lunes, 25 de septiembre de 2017

¡A DÓNDE VAMOS A LLEGAR!


DESCUBREN A UN FUNCIONARIO HACIENDO HORAS EXTRAS

De nuestra redacción. Gran conmoción ha causado la noticia en todos los ámbitos de la sociedad. Fuentes de la Delegación Provincial informaron ayer que un funcionario que responde a las iniciales J.P.M., fue sorprendido la tarde del pasado jueves haciendo horas extraordinarias en su negociado de la Delegación.
Al parecer existe un testigo ocular. Otro funcionario, compañero del citado, cuya identidad no se ha dado a conocer, se encontraba casualmente en el edificio, donde había acudido para mostrar a una amiga el despacho del Director Provincial. Yo sólo quería enseñarle a Loli el sofá de piel del despacho, que es comodísimo -declaró el testigo-, y claro, como hay que pasar por las oficinas, pues allí estaba él... Me quedé muerto. Sentí náuseas, me dieron ganas de vomitar, y la pobre Loli venga a llorar... La tuve que acompañar a su casa, y el viernes causé baja por enfermedad. La verdad, no se si podré recuperarme de la impresión algún día.
Loli declaró el día siguiente que ya conocía el despacho y el sofá, pero que las otras veces había entrado por la puerta que usa el señor Director, sin pasar por las oficinas. Cuando vi allí trabajando a ese tío, me dio un vuelco el corazón, dijo. Me asusté mucho porque otra cosa no, pero una es muy sensible y muy mirada para estas cosas.

Un portavoz del Sindicato de Funcionarios, consultado sobre el particular, ha manifestado su más profunda indignación, tanto personalmente como en nombre del cuerpo funcionarial que representa. Al parecer el individuo a quien se atribuye este hecho inaudito, había manifestado ya en múltiples ocasiones, comportamientos extravagantes. Era el primero en llegar y el último en marcharse, declararon algunos de sus sorprendidos compañeros. Siempre le ha gustado hacerse notar a ese, han añadido. Por las mañanas, casi nunca bajaba a tomar el segundo café, y desde luego, nadie recuerda que alguna vez viniera al tercero. Nunca hablaba de las cosas normales del trabajo, como vacaciones, nóminas, moscosos, puentes o pagas extras... Empleaba un lenguaje extraño, y en lugar de sudokus o crucigramas, manejaba unas carpetas que él llamaba dosieres y expedientes. Decía siempre frases sin sentido, como “tengo que resolver esta solicitud” o “tengo que terminar tal informe”. Los compañeros nos mirábamos sin saber qué contestarle. Nunca leía el Marca. Para mí que está mal de la cabeza.

Una de las empleadas de la limpieza de la Delegación se ha manifestado en parecidos términos: Una servidora casi no le conocía a ese señor, porque estoy casi siempre con la baja por esta maldita ciática, pero raro era un rato largo, que una vez hasta le vi que se limpiaba él mismo su mesa con un spray y una bayeta que guardaba en el cajón. ¡Dónde se ha visto! ¡Qué poca vergüenza!
También se ha mostrado molesto un portavoz de la asociación de hostelería, que hablaba en representación de los cuarenta y tres establecimientos próximos a la Delegación Provincial. Si cunde este mal ejemplo -ha manifestado-, muchos tendrán que cerrar. ¿De qué vivirá la hostelería si se reducen los desayunos, los almuerzos, los cafés y las meriendas de los funcionarios. ¡A dónde vamos a llegar!
El Excelentísimo Señor Director Provincial ha declinado hacer declaración alguna. Promete que el caso se investigará, y se tomarán las medidas que procedan. De fuentes bien informadas hemos llegado a conocer que su esposa, un tanto escamada, le ha pedido explicaciones sobre la presencia de un sofá de grandes dimensiones en su despacho, y sobre la tal Loli.



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