lunes, 12 de abril de 2021

ALPHONSE DAUDET DE TARASCÓN Y DEL MUNDO

 


Nacido en Nimes en 1840, Louis Marie Alphonse Daudet, al que la posteridad conoce simplemente como Alphonse Daudet, es uno de los más ejemplares exponentes de la literatura francesa del siglo XIX. Alphonse fue estudiante en Lyon, y muy joven accedió al cargo de secretario del duque de Morny, una de las figuras políticas más influyentes de su tiempo, a quien sirvió con absoluta fidelidad y entrega. Fue la muerte repentina del duque lo que cambió por completo el destino de su joven secretario, pues perdido su mentor político, Alphonse se consagró por entero a la literatura. Algún biógrafo ha escrito que si en aquel momento Francia y su segundo imperio perdieron al que quizá habría sido un ministro prudente, la Historia ganó a cambio a un brillante escritor. Comenzó su andadura escribiendo crónicas para el diario Le Figaro. Viajó extensamente por la Provenza, que le inspiró en 1866 la publicación de Cartas desde mi molino, colección de cuentos y reinterpretación muy personal del género de viajes que tanto había proliferado durante el Romanticismo.



Los relatos que formaron parte de aquella colección se publicaron en principio por entregas, en forma de folletín, y con el tiempo muchos de ellos han pasado a formar parte de lo que podríamos llamar los clásicos escolares en francés, porque de manera recurrente se han incluido en textos y antologías dirigidas a los alumnos franceses de escuelas y liceos.

Escribió en los años siguientes varias decenas de novelas costumbristas entre las que cabe destacar Numa Roumestan (1881), El evangelista (1883) o Sapho (1884). También se prodigó como dramaturgo. Obras como El último ídolo (1862) o Los ausentes (1863) se representaron con gran éxito. Pero Daudet fue por encima de todo un gran narrador.



A partir de 1872 apareció Tartarín de Tarascón, personaje mítico que protagonizó gran parte de la literatura de Alphonse Daudet. Su Tartarín, un tipo inspirado en los rasgos de muchos franceses provincianos de su tiempo, es una mezcla de Quijote cervantino y Pickwick dickensiano, o quizá un Sancho Panza animado por un espíritu quijotesco. Tartarín protagoniza increíbles aventuras en los Alpes o en África, sin desprenderse nunca del humor socarrón tan característico de los campesinos del sur. Sin duda todo un clásico de la literatura francesa y universal.

Hoy en nuestra desbaratada biblioteca Bigotini os proponemos la lectura de una novela breve y deliciosa de Daudet: El abanderado, que os ponemos al alcance de un clic (hacedlo sobre el enlace) para uso y disfrute de grandes y de chicos. Sirva como modesto tributo al ingenio de su autor.

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=El+abanderado.pdf

No tengo ninguna estima por el hombre que a los veinte años no ha sido comunista. Alphonse Daudet.

 


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