Albert Camus nació en el
departamento de Constantina, en la Argelia francesa, en 1913. Sus padres eran
colonos de los llamados pieds-noirs.
Él, Lucien Camus, era un alsaciano emigrado a Argelia cuando Alsacia cayó en
poder de los alemanes. Murió luchando en la Gran Guerra cuando el pequeño
Albert apenas tenía un año. La madre, Elena Sintes, era originaria de Menorca.
Albert
se crió en un barrio humilde de Argel, rodeado de la pobreza más absoluta. No
tuvo un libro en las manos hasta que se los proporcionaron sus profesores Louis
Germain y Jean Grenier, a quienes guardó siempre infinita gratitud. En su
juventud argelina se dedicó con entusiasmo al deporte, destacando en fútbol,
boxeo y natación. Tuvo que abandonar la práctica deportiva al contraer la
tuberculosis. A partir de entonces se dedicó al estudio de la filosofía y la
literatura. Fue rechazado como profesor por su mala salud, así que se dedicó al
periodismo, iniciando a la vez su carrera literaria.
Publicó
en la revista Sud y en Alger Républicain. Se relacionó con
el Partido Comunista, y en 1934 se casó con Simone Hié, matrimonio que terminó
abruptamente por las mutuas infidelidades de la pareja. Comenzó en los últimos
treinta a forjarse una reputación como escritor, y abandonó en 1938 el
comunismo por su discrepancia ante el pacto germano-soviético que firmaron
Hitler y Stalin. Sus denuncias de la situación de los argelinos en el Diario
del Frente Popular le granjearon la enemistad del gobierno colonial
francés que maniobró para expulsarlo de Argelia en 1940. Se trasladó a París,
colaboró en el diario Paris Soir, y se casó con la
pianista y matemática Francine Faure, con quien tuvo sus dos hijos mellizos,
Jean y Catherine. Francine fue la mujer de su vida. Ambos se mantuvieron unidos
hasta el final a pesar de las infidelidades de Camus, y la esposa fue una
influencia decisiva en la evolución filosófica e ideológica del autor.
A
partir de 1948 Albert Camus se acercó al movimiento anarquista, fue articulista
de Le
Monde Libertaire, La Revolution Proletarienne y el cenetista español Solidaridad
Obrera. Se distanció definitivamente de Jean-Paul Sartre y del
existencialismo por su identificación con el marxismo, y apoyó movimientos
anticomunistas en la RDA, Polonia o Hungría. Durante la guerra franco-argelina
se vio atrapado entre su lealtad a Francia y el reconocimiento de la justicia
de la causa argelina, con lo que se atrajo la incomprensión y la enemistad de
ambas partes.
Recibió
el premio Nobel en 1957 y falleció en 1960, a los 47 años, víctima de un
accidente de tráfico sobre cuyas causas aparecieron muchas sombras de sospecha.
En
cuanto a su obra literaria e intelectual, Camus es el principal representante
de la corriente absurdista, ligada al
movimiento libertario, como su antecedente existencialista lo estuvo al comunismo.
Explora la condición humana y su aislamiento en un mundo ajeno. El
extrañamiento del hombre hacia sí mismo, conduce a situaciones absurdas. No
obstante, Camus va más allá del nihilismo negativista, admitiendo cierto
humanismo liberal alejado de los dogmas cristianos o marxistas.
Entre
sus novelas destacan El extranjero, La peste, La caída, La muerte
feliz y El primer hombre, esta última inconclusa y terminada por su
hija Catherine. De sus obras teatrales cabe citar Calígula, El malentendido, Los justos
o Estado
de sitio, todas ellas enmarcadas en el teatro del absurdo. Y entre la
infinidad de ensayos y artículos destacaremos El mito de Sísifo, de
1942, y El hombre rebelde, de 1951.
En
Biblioteca Bigotini os ofrecemos (clic en la portada) la versión digital de El extranjero, la primera novela del
autor, publicada por Gallimard en 1942. Su protagonista, monsieur Meursault, es
un condenado a muerte que no rechazará su ajusticiamiento ni mostrará
sentimiento alguno de injusticia o arrepentimiento. Su comportamiento, pasivo y
apático, representa la condición humana en una sociedad que aísla al individuo,
cuyos valores quedan degradados y diluidos en una existencia absurda. Todo
hombre se transforma en un extranjero en una sociedad carente de sentido, en la
que la principal prueba de cargo para una condena es no haber llorado en el
funeral de su propia madre.
Empapaos
de Camus y de su absurda filosofía del absurdo con la lectura de esta gran
novela.
…pensé
que al cabo, era un domingo de menos, que mamá estaba ahora enterrada, que iba
a volver a mi trabajo y que después de todo, nada había cambiado… Albert Camus.
El extranjero.
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