagonista.
Modernamente su comedia San Onofre se considera precursora de El condenado por desconfiado de Tirso de Molina, y estudios recientes defienden la autoría de Claramonte de dos de las piezas más importantes de la dramaturgia española, como son La estrella de Sevilla, atribuida antes a Lope de Vega, y El burlador de Sevilla y convidado de piedra, que siempre se atribuyó a Tirso y es el antecedente barroco del Don Juan Tenorio de José Zorrilla.
Como tributo y desagravio al talento de Andrés de Claramonte, y a la importancia de su obra injustamente olvidada, nuestra biblioteca Bigotini os pone hoy al alcance de un clic (hágase sobre el enlace) la versión digital de su comedia Deste agua no beberé, una pieza teatral que en nada desmerece entre las mejores de nuestra dramaturgia del siglo de oro. Disfrutad de sus versos.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Deste+agua+no+beber%C3%A9.pdf
Rómulo dio muerte a Remo,
que
hace el reinar fratricidios.
Mira
por ti, rey don Pedro,
no
digas que no te aviso.
Andrés de Claramonte y Corroy. Deste agua no beberé.
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