En
1677 vino al mundo en el Condado inglés de Kent, Stephen
Hales, que se distinguiría por su contribución a
diferentes disciplinas científicas, como la física, la química, la
botánica, la medicina o la fisiología, entre otras. Estudió
teología en el Corpus Christi College, y profesó más tarde como
sacerdote. El reverendo Hales ocupó diferentes cargos eclesiásticos
y académicos a lo largo de su vida, obteniendo honores en su
Inglaterra natal, en América y en Francia. Fue miembro destacado de
la Royal Society, doctor de Oxford y miembro asociado de la Academia
de las Ciencias francesa. Fue galardonado con la codiciada Medalla
Copley, y en definitiva, su reputación de gran científico no cesó
de aumentar hasta su fallecimiento acaecido en Londres en 1761,
cuando contaba 84 años.
Hales
fue pionero de la fisiología experimental, demostrando el papel que
juega la médula espinal en la transmisión de los impulsos
nerviosos. Brilló de manera muy especial en el campo de la
fisiología vegetal. En su obra Vegetable Staticks,
publicada en 1727, describió sus experimentos sobre la transpiración
de las plantas. También se ocupó del estudio de la circulación
sanguínea, estableciendo el cálculo de la capacidad del torrente
sanguíneo, del corazón y de los diversos vasos. Acuñó el concepto
de presión arterial y demostró la capacidad de bombeo
del músculo cardíaco. Se interesó por los cálculos renales, e
ideó un sistema para poder disolverlos sin necesidad de cirugía
invasiva. Se preocupó también por la potabilización del agua de
mar, y por la renovación del aire viciado. En este último campo, a
Stephen Hales se debe la instalación de sistemas de ventilación en
lugares de hacinamiento tales como prisiones, hospitales o bodegas de
barcos.
Desde
Bigotini rendimos nuestro modesto tributo de reconocimiento y
gratitud a este eclesiástico ilustre, uno de los más firmes
puntales científicos de su generación. Ahora os dejo. El profe está
acercándose tanto al ventilador, que temo que vaya a afeitarse en
seco su espléndido bigotazo.
Un
hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa. Mark
Twain.
No hay comentarios:
Publicar un comentario