Todos
los medios resaltaron la noticia de la nueva técnica de obtención de células
madre embrionarias a partir de embriones humanos clonados. La
proeza se atribuyó al equipo investigador de
Previamente
los experimentos se habían llevado a cabo con éxito en diversos animales,
incluidos varias decenas de macacus
rhesus en colaboración con el Instituto de Primatología.
La técnica utilizada fue la de transferencia nuclear, que se empleó ya en 1996 para clonar a la célebre oveja Dolly. Las principales diferencias con aquél experimento son, en primer lugar la enorme dificultad que entraña el manejo de células germinales y embrionarias humanas, y en segundo lugar, el objetivo final, que en este caso es completamente distinto.
El
primer paso es obtener un oocito, célula germinal de una
donante, y proceder a su enucleación, es decir, extirpar el núcleo
que contiene la información genética. Esta enucleación debe realizarse en un
momento muy determinado, la metafase de
Paralelamente
se había obtenido de otro donante una célula somática. En el caso del
experimento se obtuvo de la piel, pero podría haber procedido de cualquier otro
tejido. Dicha célula se insertó en el oocito enucleado a través de su
membrana, de manera que se integran ambos citoplasmas celulares, y a la vez (y
esto es lo mágico de la experiencia) el núcleo de la célula somática se
reconoce como propio por parte del oocito. Se produce por lo tanto una
verdadera fecundación que podríamos calificar de asexual, puesto que en
este caso no hay intercambio alguno de
material genético. El núcleo, y consiguientemente los cromosomas
y los genes, son exclusivamente
los del donante de la célula somática. Se obtiene pues un zigoto
o embrión genéticamente idéntico
a él, lo que se ha popularizado con el nombre de clon.
Al cabo de unos pocos días, cuando el embrión alcanza el estadio de blastocisto, se obtienen de él las deseadas células madre embrionarias, destruyéndose el resto del embrión. El equipo de Militapov coronó su exitoso experimento, produciendo en diversos cultivos de las células madre, tres tipos de estirpes celulares diferenciadas, concretamente células cardiacas, hepáticas y neuronas (¡nada menos!). Unas células que podrían emplearse en medicina regenerativa para tratar diversos tipos de enfermedades degenerativas (vg. Alzheimer) que padeciera el donante. Tendrían la inmensa ventaja de ser genéticamente idénticas a las suyas, por lo que sería imposible que se produjera rechazo alguno. Todo el proceso aparece muy bien plasmado en el gráfico que aquí reproduzco, tomado de elpais.com
Es
obvio que la experiencia abre unas posibilidades muy prometedoras en el campo
de la implantología, los transplantes (autotransplantes) de
órganos, la regeneración tisular… En definitiva crea unas expectativas
fantásticas en cuanto a la prolongación de la vida, uno de esos tópicos de la
ciencia-ficción, junto con los viajes en el tiempo y otras utopías que, según
parece, cada vez lo son menos.
Queda
la parte moral de
En la vida muy pocos sueños se cumplen. La mayoría simplemente se roncan. Enrique Jardiel Poncela.
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