En
la convulsa Europa del periodo de entreguerras el cine se convirtió
en un valioso instrumento de propaganda política. El genio creador
de Sergei Eisenstein no paró en el mensaje de su célebre Acorazado
Potemkim producido en la etapa muda, sino que siguió realizando
grandes obras de arte como Octubre, Alexander Nevski o
la monumental Iván el terrible.
En
la Italia fascista los estudios romanos de Cinecitá fueron
también una herramienta propagandística singular. Resulta curioso
que los grandes dictadores de un signo (Stalin) u otro (Mussolini y
Hitler) fueran empedernidos cinéfilos. El mismo Franco, sin ir más
lejos, unos pocos años después llegó incluso a escribir algún
guión. Pero esa ya es otra historia que trataremos en el cine de
postguerra.
La
Alemania nazi no fue una excepción. En la politizada UFA, la
productora del régimen, se rodaron kilómetros de celuloide
propagandístico a mayor gloria del fürer. Precisamente a
este género corresponde el filme cuyo enlace os facilitamos hoy. Se
trata de Olympia, obra de
la cineasta alemana Leni Riefenstahl.
Es un documental que recoge imágenes de los Juegos Olímpicos
celebrados en Berlín en 1936. Naturalmente, destacan la fanfarria
patriótica y la exaltación de la raza aria, lo que no impide que la
película posea una indiscutible calidad cinematográfica. Haced
clic sobre la carátula y juzgad vosotros mismos.
Próxima
entrega: El cine español durante la República
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