Nacido
en Nimes en 1840, Louis Marie Alphonse Daudet, al que la posteridad conoce
simplemente como Alphonse Daudet, es uno de
los más ejemplares exponentes de la literatura francesa del siglo XIX. Alphonse
fue estudiante en Lyon, y muy joven accedió al cargo de secretario del duque de
Morny, una de las figuras políticas más influyentes de su tiempo, a quien
sirvió con absoluta fidelidad y entrega. Fue la muerte repentina del duque lo
que cambió por completo el destino de su joven secretario, pues perdido su
mentor político, Alphonse se consagró por entero a la literatura. Algún
biógrafo ha escrito que si en aquel momento Francia y su segundo imperio perdieron
al que quizá habría sido un ministro prudente, la Historia ganó a cambio a un
brillante escritor. Comenzó su andadura escribiendo crónicas para el diario Le Figaro. Viajó extensamente por la
Provenza, que le inspiró en 1866 la publicación de Cartas desde mi molino, colección
de cuentos y reinterpretación muy personal del género de viajes que tanto había
proliferado durante el Romanticismo.
Los
relatos que formaron parte de aquella colección se publicaron en principio por
entregas, en forma de folletín, y con el tiempo muchos de ellos han pasado a
formar parte de lo que podríamos llamar los clásicos escolares en francés,
porque de manera recurrente se han incluido en textos y antologías dirigidas a
los alumnos franceses de escuelas y liceos.
Escribió
en los años siguientes varias decenas de novelas costumbristas entre las que
cabe destacar Numa Roumestan (1881), El evangelista (1883) o Sapho
(1884). También se prodigó como dramaturgo. Obras como El último ídolo (1862) o Los
ausentes (1863) se representaron con gran éxito. Pero Daudet fue por
encima de todo un gran narrador.
A
partir de 1872 apareció Tartarín de Tarascón, personaje
mítico que protagonizó gran parte de la literatura de Alphonse Daudet. Su
Tartarín, un tipo inspirado en los rasgos de muchos franceses provincianos de
su tiempo, es una mezcla de Quijote cervantino y Pickwick dickensiano, o quizá
un Sancho Panza animado por un espíritu quijotesco. Tartarín protagoniza
increíbles aventuras en los Alpes o en África, sin desprenderse nunca del humor
socarrón tan característico de los campesinos del sur. Sin duda todo un clásico
de la literatura francesa y universal.
Hoy
en nuestra desbaratada biblioteca Bigotini os proponemos la lectura de una
novela breve y deliciosa de Daudet: El abanderado,
que os ponemos al alcance de un clic (hacedlo sobre el
enlace) para uso y disfrute de grandes y de chicos. Sirva como
modesto tributo al ingenio de su autor.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+abanderado.pdf
No tengo ninguna estima por el hombre que a los veinte años no ha sido comunista. Alphonse Daudet.
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