Harold
Tucker Webster, que firmó sus trabajos como H.T,
Webster o simplemente Webster, nació en 1885 en Parkersburg,
Virginia, y se crió en una pequeña población de Wisconsin llamada Tomahawk,
donde su padre regentaba un modesto establecimiento. Siendo aún un adolescente
se trasladó a Chicago, para estudiar pintura en el estudio de Frank Holmes, que
en esa época gozaba de muy buena reputación, pues el joven Webster tenía una
gran vocación artística. Para su desgracia la escuela cerró a las pocas semanas
de ingresar en ella, de manera que el muchacho se vio obligado a ser
autodidacta en lo artístico, y a ganarse la vida en aquella populosa y enorme
Chicago, una jungla de asfalto, prodigiosa Babel en la que aquel muchacho de
pueblo se sintió abrumado.
Viajó
a Denver, donde encontró trabajo como dibujante en el Denver Republican, modesto rival local del más prestigioso Denver Post. El director del Post, viendo los primeros trabajos del
joven Webster, lo fichó ofreciéndole quince dólares semanales, toda una fortuna
comparada con el dólar con cincuenta que cobraba en el Republican.
Su
agudo y sutil humor, que algunos han comparado al de Mark Twain, le granjeó el
éxito y el reconocimiento de los lectores americanos. En los años siguientes
dibujó sátiras políticas para el Chicago
Inter Ocean, una publicación de viajes, y para el Cincinnati Post. Después de realizar un viaje alrededor del mundo,
Webster ingresó en 1912 en la nómina del New
York Tibune.
Además
de la sátira política y los temas de actualidad, terminada la Gran Guerra, se
centró en la crítica social y el análisis de lo cotidiano. Tuvo varias series
de éxito, pero la más importante fue sin duda la titulada The
Timid Soul, que protagonizó un peculiar personaje bautizado por
su autor como Caspar Milquetoast. El
apellido deriva de la expresión milk
toast, una tostada de leche condensada que se había convertido en un
desayuno muy popular y en una especie de metáfora de lo sencillo, por lo que se
aplicaba a personas simples.
Mr.
Milquetoast es un buen hombre, extremadamente tímido, pero muy agudo observador
y muy atinado en sus opiniones siempre cargadas de bondad y sentido común. Hay
quienes han comparado al personaje y su peculiar humor con Tom Sawyer por su
inocente sinceridad, o incluso con Don Quijote. Es en todo caso, uno de los
grandes de los primeros tiempos del cómic.
Webster
falleció en 1952. Traemos hoy a nuestra modesta Historia del Cómic, su recuerdo
y algunas muestras de su enorme talento y su fino sentido del humor.
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