Pues
si, ya se sabe que muchas veces las apariencias engañan. Así
ocurrió con Olivia de Havilland
para la mayoría de los espectadores españoles que vieron sus
películas en aquellas salas endomingadas y postguerristas de los
cuarenta y los cincuenta. Y es que, digámoslo de una vez, Olivia de
Havilland tenía imagen de ñoña. ¿Por qué? Muy sencillo: sus
películas más exitosas y taquilleras fueron por una parte, las que
protagonizó junto a Errol Flynn, donde ponía el contrapunto de
cordura al arrojado héroe guerrero. Allí estaba nuestra Olivia,
eterna y sufrida mujercita de su casa o dama medrosa o lo que fuera,
temblando como un junco cada vez que el aguerrido galán daba una
pirueta o se jugaba la vida por el honor, la patria y todas esas
cosas... Por otra parte, estaba su papel de Melania en Lo que el
viento se llevó, donde fue la antagonista y rival de la
impulsiva y corajuda heroína Escarlata O'Hara que interpretó
magistralmente Vivian Leigh. También contribuyó, dicho sea de paso,
el peculiar doblaje que le endilgaron en nuestro país. Era muy
correcto, técnicamente hablando, pero la verdad, con un deje y un
tono de voz de señora cursi a más no poder.
Así
que he aquí a Olivia de Havilland etiquetada de cursi y ñoña... y
nada más lejos de la realidad. Porque la Havilland fue una gran
actriz que interpretaba a Shakespeare con maestría, y era capaz de
alcanzar matices de dramatismo muy notables. Así lo demostró con
creces en las últimas etapas de su carrera, interpretando papeles
tan intensos y arriesgados como el de La heredera de William
Wyler, que le valió el oscar de 1949. Pero en fin, la etiqueta ya
estaba puesta y es muy difícil desprenderse de ciertos sambenitos.
Hoy
os ofrecemos el enlace (clic en la imágen)
para visionar un breve video que recuerda y homenajea a esta
magnífica actriz, haciendo un recorrido por lo más notable de su
filmografía. Disfrutad.
Próxima
entrega: Joan Fontaine
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