Mijaíl Afanásievich Bulgákov nació en Kiev en 1891, que aunque
actualmente es la capital de Ucrania, en esa época era parte del Imperio Ruso. Su
familia era rusa ortodoxa de larga tradición religiosa, si bien en su
autobiografía y otros escritos Mijaíl aseguraba descender de las hordas
tártaras, al parecer sin demasiado fundamento.
Desde
muy niño manifestó predilección por la literatura. Escribía comedias que sus
seis hermanos representaban en la casa familiar. Estudió medicina en la Universidad de Kiev,
donde se graduó en 1909, ejerciendo como médico en el Hospital Militar de su
ciudad. Sirvió en la Cruz Roja
durante la Gran Guerra ,
siendo herido en dos ocasiones. Parece que para aliviar el dolor de sus heridas,
utilizó morfina, convirtiéndose en adicto a esa sustancia durante al menos tres
años.
Se
alistó junto con sus hermanos en el llamado Ejército Blanco durante la Revolución Soviética ,
a cuya conclusión gran parte de su familia se exilió en París. Él permaneció en
la Unión Soviética ,
ejerciendo la medicina en el Cáucaso a la vez que se inició en el periodismo y
la literatura. Su condición de médico probablemente le valió sobrevivir a las represalias.
Su
primer libro, aparecido en 1919, fue una colección de folletines a imitación de
la obra de Dickens, de quien se confesó gran admirador, así como de Gogol,
Pushkin y Dostoyesvky. En 1921 se trasladó a Moscú, donde se dedicó
definitivamente a la escritura, publicando diversas colecciones de cuentos,
obras de teatro y numerosas traducciones. Entre 1919 y 1932 se casó tres veces,
la última con Yelena Shilovskaya, que le inspiró el personaje de Margarita de
su novela más célebre. Tuvo enormes dificultades para publicar sus obras, y en
1930 se atrevió a dirigir una carta a Stalin quejándose de su situación. Para
su sorpresa, el líder le recibió en persona, porque al parecer era uno de sus
entonces escasos lectores. Eso probablemente le evitó ser incluido en la purga
de intelectuales de 1937, y le garantizó la subsistencia a través de un trabajo
en los teatros estatales, donde a duras penas pudo estrenar algunas de sus
obras. No obstante, siguió siendo acosado por la censura y la policía política
hasta su muerte en 1940.
En
cuanto a la obra literaria de Bulgákov, en vida prácticamente sólo fueron
conocidas las obras teatrales que consiguió estrenar. Casi todo el resto de su
producción permaneció en los cajones de su escritorio. Sus cuentos y relatos
breves han sido recogidos en diversas colecciones desde su fallecimiento. Entre
sus novelas cabe destacar La Guardia Blanca
(1922), Los huevos fatales (1924), Corazón de perro y Maleficios (1925) y Morfina
(1926). Su novela más célebre, y la que le ha otorgado inmortalidad literaria es
El
maestro y Margarita, escrita entre 1928 y 1940. Se trata de una sátira
publicada por Yelena, su viuda, a partir de 1966. Apareció por capítulos en la
revista Moskvá, y fue reescrita
primero por el mismo Bulgákov y más tarde por Marietta Chudakova, después de
que el propio autor quemase el manuscrito dos veces, lo que da idea del terror
a que debió estar sometido. La novela, que se ha hecho enormemente popular en
tiempos recientes, es responsable de varias frases hechas en ruso. Una de
ellas: los manuscritos no arden,
alude directamente a la propia naturaleza de la obra y los avatares por los que
pasó.
Biblioteca
Bigotini os ofrece hoy el enlace (clic en la portada) con la versión digital de Morfina, un relato a caballo entre el
cuento y la novela, que narra dramáticamente el proceso de habituación,
dependencia y adicción a la droga. Merece mucho la pena.
La
mejor forma de destruir a un hombre es dejar que él mismo escoja su destino.
Mijaíl Bulgákov, El maestro y Margarita.
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